Trump debería pasar menos tiempo en el campo de golf y darse una vuelta por Asia, donde vería lo rápido que Japón, China y Corea del Sur están desarrollando sus industrias de robótica. Estos países están reemplazando a un gran número de trabajadores por robots cada vez más rápidos, eficientes y baratos, y Estados Unidos tendrá que hacer lo mismo para seguir siendo competitivo.

Si Trump continúa con sus planes de renegociar los acuerdos de libre comercio con México y otros países con mano de obra más barata, los empleos que pretende traer de regreso no irán a trabajadores estadounidenses, sino a robots.

En Japón, que es uno de los principales productores de robots del mundo, el primer ministro Shinzo Abe está llevando a cabo un plan quinquenal de 1.000 millones de dólares para convertir a este país en una "superpotencia robótica''. El plan prevé la creación de nuevos robots industriales y de servicios, y la cuadruplicación de la producción de robots para 2020.

Japón tiene una poderosa razón: su fuerza de trabajo está disminuyendo rápidamente. Tiene una de las tasas de natalidad más bajas del mundo, su población envejece rápidamente, y el país tiene políticas de inmigración muy restrictivas.

"Necesitamos robots, porque tenemos cada vez menos trabajadores'', me dijo Atsushi Yasuda, director del departamento de robótica del Ministerio de Economía. "Tenemos 76 millones de personas en edad laboral hoy, y para 2025 ese número bajará a 70 millones''.

Los japoneses parecen tener un romance con los robots. Uno ve robots en la entrada de muchas tiendas, saludando a los clientes y dándoles direcciones. Japón también ve a los robots como una solución a su creciente problema de falta de atención a los ancianos: previendo una gran escasez de trabajadores en asilos de ancianos, el país está desarrollando robots para ayudar y proporcionar compañía a las personas mayores.

Pero lo que va a tener el mayor impacto en la economía mundial es la creciente producción de robots industriales cada vez más baratos. Estos son los que realizan trabajos en las fábricas de automóviles que Trump quiere traer de vuelta a EEUU. El costo promedio actual de un robot industrial es de U$S 28 por hora, pero disminuirá a menos de U$S 20 la hora por debajo del salario de un trabajador estadounidense en 2020. Por ese motivo, las tareas de robots aumentará del 8% actual al 26% a finales de la década.
Según el Centro de Investigación de Negocios y la Economía de Ball State University el 88% de las pérdidas de empleos en EEUU en los últimos años se debió a cambios tecnológicos y no al comercio con México o China.

Mi opinión: Trump está perdiendo el tiempo tratando de renegociar acuerdos comerciales con México, China y otros países para hacer regresar empleos manufactureros a Estados Unidos. Ese tipo de empleos se ha ido para siempre. Pasa lo mismo que con los trabajos agrícolas, que pasaron del 40% del total de empleos en el país en 1900 a un 2% un siglo después.

En lugar de resucitar un mundo del siglo pasado que ya no existe, Trump debería mejorar la educación y la formación profesional para producir los trabajadores altamente calificados que se requerirán en la nueva economía del conocimiento. Los países asiáticos ya lo están haciendo, y EEUU se quedará atrás si no hace lo mismo.