En la estación estival el pelo también sufre de los rayos solares, un chapuzón en la piscina, el mar o simplemente el sol causa la deshidratación y aclaración del cabello. Esto se debe a que, si bien el color de ambos está definido por la presencia de melanina, las fibras capilares y la dermis reaccionan de modo diferente a la exposición solar. "El cabello, a diferencia de la piel, no puede defenderse y no es capaz de regenerar los daños acumulados causados por los rayos solares', explica el tricólogo Adrián Acuña, fundador y director del Instituto del Cabello. "Los rayos ultravioletas producen un efecto que altera profundamente las propiedades del pelo produciendo la fotodegradación queratolítica de su estructura, tanto en la melanina como en las cadenas proteicas de la parte interna del pelo, haciendo que pierda brillo, se vuelva más áspero y quebradizo, alterando su color y generando que se abran las puntas. El gran tema está que para el cabello no se suelen tomar las medidas de protección (como lo hacemos con la dermis), a fin de evitar la agresión solar que daña tanto la fibra capilar como el cuero cabelludo. El cabello fotoexpuesto sufre cambios importantes que alteran su composición química, estructura y aspecto externo. La fotoprotección del cabello es imprescindible para preservar su salud y belleza a cualquier edad", sintetiza el tricólogo.

¿Qué sucede en verano?


El pelo, en los meses de más exposición al sol, está sujeto al fenómeno llamado "Weathering", que se refiere a las condiciones climáticas que desgastan las fibras y las erosionan. A esto se le suma el agua del mar, el cloro de las piscinas y la arena. Estas agresiones son más intensas en los cabellos teñidos, decolorados, alisados químicamente y con permanentes, ya que, de por sí están debilitados. Por eso mantenerlo sano, sedoso, flexible y brillante, demanda mucha más atención que durante el resto del año.


Cuáles son las alteraciones sobre las fibras capilares son:


Decoloración: En especial, en las melenas castañas y oscuras. Esto se debe a alteraciones de la melanina y de algunos aminoácidos. Los cabellos oscuros, en cambio, son más resistentes.


Resquebrajamiento de las fibras y debilidad: Esta consecuencia está relacionada con el tiempo de exposición a las radiaciones solares.


Cutículas abiertas: Al abrirse esta capa externa de las fibras, se facilita la agresión a las capas internas. Lo cual se verá a simple vista.


Los efectos sobre el cuero cabelludo:


Enrojecimiento, picazón, deshidratación y quemaduras: El cuero cabelludo tiene las mismas características que el cutis. Por eso, necesita la misma protección y los mismos cuidados. Al no tenerlos en cuenta, tendrá idénticas reacciones que el resto de la piel.


El plan de cuidados básicos para el cabello


Además de usar el shampoo y el acondicionador adecuados (con fórmulas hidratantes, nutritivas y protectoras) y de enjuagar el pelo con agua dulce cada vez que lo mojemos con agua salada o con cloro, la regla básica es incorporar un protector solar específico el cabello. Este tipo de producto debe contener filtros UVB, antirradicales libres y activos humectantes para proteger la pérdida de color y minimizar los daños estructurales y estéticos que las radiaciones ocasionan en el cabello. Entre los ingredientes estrella de estas fórmulas, están el ácido hialurónico y la vitamina E.


Un punto para tener en cuenta es que el filtro solar adecuado para proteger las fibras debe tener KPF, Keratin Protection Factor. Esto significa que no alterará su brillo ni le brindará excesiva oleosidad. Además, las presentaciones ideales vienen en sprays que, además de proteger, mantienen el frizz a raya. Este protector se coloca antes de ir a la piscina o playa (en el momento, no se necesita que penetre media hora antes como el de la piel). Se vuelve a colocar siempre, al salir del mar o piscina previo enjuague con agua dulce. Y también después de los lavados, es ideal como protector antiage humectante para todo el día.


Asesoramiento: Adrián Acuña, tricólogo Director del Instituto del Cabello y presidente del Grupo Latinoamericano de Tricología. www.institutodelcabello.org IG @adriantricologo

Cómo lavarse el pelo después de la playa o la piscina: todo lo que debes evitar

Elegir la temperatura incorrecta o secarlo al aire son dos de los más comunes


Durante el resto del año, la mayoría de los expertos en cabello recomiendan que te laves el pelo cada 2 ó 3 días, en función de lo graso o seco que lo tengas por naturaleza. Sin embargo, durante los días del verano, todos comparten la misma opinión: si vas a la playa o a la piscina debes enjuagarlo siempre. La razón no es otra que los restos de sal, cloro e incluso arena que se quedan atrapados entre los mechones y en el cuero cabelludo y que dañan el color, la fuerza, el brillo y, en definitiva, la salud de tu melena. Además de repetir este gesto cada tarde o noche si tienes la suerte de disfrutar de un baño bajo el sol todos los días, también debes tener en cuenta otros factores como la temperatura del agua o la fuerza con la que aplicas el champú, evita estos errores.

Esas mechas tan bonitas que iluminan tu melena después de algunos días de playa son también el aviso del efecto que el sol tiene en el cabello. Para reducir la deshidratación y la degradación del color al máximo, además de aplicar un spray fotoprotector siempre que vayas a la playa o a la piscina, pon en práctica el gesto más fácil con el que deshacerte de las impurezas: el lavado. Aunque es una rutina que tienes más que aprendida desde la infancia, ten cuidado con los errores que hacen que no sea tan efectiva como crees:


1. Demasiado fría o demasiado caliente


Un detalle a primera vista tan simple como elegir la temperatura correcta puede transformar la calidad de tus mechones, como en verano vas a lavarlo casi todos los días, lo mejor es que uses agua siempre tibia. Debe ser lo suficientemente caliente para eliminar la grasa, pero no tanto como para que dañe el cabello. El agua caliente irrita el cuero cabelludo y disuelve los lípidos que recubren las cutículas, haciendo que el pelo quede más áspero y mate, lo que no sucede con el agua fría. Pero también hay que tener en cuenta que es menos efectiva que el agua tibia a la hora de eliminar la grasa.


2. Masajear con energía


A la hora de aplicar el champú, existe la creencia de que cuanto más intenso sea el masaje con el que se esparce el producto, mejor lo lavará, el hecho de frotar puede provocar que se activen las glándulas sebáceas, causantes de la grasa. Lava siempre en movimientos circulares, primero el cuero cabelludo con champú, de forma suave para no activar la producción de grasa; las zonas medias y bajas no tienen por qué estar grasas, lávalos con la espuma que cae, frotando siempre en el sentido del pelo y no a la contra.


3. Secar el pelo al aire


Una de las sorpresas que desvelan los expertos en cuanto a la técnica correcta de secado rompe uno de los grandes mitos del verano. Estudios han demostrado que dejar secar el pelo al aire hace que la humedad dañe la membrana celular del cabello, de esta forma nuestro pelo pierde fuerza, elasticidad y cohesión. Para secar el cabello lo ideal es hacerlo con un secador a 15 cm de la cabeza con una exposición no demasiado prolongada y sin calor.


4. Irte a dormir con el pelo mojado


Si te has duchado a última hora del día debes esperarte hasta retirar toda la humedad antes de meterte en la cama. Si nos dormimos con el cabello mojado o húmedo, pueden aparecer hongos que provocan la formación de caspa. Un motivo más que razonable para hacer caso a los expertos.