En la región de Cuyo, además del tomate para industria y la cebolla, el ajo es una alternativa de interés para los chacareros. Los distintos mercados y sus alternancias y el clima con sus últimas temporadas algo movidas han llevado a una disminución de la superficie cultivada y el movimiento no es tan importante como décadas atrás, pero la muy buena calidad de lo obtenido y la trayectoria de productores y empresarios lo tornan un negocio interesante.


Hoy veremos con la empresa Bioaggil, en la faz técnica, los consejos desde el inicio del cultivo, para arribar a un buen resultado final.


El cultivo de ajo se puede sembrar en surcos o en camas con diferentes anchuras: ambas posibilidades dependen de la población por hectárea y el método de riego que se emplea.


Respecto al procedimiento de siembra, tanto en Mendoza como en San Juan, se realiza de forma manual y/o mecánica y se contempla la posición de las semillas.

El Guanito es uno de los productos recomendados para ajo.


En esta nota desarrollaremos las instancias clave para preparar correctamente el suelo y obtener los resultados esperados. Hay consideraciones fundamentales para sembrar, cuidar y cosechar un cultivo de ajos.


La primera instancia requiere la preparación del suelo. Conocer la rotación de cultivos previos. Es ideal que el lote no haya tenido cultivo de ajo y cebolla (aliáceas) al menos por un año. Se debe identificar las malezas presentes en el mismo para así planificar un óptimo control (limpieza del lote).


Otro punto importante implica conocer las características físico-químicas del suelo como salinidad, pH y textura.


Posteriormente se debe tener noción de la calidad y la cantidad disponible del agua (considerando siempre el momento de mayor demanda) fundamentalmente en los meses de octubre y noviembre.


Comprobadas las condiciones anteriormente mencionadas del lote apto para cultivo, llega el momento de trabajar en la sanidad y la preparación de la semilla de ajo, y para lograrlo se tienen que elegir cabezas de ajo sanas, sin defectos.


"Una buena calidad de semilla asegura una buena calidad de cosecha" destacó a Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO, la ingeniera agrónoma de la firma Bioaggil, Rocío Nadín.

Esmerada preparación de suelos exige el ajo.

A continuación, los ajos pueden desgranarse manual o mecánicamente, para más tarde ser clasificados por tamaño y conservados a temperaturas bajas. No deben ser expuestos al sol.


Además, se recomienda conocer el origen de la semilla y el estado sanitario de la planta madre. También se pueden realizar análisis, para detectar la presión de plagas y enfermedades que traslade la semilla ( hongos Penicillium, Fusarium, nemátodos, eriófidos, etc.).


En base al análisis o la comprobación a campo es necesario planificar el tratamiento sanitario adecuado para las semillas y el suelo contra las plagas y enfermedades antes mencionadas.


Al momento de la siembra, se debe establecer el marco de esta según la textura del suelo, calibre final deseado (condicionado por el requerimiento del mercado destino y la variedad) y el sistema de riego.


"La preparación del suelo, la calidad de la semilla y la sanidad de ambos son algunos de los factores determinantes para que todas las simientes germinen", comenta la experta de Bioaggil.



Más info: www.bioaggil.com