El primer encuentro de forma presencial de la CGT tras 8 meses de cuarentena por la pandemia abrió una grieta inesperada en el seno de la central obrera: Es que el grupo denominado "los gordos" rechazan el plan de ajuste de Martín Guzmán que incluye la quita del IFE y del ATP, así como la fórmula de las jubilaciones que podrían implicar una fuerte pérdida en los haberes de los adultos mayores.

Esto motivó la publicación de una dura carta destinada al Gobierno y la presión de un sector del sindicalismo para ir a un paro.

Los llamados "gordos", que representan a los gremios de grandes servicios, reclamaron un cese nacional de tareas en fecha a determinar ante "la incertidumbre que genera la iniciativa de cambio de la fórmula de movilidad jubilatoria, las paritarias a la baja, la realidad de las obras sociales y la ausencia de participación sindical" en el Gobierno, explicaron los voceros.

Sobre la nueva fórmula de la movilidad jubilatoria reclaman que no signifique una pérdida para los jubilados y renovaron sus críticas por los alcances del impuesto a las Ganancias que pesa sobre los salarios.

"Los gordos" formularon reclamos que consideraron "una deuda pendiente" del Gobierno hacia el movimiento obrero, y demandaron por lo tanto la convocatoria a una protesta, que no fue aceptada por la mayoría.

"De ninguna manera. Ustedes ahora nos vienen a correr por izquierda. Y luego andan pidiendo que pare el transporte para garantizar el paro. Porque no pueden parar nada", fue la respuesta de un encumbrado dirigente del consejo directivo.

Las fuentes confiaron a Télam que la mayoría del consejo directivo optó por solicitar "inmediatas reuniones" con el presidente y la vicepresidenta de la Nación, Alberto Fernández y Cristina Kirchner, para analizar "reclamos pendientes y demandas varias" en los próximos 15 días.