La respuesta lenta, desalmada y casi cruel del presidente Trump a la crisis humanitaria que enfrenta Puerto Rico después del huracán María es inconcebible. Este mandatario parece ajeno al hecho de que los 3.4 millones de puertorriqueños son estadounidenses, y en muchos casos, más patriotas que él.

Gran parte de la población de Puerto Rico son estadounidenses, muy patriotas.


Primero, hablemos de la respuesta tardía de Trump. Mientras que fue a Texas dos veces en el plazo de una semana, tras el huracán Harvey, y viajó a la Florida cinco días después del huracán Irma, la Casa Blanca recién anunció el martes ante una tormenta de críticas que el Presidente visitará la isla el 3 de octubre. Eso será casi dos semanas después del huracán.


Pero eso es un detalle menor en comparación con la falta de interés que Trump mostró en los días que siguieron al paso del huracán María el 20 de septiembre a través de Puerto Rico.


En los cinco días que siguieron, después de que el huracán había dejado a toda la isla sin electricidad y a la mitad sin agua, el mandatario escribió sólo un tuit sobre la tragedia de Puerto Rico: un mensaje al gobernador Ricardo Rosselló diciendo: "Estamos con ustedes". En comparación, durante el mismo período, Trump escribió 17 tuits relacionados con su afirmación de que los atletas de la liga de fútbol americano NFL que se arrodillan durante el himno nacional no respetan la bandera de Estados Unidos.


El cantante Marc Anthony tuiteó el 25 de septiembre: "Sr. Presidente, deje de hablar de la NFL y haga algo por nuestra gente con necesidad en Puerto Rico".


Cuando finalmente Trump reaccionó ante las críticas, lo hizo con un tuit que sonó cruel. Trump escribió que Puerto Rico está en "graves problemas", después del huracán María, y que sus miles de millones de dólares en deudas con los bancos de Wall Street "deben ser afrontados".


Por supuesto, Puerto Rico está en quiebra, y debe llegar a un acuerdo con los bancos de Wall Street.


"Es inconcebible que en un momento como éste, cuando los hospitales de Puerto Rico no tienen electricidad, la mitad de la isla no tiene agua y la vida de la gente está amenazada por epidemias, el presidente esté preocupado por los intereses de Wall Street", dijo Edwin Meléndez, director del Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunter College de Nueva York.


Lo menos que podría hacer Trump es enviar más ingenieros del ejército a la isla. Puerto Rico necesita batallones de ingenieros para restaurar los servicios de agua y electricidad, y para reconstruir carreteras y puentes.


Además, debería eximir a Puerto Rico del Acta Jones, que exige que sólo buques de bandera de EEUU pueden llevar carga de un puerto estadounidense a otro. Esa ley estrangula la economía de la isla, y hace más difícil y costosas las tareas de reconstrucción".


Pero sobre todo, debe entender que le gusten o no los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses. Más de 200.000 puertorriqueños han servido en las fuerzas armadas estadounidenses desde 1917, incluyendo 48.000 durante la Guerra de Vietnam (la misma guerra a la que Trump evitó ir pidiendo cinco postergaciones consecutivas.) ¡Puerto Rico merece ser tratada mejor!