Señor director:

El auditorio Juan Victoria se ha convertido en un ámbito donde no solo se puede ir a escuchar las magníficas interpretaciones de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ u otros selectas presentaciones musicales. En su foayer se pueden apreciar interesantes exposiciones escultóricas y de pintura; en su anfiteatro presentaciones artísticas locales y hasta la proyección de películas y en sus jardines, ferias de artesanías y emprendedores que convocan los sábados, domingos y feriados a numeroso público. Pero en esta ocasión voy a referirme a un tema que empaña todo este fenómeno cultural y es el de la presencia en las inmediaciones del auditorio de los denominados “trapitos” que no solo se ofrecen a cuidar innecesariamente los vehículos de la gente que concurre a este lugar, sino que ahora han puesto una tarifa que va de los 1.000 a 1.500 pesos por cada auto que se para en las calles de las inmediaciones. Sé que el dinero está desvalorizado y que tal vez ese monto para determinadas personas no significa mucho, pero lo considero un abuso cuando las calles son públicas que los “trapitos” se hayan organizado para exigir ese pago que no corresponde bajo ningún concepto.

Jorge Eduardo Sirerol
DNI 14.026.972