A esta altura de la realidad ambiental del planeta es imperante reducir, reutilizar y reciclar todo lo que se pueda, algo que -sin duda-, sirve para ayudarse mutuamente. Decirlo es sencillo pero son las acciones concretas las que dan validez a esta premisa, y así lo pensó Leandro Vidable, un integrante del equipo de asesores comerciales de Broker Andino cuando decidió presentar un proyecto de recolección de tapitas y plásticos para transformarlos en juegos recreativos para la escuela Lavalle de Caucete. A la iniciativa se sumó la empresa Graziani, el Proyecto Quanta, la Escuela Los Andes, y otras entidades donde se han colocado Eco Puntos para que la gente lleve sus deshechos plásticos. Ha sido tal la repercusión que ya está decidido que estas acciones continuarán para ayudar a otros establecimientos escolares.


Todo comenzó cuando la compañía de seguros Broker Andino certificó como Empresa B (buscan utilizar las fuerzas del mercado para dar respuesta a problemas sociales y/o ambientales de las comunidades en las que están insertas), y convocó a sus empleados para presentar proyectos comunitarios. 


Leandro, un joven asesor e instructor de Kung Fu-, se inclinó por esta propuesta que ahora se conoce como "Reciclar para jugar", porque consideraba que las botellas invadían acequias, zonas donde se hace trekking o que son muy visitadas por la gente, ocasionando una gran contaminación ambiental. A esto se sumó que durante un paseo con su hijo Agustín de tan sólo 5 años, que ya sabía que su papá buscaba una propuesta para presentar en su trabajo, le dijo que "sería muy lindo que haga juegos para los chicos". 


De inmediato pensó en la escuela Lavalle que la ubicaba por haber llevado donaciones para los 150 chicos que allí asisten. Además conocía a Sebastián Rojas, representante del Proyecto Quanta en San Juan, que es la empresa que fabrica mobiliario con plástico reciclado en Paraná, Entre Ríos. En simples palabras estaba todo dado para volcar la idea en un papel.


"Sebastián aceptó de inmediato al igual que la directora de la escuela, Liliana Policano, así es que empezamos con la recolección de botellas y tapitas. Al poco tiempo Gabriela Carranza, gerente de Broker, tomó contacto con Adriana Graziani y ambas empresas se fusionaron para este proyecto, se incorporó el nuevo nombre -Reciclar para jugar-, también se sumó el Colegio Los Andes que tiene como eje la enseñanza ambiental. Se incrementaron los Eco Puntos para que mucha gente tenga uno a mano, también el Ministerio de Salud quiere colocar uno en los autovac. La verdad es que nunca me imaginé que mi proyecto podría tomar estas dimensiones", cuenta el promotor de esta movida que ha prendido en gran parte de la sociedad sanjuanina.


Para realizar cada mangrullo (como el de foto que acompaña la nota), se necesitan 380 kilos de plástico, una cifra que seguramente será superada hacia fines de octubre, fecha en la que los residuos de plástico serán llevados a Quanta. Por eso es que ahora la idea es volver con dos juegos recreativos.


La suma de tantas voluntades es lo que está provocando este éxito inesperado que le permitirá a varias escuelas tener juegos de gran durabilidad en el tiempo y que no demandan mantenimiento por sus características particulares. Esto sin contar los beneficios ambientales y comunitarios que derivan de estas acciones.


"Hace ya un par de años que Graziani trabaja con el concepto de sustentabilidad y gracias a una charla con Gabriela Carranza de Broker nos enteramos lo que estaban haciendo y nos interesó muchísimo. Así decidimos armar un equipo de trabajo para tomar fuerza. A partir de ahí comenzamos a trabajar juntos para llegar a las escuelas rurales que se pueda. la idea es prolongarlo en el tiempo para ayudar y para que se tome conciencia en la sociedad de la necesidad de reciclar", explica Adriana Graziani, quien viene impulsando desde la empresa el reciclado de diferentes materiales.


Así cada uno aporta la suyo para finalmente llegar a Quanta en Entre Ríos, que enviará el mangrullo -contra entrega de plásticos-. Esta empresa está dedicada a la elaboración y venta de productos fabricados con plástico post consumo o reciclado ya que fue creada para diseñar y producir bienes utilizando el eco diseño como herramienta principal. Comercializa productos que desarrollan la economía de recursos sociales siempre bajo la premisa del cuidado ambiental. Además de juegos recreativos, también produce mobiliario y gimnasios para aire libre, entre otros.


En este caso el mangrullo consta de dos toboganes, columpios, trepadores y escaleras que son tan apreciados por los más chiquitos. 


Ecopuntos


Los primeros recolectores fueron los alumnos de la escuela de Artes Marciales Taiwan Kung Fu, que es de Leandro Vidable, el impulsor del proyecto, y desde allí se fueron incorporando muchos más jóvenes. 


La creación de Eco Puntos fue fundamental para que la gente comprometida con el medio ambiente y las causas comunitarias pueda acercar sus botellas y tapitas. Esos centros de recepción en la actualidad son los siguientes: Escuela Los Andes -avenida Paula de Sarmiento 255 Sur-; Gimnasio Nyma - Sargento Cabral 911, detrás del Easy-, y Torino 477 Oeste antes de España; Ull Fitness Club en Híper Libertad; y se espera la pronta incorporación del Ministerio de Salud Pública con contenedores en los autovac.


"La gente se suma de una manera sorprendente, de hecho un señor se comunicó conmigo a través de las redes para entregar 900 botellas. Así es que los interesados pueden comunicarse a @leandrovidable, @brokerandino, o llegar a alguno de los Eco Puntos", aclara Leandro quien cuenta con el apoyo de su esposa Pamela y sus hijos Agustín y Trinidad.


El único requisito para llevar el material es compactar las botellas para que entren más en los contenedores y colocar las tapitas en otro destinado a ese fin.


También quienes acerquen el material plástico verán un banquito donado por Quanta para que la gente pueda apreciar la calidad y estética con la que trabajan.



Más propuestas


Gabriela Carranza, socia gerente de Broker Andino, es uno de los pilares de esta propuesta que comenzó cuando la compañía certificó como empresa B. "Todo el proceso lo hicimos con el equipo, pero queríamos reforzarlo para que cada integrante pudiera bajarlo a su ámbito, a su familia, a todo su entorno. Trabajamos unos seis meses con talleres para que todos pudiéramos internalizar lo que significaba una empresa certificada en triple impacto. Posteriormente comenzamos con el programa de proyectos que no tenían ni piso ni techo, podían ser propuestas chiquitas o muy grandes, la idea era sumar para llegar a la comunidad. Esta experiencia nos termina de confirmar que las cosas se hacen grandes en la medida que se suman voluntades, además con estas iniciativas se involucra a los amigos, la familia, y todo el contexto de las personas que trabajan acá", indica Gabriela.


Los proyectos en marcha actualmente son: Recolección de papel y donación a casa Sanhi de Flavia Díaz; Menos contaminación con gases (ir a trabajar en bici una vez al mes), de Fernando Zilli; Concientización de perros callejeros e incentivación a la castración de perros de Patricia Rodríguez; Producción de plantines para donar a empresas de Melina Romera y Concientización de división de basura en domicilio de Gabriela Botas.



Página de contacto: https://brokerandino.com.ar/
 

Chicos de la escuela Lavalle abocados a la recolección de plásticos para que sea posible la construcción de su juego recreativo.

¿Por qué reciclar plásticos?


Hay muchos motivos por los cuales se hace imperiosa la necesidad de reciclar deshechos, sobre todo plásticos. Aquí algunas de las razones:


* El principal motivo para reciclar el plástico es porque sus residuos tardan entre 100 y 1.000 años en degradarse. El carbón y el plástico del que esté fabricado no se disuelve.


* Si se recicla el plástico se consumen menos cantidades de materias primas y de recursos naturales y energéticos no renovables. Así se evita que éstos se agoten.


* El plástico supone más del 12% de la cantidad de residuos sólidos urbanos y su acumulación supone un grave problema para el planeta.


* Si se utilizan productos reciclados disminuye el consumo de energía. Eso se traduce en menos emisiones de CO2 a la atmósfera. Cada kilo de plástico reciclado supone que se deja de expeler 1,5 kg de CO2. Así se contribuye a reducir el efecto invernadero. 

Por Myriam Pérez
Fotos: Gentileza Leandro Vidable