A partir de ahora, la milagrosa Difunta Correa que da sentido al paraje Vallecito -a 63 kilómetros de San Juan- no será el único encanto. Por supuesto que la devoción popular seguirá protagonizando y latiendo en ese sitio cultural y turístico por excelencia pero habrá que sumar un nuevo atractivo, para el cual ya se han hecho los primeros sembradíos: se pretende que este lugar de Caucete se convierta en el primer Pueblo Sustentable de la provincia, a través de un plan de reforestación y limpieza, el uso de energías alternativas y el desarrollo de iniciativas productivas vinculadas al ambiente y el emprendedurismo sino también porque la comunidad que allí vive estará incluida en este proyecto de economía circular. La idea es generar mejores condiciones de vida para los habitantes, no sólo por el contexto exterior sino por la posibilidad de poder ganarse el sustento, allí, en el lugar donde nacieron y con sus propios recursos. Ya se están dando los primeros pasos.


Todo se aceleró con el paréntesis impuesto por la pandemia de Covid y su consecuente paralización total de este paraje, donde la buena parte de la población -unos 465 habitantes según el censo de la Unión Vecinal del 2019- trabaja en el santuario y los que no tienen un sueldo de este ente, tiene un vínculo indirecto (como por ejemplo venden bebidas o semitas al ingreso). Por eso, al quedar cerrado al público y no ingresar turistas y por ende, tampoco dinero ni donaciones, quedaron al descubierto las necesidades económicas y de trabajo de los lugareños. A eso se sumó una realidad que lleva años: el agotamiento de recursos naturales, la existencia de grandes extensiones de basurales y especialmente la carencia de una red de agua, ya que hay un histórico proyecto que aún no se puede concretar. Por ahora la cañería llega desde la calle La Plata al ingreso del santuario pero no hay distribución por lo que el abastecimiento se hace por medio del Municipio de Caucete.


Con este crudo diagnóstico los nuevos integrantes de la Fundación Difunta Correa -el ente que se ocupa del manejo del lugar- idearon un programa que se ha propuesto ir solucionando la problemática de saneamiento ambiental y la generación de trabajo genuino para los pobladores, pero con un propósito más abarcable aún: debe ser sostenible en el tiempo, según cuentan Pablo Pastor, el recientemente nombrado presidente de la fundación y su mano derecha, Cecilia Carrizo, que es quien se ocupa de la gestión de proyectos y la generación de propuestas creativas y novedosas.


"La sustentabilidad es la salida para esta situación que dejó entrever el contexto de pandemia que afecta al mundo entero, en dónde Vallecito como zona rural, padece muchísimas hostilidades y adversidades que han llevado al desequilibrio ambiental Para remediarlo, hace falta que se involucre a la comunidad. Sin ellos es imposible. Además hay que tener en cuenta que la sustentabilidad no siempre implica inversiones, al contrario, es un cambio de actitud y un cambio cultural que tiene que ver con la educación. La gente se ha comprometido con mucha conciencia'', explican.


Paso a paso


Hace unas semanas que se iniciaron los primeros trabajos, con una limpieza a fondo, con maquinaria provista por la Secretaría de Ambiente y el Municipio de Caucete. Ahora, están abocados a la recolección fina de los residuos, especialmente miles y miles de bolsas plásticas, que sólo pueden levantarse a mano. Esta tarea abarca unos 3 kilómetros alrededor del paraje. Más adelante, una vez que consigan el modo de asegurar el riego -para eso están trabajando con unos prototipos de vasijas- se incursionará en la reforestación de esta zona e inclusive ampliándose a 10 kilómetros a la redonda del santuario. Las intenciones son utilizar las plantas que se generen en el propio vivero (ver recuadro Generador de especies nativas).


"Soñamos con que la gente venga a visitar el santuario no sólo como un paseo de devoción sino que también pueda encontrar aspectos educativos que nos muestren lo que somos. Por ejemplo, que al venir aquí descubra y entienda el desierto, que aprenda la razón de cada planta que crece sin mucha agua y bajo el sol para que la valore, la cuide y no quiera reemplazarla porque tiene una razón de ser su existencia aquí. Por eso nuestro interés pasa por multiplicar las plantas, xerófilas, flores y flora del desierto', dice convencido del proyecto Pablo Pastor.


Mientras esto ocurre, paralelamente, le han pedido ayuda a los vecinos, en principio de las 30 casas del barrio que está al ingreso del predio, para que cada uno se ocupe de limpiar su frente y el fondo de su vivienda. Inclusive les han entregado algarrobos y kits de huerta orgánica para que ya empiecen a hacer sus primeras plantaciones (ver Raíces prolíferas).


"Estuvimos dando charlas sobre separación de residuos y compost para que la gente aproveche los desechos orgánicos de su casa para tener su propio material para que sirva de abono para sus cultivos. La gente ya está trabajando en eso', detalla Cecilia Carrizo.


A su vez, se están haciendo algunas mejoras en el predio. "Si se habla de sustentabilidad, no se puede dejar de lado la mejora de los servicios y la infraestructura del lugar. Empezamos con la accesibilidad con rampas para discapacitados en zonas donde no existían y otros arreglos de las instalaciones. Con ayuda del Ministerio de Turismo estamos trabajando en la señalética y la demarcación de los senderos. El próximo paso es reconvertir la matriz energética del pueblo y del paraje para utilizar energías alternativas. Por ejemplo, ya tenemos calefones solares para el hotel pero aspiramos a cambiar la luminaria pública sirviéndonos de energía solar con células fotovoltaicas o a largo plazo, llegar a las viviendas con la construcción de sistemas de calefacción y cocina de baja combustión, y hasta el uso de biodigestores', cuentan acerca de algunas de las acciones que tienen por concretar, ya que aún hay mucho por hacer.


La Difunta no está sola


Quienes están al frente de la Fundación están convencidos que ya la historia de Deolinda Correa guarda un mensaje sobre la supervivencia, sobre el ambiente y sobre la femeneidad. Tres aspectos que ellos han sabido capitalizar. Por eso, es que apuestan al cuidado de recursos, a regenerar otros y a darle un lugar a la mujer. De hecho, vale recalcar, que la Unión Vecinal está manejada por 5 mujeres, las que también conforman la cooperativa de trabajo que se ha armado recientemente con 30 integrantes (entre los que hay hombres por supuesto). Esta entidad, será la que pondrá manos a la obra buena parte de las iniciativas y emprendimientos. "Propiciamos la participación de los pobladores para que se generen sus propios ingresos a partir de las nuevas posibilidades que se generen en el predio. Estamos convencidos que los beneficios serán para todos y serán sostenibles en el tiempo', dicen los responsables de la Fundación que, en conjunto con los pobladores han armado un esquema de todos los emprendimientos en los que podrán trabajar, desde el armado de bolsas de tela (aprovechando el material que no estaba en condiciones de la ropa que fue donada a la Difunta Correa y que ya les entregaron para reciclar con máquinas de coser también donadas), la recolección de semillas para el vivero de especies nativas y la reproducción de plantas para vender, la elaboración de cosmética natural, tintes y hasta comidas a partir de los frutos de las plantas que produzcan, la construcción de macetas de barro y de plástico aprovechando las botellas que le lleva los promesantes, la elaboración de vela con cera de retamo o con la reutilización del cebo de las que ya se usaron, inclusive el armado de circuitos guiados y paseos en bicicletas -cedidas de los bienes de la fundación-, entre otras unidades productivas.

Raíces prolíferas


El fin de semana pasado, se hizo la primera entrega de árboles y semillas para huerta familiar. Esto fue gracias al aporte del Parque de la Biodiversidad y del Inta. Así fue como unos 100 niños recibieron su ejemplar de algarrobo y su certificado correspondiente que indica que ése árbol es suyo y por ende es quien debe comprometerse a cuidarlo. Los árboles ya están siendo plantados, la mayoría, en el frente o el patio de las viviendas.


La elección de los algarrobos no fue al azar sino que se trata de una planta nativa (por ende no necesita adaptarse ni requiere mayores cuidados) que además tiene un fruto que puede ser aprovechado para hacer productos alimenticios.


También se trabaja para que la plaza de Vallecito (frente a la Unión Vecinal) tenga un árbol con el nombre de cada niño del lugar.
 

Generador de especies nativas


Detrás de la escuela y en las cercanías del control fitosanitario de Vallecito, en una zona llamada Bosque del Bicentenario, se ubicará el vivero y laboratorio de especies nativas (como algarrobo, jarilla, cáctus, brea, etc), según proyectan. Estará enmarcado por un bosque de pimientos o aguaribay que hace años fueron plantados allí. Mientras tanto, con ayuda del Parque de Tecnologías Ambientales se empezará a trabajar en el compostaje a gran escala para preparar la tierra.

A su vez, trabajan en el desarrollo de un sistema de riego de innovación, haciendo pruebas con distintos adminículos en base a una práctica ancestral que consistía en una vasija de barro cocido que hacían los huarpes, que enterraban y por la que se filtraba y dosificaba el riego. Son similares a los decantadores de agua y se reatroalimentan con la helada de la noche.


Trabajo de abeja


Hace apenas unos días llegó al lugar la noticia de que la fundación había sido beneficiada con un subsidio de 100 mil pesos por parte del Programa Casa Común, dependiente del Ministerio de Ambiente de la Nación, para la construcción de un apiario. Este pequeño colmenar tendrá una doble función: por un lado generar un nuevo sitio de interés en el predio para los visitantes y por otro, estimular el trabajo de la comunidad con productos de origen apícola como miel, propóleo y sus derivados. 

 Todo suma


Hasta tanto vuelvan las visitas a la Difunta Correa, los promesantes podrán -a partir de octubre- hacer sus donaciones on line (por medio de transferencias bancarias o por Mercado Pago), desde la casa. Ese ingreso es fundamental para el mantenimiento del lugar y el pago de sueldos. 'Esto también es parte de la sustentabilidad. Durante estos seis meses no hubo prácticamente donaciones'', indica Pastor, quién está trabajando además para generar la categoría de Auspiciante para las empresas con Responsabilidad Social y así poder financiar las obras que sueña para el lugar.


Aquellos que hagan donaciones on line serán recompensados con casitas de chapa (realizadas en sus casas por el personal licenciado por el Covid) que serán instaladas en el santuario. Llevarán el nombre de la familia.


Aparte en la Fundación y con los abogados del Ministerio de Turismo están abocados a darle forma a la iniciativa de que las donaciones -como bicicletas o máquinas de coser- puedan ser cedidas a la comunidad de Vallecito a través de la cooperativa de trabajo.


Por Paulina Rotman
Fotos: colaboración Fundación Difunta Correa