Por supuesto que sí, dijo Almagro. "Él ha incitado a la violencia. Ha tenido un discurso de exacerbación del conflicto. En ese sentido, es responsable de las acciones de gente que no tiene control, de los colectivos armados por el gobierno. Es responsable de la represión y de los efectos que tiene como la muerte de personas''.

Agregó que "no puede darles armas a civiles para que hagan una tarea represiva. No pueden exacerbarse esos ánimos con un discurso de odio, de confrontación y de conflicto. El no solamente apretó el gatillo, sino dio las armas, y dijo que salieran a reprimir las manifestaciones''.

Mi entrevista con Almagro fue en momentos en que más de 100.000 opositores salieron a las calles para exigir un retorno a la democracia. El régimen de Maduro eliminó virtualmente todos los poderes del Congreso, se ha negado a celebrar elecciones regionales y ha inhabilitado a los principales líderes de la oposición para ser candidatos por hasta 15 años. Para intimidar a la gente para que no participara en las protestas, Maduro dijo en una ceremonia militar que había ordenado a su ministro de Defensa "expandir la Milicia Nacional Bolivariana a 500.000 milicianos''.

Previsiblemente, Maduro ofreció un nuevo "diálogo'' con la oposición prometiendo entre otras cosas celebrar elecciones regionales. Pero afortunadamente, ni los líderes de la oposición ni Almagro caerán en la trampa esta vez. El último diálogo en el que participó la oposición, promovido por el Vaticano y la Unasur, terminó siendo una farsa que solo ayudó a que el régimen ganara tiempo, y pudiera quitarle aun más poderes a las últimas instituciones independientes.

Cuando le pregunté al líder opositor Henrique Capriles sobre la posibilidad de una nueva ronda de negociaciones con el equipo de mediación encabezado por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, me dijo: "No nos vamos a volver a dar con la misma piedra'. Almagro dice que cualquier nueva mediación tendría que incluir un calendario para elecciones presidenciales libres, con supervisión internacional. Ya 11 países latinoamericanos como México, Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Chile han firmado un documento exigiendo un calendario electoral.

No sólo el régimen ha roto el hilo democrático, sino que la economía se ha desplomado. El FMI acaba de proyectar que Venezuela tendrá una inflación de 720% este año la más alta del mundo y del 2.068% el próximo año.

Lo que se necesita ahora es "que la comunidad internacional no quite los ojos de Venezuela'', y que Maduro sea presionado para celebrar elecciones generales, con observadores internacionales creíbles y levantando las inhabilitaciones a los líderes opositores. El derecho de los líderes opositores a ser candidatos es una condición básica y mínima, dijo Almagro.

Mi opinión: La orden de Maduro de entregar 500.000 rifles a civiles oficialistas deja pocas dudas de que él es responsable de crear las condiciones que causaron tantas muertes en las protestas. Los países latinoamericanos deben intensificar sus presiones diplomáticas y darle a Maduro un ultimátum para celebrar elecciones generales monitoreadas por observadores creíbles, o ser objeto de sanciones. Maduro debe ser considerado directamente responsable por la violencia política en su país, antes de que más jóvenes mueran en las calles para defender sus derechos democráticos.