La cúpula. El Presidente festejó la excelente elección de Cambiemos junto con la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y la vicepresidenta Gabriela Michetti, entre otros referentes de peso de la alianza gobernante. Todos leyeron el resultado como un apoyo a la gestión macrista, a dos años de gobierno.

Tras una campaña que terminó con extrema cautela por el tremendo cimbronazo de la aparición del cadáver de Santiago Maldonado, el presidente Mauricio Macri logró el objetivo de imponer su frente Cambiemos en más distritos aún que en las PASO. Al mismo tiempo, logró un récord en más de tres décadas al ganar en las provincias más importantes, le arrebató cinco distritos clave a la oposición y terminó no sólo consolidando su gestión iniciada en 2015 con el apoyo recibido ayer en las urnas, sino que además fortaleció su armadura política en la antesala de las nuevas conversaciones que se vienen con los gobernadores, para avanzar en el Congreso con proyectos vertebrales como las reformas laboral e impositiva, entre otros.


Otros dos rasgos que marcaron la euforia de Cambiemos en este test de medio tiempo son, por un lado, la victoria récord de Lilita Carrió en la elección porteña, donde obtuvo casi el 51% de los votos. Y por el otro, el triunfo del senador electo Esteban Bullrich sobre Cristina Fernández de Kirchner, quien si bien logró obtener una banca con el sello de Unidad Ciudadana, perdió terreno con respecto al resultado de las PASO.


La diáspora peronista de los últimos años fue aprovechada por Cambiemos, que aún no llega a la mayoría propia en ninguna de las Cámaras del Congreso pero que sí gana en representación y peso específico para acelerar la política económica macrista. ‘Hoy ganó la certeza de que podemos cambiar la historia para siempre‘, dijo el presidente casi a la medianoche, en una clara referencia al rumbo que quiere darle al país, con el cántico de ‘Sí se puede‘ de fondo.


La elección de ayer le dio al frente oficialista la victoria en 15 de los 24 distritos electorales, inclusive en 5 que son fundamentales y que le habían sido esquivos en las primarias: provincia de Buenos Aires, Santa Fe, La Rioja, Chubut y Salta. A contrapelo, Adolfo Rodríguez Saá le arrebató el triunfo en San Luis. Pero en el balance, Cambiemos se abrió paso en el Senado, metió más soldados en Diputados y legitimó sus dos años de gobierno con más del 42% de los votos de todo el país. Por añadidura, rompió un récord de 20 años sin que alguna fuerza política nacional le ganara una legislativa al PJ.


Con este resultado, a partir del 10 de diciembre el interbloque oficialista se erigirá como primera fuerza de la Cámara de Diputados, con 108 legisladores entre propios y aliados, es decir, 19 más de los que tiene actualmente entre sus filas. No llega a los 129 necesarios para la mayoría simple, pero estira su ventaja a 41 sobre el kirchnerismo, que es la segunda fuerza en el cuerpo legislativo.


En la disputa por 127 bancas, la coalición oficialista arriesgó 41 de sus 89 bancas (propias y de aliados incondicionales) y obtuvo 60; el kirchnerismo puso en juego 32 y ganó 27, sobre las 72 bancas que posee. El Frente Renovador y sus aliados pusieron en juego 21 de sus 37 bancas, e ingresaron solamente 10, por lo que vieron reducida notablemente su representación; en tanto que el PJ arriesgó 8 de las 17 que posee y logró ingresar 16, por lo que se consolidó en 25.


Este panorama de Cambiemos en el Congreso le abre la puerta a Macri para negociar en otros términos con los referentes de la renovación peronista los proyectos inmediatos. Y, sin dudas, le ayuda a posicionarse más cómodo en las expectativas de la alianza gobernante con vistas a las generales de 2019.


 

Votó el 78%, es decir, más que las PASO

La participación en los comicios de ayer llegó al 78 por ciento del electorado, lo que representó 5,5 puntos porcentuales más que la concurrencia a las PASO del 13 de agosto, casi 2 millones de votantes adicionales. Por su parte, el voto en blanco no tuvo una importancia significativa en todo el país, con un máximo del 8,62 por ciento en Jujuy y un mínimo de 0,58 por ciento en Tucumán. Antes de la elección, la mayoría de los analistas coincidió en que una mayor concurrencia de votantes terminaría favoreciendo a los candidatos de Cambiemos. Salvo en 2011, cuando se realizaron las primeras PASO, la concurrencia en los comicios generales fue superior a la de las primarias. En 2011, la novedad de las PASO se plasmó en una participación del 81,41 por ciento, la más alta del siglo XXI, en tanto en las elecciones generales el porcentaje bajó a 79,39. El 13 de agosto pasado la participación en las PASO llegó al 72,37 por ciento.