Señor director:

Las elecciones del domingo pasado en Formosa puede calificarse como un suceso deplorable que muestra los males dejado por el kirchnerismo. Así es la triste realidad en nuestra Argentina. Hasta tratar de instaurar un poder ilimitado en esa provincia, un feudo hecho a la medida de una dictadura. El gobernador, Gildo Insfrain (foto), afirmado en su conducción populista, donde se cambia bolsones de mercadería por votos, pone en escena el mal deplorable, que muestra la ignorancia del pueblo y la cautividad a la que están sometidos los formoseños, ya que el 80% de la población trabaja para el Estado Provincial y son rehenes del poder del gobernador Insfran. A esto se le suma las ansias de poder, de este nefasto dirigente político, donde prioriza el bien personal, en vez del bien de la República Argentina. ¡Dios nos proteja!

Beatriz del Alba