En Recoleta. La muestra permanente sobre Raúl Alfonsín puede visitarse en la Biblioteca Nacional, en Recoleta.

La Biblioteca Nacional inauguró un espacio permanente que recrea el despacho personal del expresidente Raúl Alfonsín con su biblioteca y mobiliario, los libros de formación y consulta, el escritorio y un abrecartas de plata que le regalaron los Reyes de España, tras una significativa donación que realizaron sus nietos.

La biblioteca de Alfonsín reúne 3551 títulos de Jean Jeaques Rousseau, Martín Heidegger, José Ortega y Gasset, Domingo Faustino Sarmiento. Esos son solo algunos de los autores que robustecieron los estantes de su biblioteca entre el estudio de la avenida Santa Fe y su casa de Chascomús, con mayoría de títulos de historia, política, filosofía, sociología y economía.

"La idea surgió hace mas de dos años con el entonces director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, con la necesidad de mantener unificada la biblioteca de mi abuelo y nos parecía que la mejor manera era en la Biblioteca Nacional", explica Francisco Alfonsín, nieto del exmandatario y uno de los apoderados de la familia.

"Toda biblioteca (agrega Ezequiel Martínez, al frente de la Dirección General de Acción Cultural de la institución) habla de la persona a la que le perteneció, qué temas le interesaba. Esta es una biblioteca muy apuntada a la política, la historia, la economía, hay mucho de educación y de derechos humanos".

Martínez destaca del catálogo clásicos como "El contrato social" de Rousseau, o "La rebelión de las masas" de Ortega y Gasset. El radical guardaba entre sus estantes volúmenes de tragedias y comedias de William Shakespeare.

Pero además de los libros, hay mobiliario y objetos de lo que fue su estudio en los últimos años de su vida: está el escritorio de la casa familiar de Chascomús, la biblioteca con vidrio biselado, la silla de madera donde se sentaba, y un mapamundi que le regaló el almirante Joaquín Stell. El espacio permanente que recrea el estudio de Alfonsín se puede ver todos los días en el primer piso de Agüero 2502 (ciudad de Buenos Aires) y representa la primera biblioteca personal de un expresidente que atesora la Biblioteca Nacional.

Télam