Lo que pasó la semana pasada en una reunión de países latinoamericanos con China y otros países asiáticos en la ciudad chilena de Viña del Mar es un excelente ejemplo de cómo el aislacionismo del presidente Trump disminuirá la influencia estadounidense en el mundo. 


La reunión fue convocada por Chile, en su calidad de presidente pro témpore de la Alianza del Pacífico, tras la decisión de Trump de retirarse del Acuerdo Transpacífico (TPP). Dicho acuerdo había sido firmado en 2016 entre EEUU y once países asiáticos y latinoamericanos de la cuenca del Pacífico, incluidos Japón, Singapur, Australia, Canadá, México, Perú y Chile. 


Trump denunció que el TPP era un "desastre'' para EEUU, y había proclamado que "el americanismo, y no el globalismo, será nuestro credo''. 


Pero la retirada estadounidense del Acuerdo Transpacífico no impidió que los demás países miembros siguieran adelante, sin EEUU, en busca de nuevas alianzas comerciales. 


El canciller chileno Heraldo Muñoz dijo, cuando anunció por primera vez la reunión, que, aunque América latina seguirá tratando de aumentar sus relaciones comerciales con EEUU, China podría aprovechar esa retirada del TPP. En política, cuando un país deja espacios abiertos, lo ocupan otros, sostuvo. 


Muñoz se cuidó mucho de no sobredimensionar la importancia de la presencia china allí, pero dijo que la cita concluyó con un "compromiso muy claro de apoyo al libre comercio y a la integración de Asia y el Pacífico''. 
En la reunión, la Alianza del Pacífico de América latina -integrada por México, Colombia, Perú y Chile- acordó comenzar a negociar tratados de libre comercio extrarregionales. Se iniciarán conversaciones comerciales con Australia, Nueva Zelanda y otras naciones asiáticas. 


La retirada de Trump del TPP es sólo una de varias medidas de su gobierno que indican un repliegue de EEUU del papel que ha jugado en el mundo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Entre otros síntomas: Trump ha dicho que renegociará el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con México y Canadá, y que construirá el muro con México que prometió en su campaña. 


La semana pasada, Trump envió al Congreso su proyecto de presupuesto para 2018 que reduce drásticamente los fondos para el Departamento de Estado y la ayuda externa en un 29 %, mientras aumenta el presupuesto militar en un 10 por ciento. Entre otras cosas, Trump está pidiendo una reducción dramática de la cuotas de EEUU a las Naciones Unidas y otros organismos internacionales. 


Mi opinión: la reunión de Viña del Mar fue un ejemplo de cómo incluso los países tradicionalmente proestadounidenses, como Chile, Perú, Colombia y México, ya están haciendo sus propios planes de contingencia para construir nuevas alianzas a la luz de la retirada de Trump de los principales acuerdos mundiales. La diplomacia estadounidense perderá peso. Peor aún, la retórica xenófoba de Trump podría generar una nueva ola de demagogos populistas en América latina y podría empujar más a la región hacia los brazos de China. 
 

Cumbre internacional, convocada por Chile en el marco de la Alianza del Pacífico.