Señor director:

La desaparición física de Alfredo Pedro Ávila ha dejado en la comunidad de Chimbas un vacío que será difícil de llenar. A sus 93 años, Ávila era reconocido por autoridades y vecinos del departamento como un hombre que con esfuerzo y humildad supo ganarse el cariño de todos, al igual que el de su familia, integrada por su esposa Franca Candeo y sus hijas Daniela Olivera y Marianela Avila, y su queridos nietos.

Se lo recuerda porque desde niño fue muy trabajador, encargandose de llevar la correspondencia de Chimbas desde el correo hasta el ferrocarril. Luego también se desempeñó durante 34 años en el Banco San Juan hasta jubilarse. En esta entidad era muy conocido y apreciado por su forma de tratar a la gente y relacionarse con clientes y compañeros de trabajo.

Sus restos fueron despedidos el pasado 16 de junio por numerosos vecinos que acudieron a darle su último adiós.

Daniela Olivera 
Hija y vecina de Chimbas