El hombre que sería el futuro Libertador de tres países, nació por esas cosas del azar, el 25 de febrero de 1778, en Yapeyú, otrora numeroso pueblo guaraní y además capital de uno de los cuatro distritos en que se dividieron las antiguas misiones, luego de la expulsión de los jesuitas.

Sus padres, Juan de San Martín y Gregoria Matorras, se casaron maduros. Tuvieron cinco hijos, los tres primeros -María Helena, Manuel Tadeo y Juan Fermín- nacieron en tierra oriental, pues su padre administraba la estancia de Caleras de las Vacas. Los dos menores -Justo Rufino y José Francisco- vieron la luz en el distrito nombrado. En 1781 la familia se trasladó a Buenos Aires y dos años después a don Juan le ordenaron regresar a España.

La familia llegó a Cádiz y de ahí se trasladaron a Madrid. Aquellos años, cuentan los biógrafos, fueron de aguda estrechez económica, hasta que finalmente a don Juan le pagaron varios sueldos atrasados. El próximo destino fue Málaga. En este punto transcurrieron varios años de la niñez de José Francisco.

El año de la Revolución Francesa, el futuro Padre de la Patria se integró como cadete en Murcia. Es indudable que el temple de San Martín se forjó en los campos de batalla europeos o españoles, historia poco conocida de su vida. El bautismo de fuego lo vivió con sólo 13 años en Orán, donde estuvo un mes combatiendo.

Su heroica conducta le permitió ascender grados rápidamente, teniendo como estratega, el primero de ellos, al oficial español General Antonio Ricardos. Varios episodios épicos ilustran el temperamento de José Francisco. Por ejemplo a bordo de la fragata "Santa Dorotea", de la escuadra del almirante Mazarredo, en 1797. Esta fragata se enfrentó con la flota inglesa a las órdenes del célebre almirante Nelson.

El choque final se produciría en Trafalgar, famosa batalla. La fragata fue atacada luego de la acción de San Vicente y si bien los ingleses triunfaron, los españoles ganaron todos los honores, descollando el joven San Martín. Otro episodio fue la guerra contra Napoleón cuando invadió España. San Martín era en ese momento ayudante del Regimiento de Voluntarios de Campo Mayor, al mando del General Castaños.

Las huestes del francés Dupont se adelantaron y chocaron con las españolas. En Arjonilla, San Martín atacó junto a sus jinetes y desbarató al enemigo. Por su acción fue ascendido a capitán. Así, como estas acciones, en la que se refleja su valentía y profesionalismo militar, hay varias más, como su conducta en los campos de Bailén.

Luego sobrevendería su adhesión a las ideas revolucionarias y su formación masónica, hasta que en el mes de enero de 1812 se embarcó, junto con otros jóvenes, en la fragata "George Canning", rumbo a Buenos Aires, "era el destino que lo llamaba...".