A más de dos años de la muerte de Alberto Nisman, la Justicia vuelve a dudar sobre el rol de Diego Lagomarsino, el técnico informático que le prestó al fiscal el arma que terminaría con su vida.

Los nuevos investigadores del caso, el fiscal Eduardo Taiano y el juez Julián Ercolini, recolectaron en sus pocos días al frente de la pesquisa pruebas que ponen en la mira el accionar de quien se presentó en la causa como un experto informático que brindaba servicios para la fiscalía que dirigía Nisman.

En concreto, existen cuatro puntos que podrían comprometer la situación procesal de Lagomarsino: testigos que ponen en duda su labor como técnico informático, CD en su casa con escuchas, vecinos de Le Parc que niegan haberlo visto y el fiscal que tomó contacto con él cuando denunció que el arma era suya, asegura que “no le creyó nada”.

TESTIGOS QUE LO COMPROMETEN

Lagomarsino se presentó ante la Justicia y la sociedad como un técnico informático que brindaba servicios a la UFIA AMIA que dirigía el ex fiscal. Sin embargo, trabajadores de la unidad contradicen esta versión, según Clarín.

Taiana, por ejemplo, le tomó declaración a todos los empleados que trabajaban con Nisman en su fiscalía. Ninguno recuerda que Lagomarsino les haya arreglado alguna vez sus computadoras. Otros dijeron que visitaba a Nisman de vez en cuando.

Sólo dos personas de la fiscalía le aseguraron a la Justicia que Lagomarsino tenía contacto con las computadoras. Se trata de quienes sí estaban formalmente contratados para resolver los problemas informáticos que pudieran presentarse, aunque ambos declararon que en una ocasión determinada le pidieron a Lagomarsino que resuelva un problema tecnológico, y que no lo logró.

ESCUCHAS TELEFÓNICAS

En el allanamiento que la Justicia ordenó en el departamento de Lagomarsino tiempo después de la muerte del fiscal se encontraron más de un centenar de CD con escuchas telefónicas relacionadas con el caso del ex espía Ciro James, una trama que Nisman investigó y en la que quedó procesado el presidente Mauricio Macri, luego sobreseído de esa causa.

DOS VERSIONES

La defensa de Lagomarsino indica que el técnico le prestó su Bersa 22 a Nisman el sábado 17 a alrededor de las 8 de la noche -por pedido del fiscal-, y que el propio Nisman lo hizo salir a Lagomarsino por la puerta principal del departamento.

El técnico informático sostuvo esta versión ante la Justicia luego de declarar que en el ascensor se encontró con personas que podrían identificarlo, sin embargo Taiano descubrió que brindó dos versiones de esta secuencia.

En una de ellas, declaró que eran cuatro las personas que se encontró en ese ascensor. Y otra vez afirmó que en realidad eran dos. No existen imágenes de cámaras de seguridad que puedan ayudarlo.

VECINOS DE LE PARC

Los nuevos investigadores le tomaron declaración a todos los habitantes de las Torres de Le Parc y  ninguno se acuerda o ratificó que ese sábado 17 de enero del 2015, siendo poco más de las ocho de la noche, hayan compartido el ascensor el técnico.

EL FISCAL NO LE “CREE NADA”

El lunes 19, un día después de la muerte de Nisman, Lagomarsino declaró que el arma que había terminado con la vida del fiscal era suya. La autoridad judicial con la que habló fue el titular de la secretaría 116 del juzgado Nacional en lo Criminal Número 5, Daniel González. Se presentó en ese juzgado por error, creyendo que era el que tramitaba la causa por la muerte de Nisman.

González fue citado por Fein y fue tajante: “No le creí nada. Lloraba a gritos… Con mi experiencia de 22 años (en la Justicia) me dio la sensación de que simulaba, sobre todo porque no le estaba prestando declaración…”.

Por otra parte, testimonios de la fiscalía de González aseguraron que cuando Lagomarsino se contactó con la Justicia esa mañana del 19 de enero del 2015 para saber qué había pasado, o para informar que él le había prestado el revolver a Nisman, dijo esta primera frase: “Nisman se mató