Uno de los principales desafíos de aquellos que se van a vivir solos es cocinar. Hay quienes aprenden con ayuda de sus padres e incluso sus abuelas, pero hay otros que se mudan solos y no saben hacer ni un huevo frito.

Para que el cocinar no sea un fastidio sino un momento de goce, disfrute e incluso innovación, repasamos algunos tips a tener en cuenta si son tus primeros pasos en la cocina.

Descongela a tiempo

Descongelar mal los alimentos puedes afectar no solo el tiempo de cocción sino restar sabor a los platos. Además, hay que tener en cuenta que al descongelar se debe escurrir bien cada alimento, ya que, si quedan restos de agua y la preparación es en sartén, puede saltar aceite caliente por todos lados.

El ajo picado se quema con facilidad

No caben dudas que el ajo es excelente para brindar sabor a cada preparación, pero hay que tener en cuenta que es un ingrediente que se quema con mucha facilidad. En los sofritos es mejor agregarlo al final o después de otros ingredientes y no como primera opción.

No marees las verduras

Si quieres que las verduras se doren de manera correcta no es necesario moverlas tanto. Colócalas a fuego máximo, salteándolas de vez en cuando, pero dejando que estén en contacto con la sartén, si no, será imposible que queden al dente, doradas por fuera, crujientes y coloridas.

Chau lágrimas

Picar cebollas es sinónimo de llanto seguro. La irritación es común, pero hay un truco que no falla si quieres evitar esas molestas lágrimas. Antes de picarlas, colócalas unos minutos en el congelador.

Amigarse con las medidas irregulares

En cientos de recetas que se encuentran en internet es común ver las medidas en “pizcas” o “puños”. Para no meter la pata es importante tener en cuenta que, al hablar de pizca, se refiere a la cantidad que se puede tomar con el dedo pulgar, índice y medio. Si la receta menciona un puñado, indica que es la cantidad de ingrediente que cabe en la palma juntando las yemas de todos los dedos.

Para saber si la pizca o el puñado fueron correctos, probar cada preparación ayudaría a evitar inconvenientes.

Que no te falten

Hay ingredientes que siempre deberías tener en casa, aunque no sepas qué vas a preparar, ya que de una u otra manera seguramente lo vas a necesitar. Ellos son sal, ajo, pimienta, azúcar, cebolla y aceite.

Terminología gastronómica

Si eres de esas personas que siguen recetas, es mejor que te amigues con ciertos términos antes de poner manos a la obra para evitar confusiones y errores que se podrían haber evitado. Algunos de ellos son blanquear, sofreír, cernir o acitronar. Si encuentras estos u otros términos que no conoces, googlealos antes de cocinar.

Aliña las ensaladas en orden

Darle sabor a una ensalada no debería tener tanta ciencia, pero debes respetar el orden. Primero la sal, luego el vinagre y finalmente el aceite (si es de oliva mejor, ya que brinda sabor y es más saludable). Si colocas el aceite primero, esta creará una película alrededor de las verduras e impedirá que la sal y el vinagre hagan bien su función.

El agua de las pastas, ¿lleva sal y aceite?

Cientos de abuelas y madres colocan aceite al agua donde cocinan la pasta. Crecemos viendo eso y sin preguntar, lo imitamos a la hora de cocinar. Si bien hay algunos profesionales que lo recomiendan, hay otros que lo rechazan. Para que la pasta no se pegue mientras se está cocinando solo basta con remover con una cuchara de madera de vez en cuando.

Con la sal sucede todo lo contrario al aceite. Al agregar sal al agua, hay que ser generosos, ya que la pasta absorberá una mínima parte. Es importante tener esto en cuenta, ya que se puede preparar el mejor acompañamiento del mundo, pero si la pasta queda desabrida, el resultado será un platillo insípido.  

No dejes de probar cosas nuevas

Los primeros pasos en la cocina pueden llevarte a realizar algunos platillos tradicionales, pero es bueno, una vez que le agarres la mano, probar recetas nuevas o inventar, jugar y fusionar sabores, trabajar con ingredientes que te sean pocos conocidos para que no prepares siempre lo mismo.

No tengas miedo a equivocarte

Meter la pata en la cocina es más común de lo que se puede esperar. Que se queme, salga más salado de lo esperado, desabrido o agrio (si se te va la mano con el limón, por ejemplo). No todo sale a la primera, por lo que toma cada desastre culinario como aprendizaje y sigue intentando.