Hasta ahora, la mayoría de los críticos del muro citaban estudios que señalaban que alrededor del 40% de los inmigrantes indocumentados no entran en el país por la frontera con México, sino que llegan en avión como turistas y se quedan más allá de lo permitido por sus visas. 


Pero el nuevo estudio del Centro de Estudios sobre Migración (CMS, por sus siglas en inglés), titulado "El muro de 2.000 millas en busca de un propósito'', muestra que el porcentaje real de indocumentados que se quedaron después de vencidas sus visas es del 66 %, o sea mucho más de lo que se pensaba.

 
El informe deja claro que el argumento de Trump de que los indocumentados están invadiendo EEUU está basado en una falsedad. 


Según el informe del CMS, ha habido "un dramático descenso en la población indocumentada de EEUU entre 2008 y 2014", especialmente de México. Las entradas ilegales de México cayeron de 390.000 en el 2000 a 110.000 en 2013, dice. Y un porcentaje cada vez mayor de los que cruzan ilegalmente la frontera mexicana no son mexicanos, sino personas de El Salvador, Honduras y Guatemala que huyen de la violencia política, de las bandas de narcotraficantes o de las pandillas..., dice. 


Asimismo, Trump basó su campaña presidencial y sigue diciendo que los indocumentados están causando una ola de crímenes en Estados Unidos. Trump rutinariamente cita los casos de madres y viudas de personas asesinadas por inmigrantes mexicanos, como lo hizo en su discurso del 27 de febrero ante el Congreso. Lo que es más, anunció en ese discurso la creación de una nueva oficina gubernamental llamada VOICE, o Víctimas de Crímenes Relacionados con la Inmigración, que registrará y dará a conocer los crímenes cometidos por inmigrantes. Muchos críticos señalan que se trata de una medida fascista que intenta culpar falsamente a una minoría por un problema nacional. 


Al contrario de la campaña de pánico contra los inmigrantes que está llevando a cabo Trump, el informe del CMS señala que la abrumadora mayoría de los estudios muestran que los inmigrantes incluyendo a los mexicanos son menos propensos a cometer crímenes que los nacidos en Estados Unidos. 


Mi opinión: La respuesta es que no hay razón para este derroche absurdo de dinero, más que la necesidad de Trump de mantener su narrativa anti inmigrante para complacer a su base política, que incluye a muchos supremacistas blancos. Si Trump quiere reducir el número de indocumentados, debería poner más dinero en reforzar los controles en los aeropuertos y reforzar los programas del Departamento de Estado para mejorar los sistemas de justicia y promover el desarrollo económico en los países centroamericanos, que son la mayor fuente de inmigración ilegal. 
 

El muro que separa la frontera de Sunland Park, Nuevo México, EEUU, con Anapra, México.