Por Alejandra Villagra Berrocá – Licenciada en Educación

Mucho antes de que El Papa Pío XI, con la encíclica ‘Quas Primas’’, proclamara al mundo El reinado de Cristo, Caucete ya lo había entronizado en su corazón. de una piedad familiar a la identidad y símbolo de fe de todo un departamento.

La Fiesta de Cristo Rey, que cada noviembre convoca a miles de familias en El departamento de Caucete, no siempre fue así de multitudinaria, ni mucho menos nació de un día para El otro, sino que se originó bajo la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

La historia se remonta a fines del siglo XIX, cuando El fundador de Villa Colón -actual Caucete-, José María de los Ríos, recibió de su amigo Fray Luis Naón, rector del Seminario Conciliar de San Juan, una imagen del Sagrado Corazón. Aquella imagen fue colocada en El oratorio familiar de los de los Ríos, dentro de la recordada casona que permaneció en pie hasta antes del terremoto de 1977. Esa pequeña capilla privada se transformó, con El tiempo, en El primer centro de oración del naciente pueblo del este sanjuanino, cuyos habitantes, por entonces, solo contaban con la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en Villa Independencia.

El punto de encuentro

En 1913, El oratorio familiar fue oficialmente consagrado al Sagrado Corazón de Jesús, convirtiéndose en punto de encuentro dominical para los vecinos y trabajadores que llegaban a Villa Colón (Caucete) en busca de mejores oportunidades. Con la autorización eclesiástica, El pequeño oratorio obtuvo los permisos necesarios para la celebración de misas y la administración de los sacramentos, fortaleciendo así la vida espiritual de una comunidad que comenzaba a crecer al amparo de la fe.

Con los años, la devoción creció. Fue entonces que 1917 Villa Colón paso a ser la villa cabecera y se determinó El traslado de las entidades más relevantes que para entonces estaban en Villa Independencia. Este año también por orden de Monseñor Américo Orzalli, se traslada la sede Parroquial, teniendo la peculiaridad de fusionar dos devociones, por lo que se le suma la imagen del Sagrado Corazón de Jesús perteneciente a la familia de los Ríos, quedando El título: ‘Parroquia Nuestra. Señora del Carmen y Sagrado Corazón de Jesús’’, la segunda peculiaridad es que por pedido de las autoridades eclesiásticas la parroquia debía conservar su año de fundación, la cual data de 1878.

El Reinado de Cristo sobre la humanidad

La historia del mundo entero daría un vuelco en 1925 cuando El papa Pío XI, proclama El reinado de Cristo sobre toda la humanidad, expresada a través de la encíclica ‘Quas Primas’’ lo que traducido significa ‘en primer lugar’’. Dicha encíclica marcó una veta importante en las celebraciones anuales, ya que la coronación de Cristo como Rey del Universo se incluyó en El calendario litúrgico. de esta manera, El último domingo de cada año, la Iglesia en todo El mundo al unísono celebraría la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, o lo que conocemos como la Fiesta de Cristo Rey.

Este suceso de alcance mundial llevaría a la nueva modificación del nombre de la parroquia departamental, dejando de ser ‘Parroquia Nuestra Señora del Carmen y Sagrado Corazón de Jesús’’, para pasar a ‘Parroquia Cristo Rey’’.

de este modo, El 20 de octubre de 1940, Monseñor Marcos Zapata realizó la consagración del altar mayor y del Patrono departamental: Cristo Rey. El Corazón de Jesús, obsequiado por Fray Luis Naón a don José María de los Ríos, se alzaba bellamente en su nuevo altar, con una mirada profunda y serena, para ser coronado por toda la comunidad. Fue, sin duda, un capítulo trascendental para la historia espiritual de Caucete.

Arte sacro

La imagen de Cristo Rey está tallada en madera maciza, midiendo 1,70 metros de alto. La misma alza su brazo derecho en actitud de bendición y con su otra mano se toca su corazón espinado. En Él se observa que sobre sus hombros descansa una capa toda adornada en sus bordes y prendida al cuello con un broche redondo y dorado.

Esto difiere del resto de las imágenes del Corazón de Jesús, ya que generalmente la capa la lleva entre sus brazos.

En sus ojos se expresa la serenidad lograda por la técnica de ‘tapilla’’, característica del arte barroco. Esta técnica consistía en cortar pequeñas esferas de vidrio con herramientas de diamante para obtener cuartos de esferas. Estas piezas de vidrio se insertaban desde El exterior en las cuencas de los ojos de las esculturas y se fijaban en su lugar, después de lo cual se aplicaban los párpados, logrando así un efecto de mayor realismo. En El Patrono se pueden observar bastantes rasgos de esta época barroca tanto en El realismo de su rostro, como en las llagas de sus manos y pies, así como también en El movimiento de su vestidura.

Su propio himno

En 1978, El fervor religioso se tradujo en canto. No podía dejar de mencionarse la historia de un vecino caucetero ser trata de Walter Lucio Fernández, quien advirtió que Cristo Rey no tenía una canción propia.

Desde la Parroquia Cristo Rey surgió entonces la iniciativa de organizar un concurso para elegir una canción dedicada al Patrono. La propuesta convocó a varios vecinos que presentaron sus composiciones, entre ellos don Lucio, quien aseguró que su letra y melodía le fueron ‘dictadas por El Tatita’’. Sin embargo, en aquella oportunidad, la votación favoreció a otra obra.

Al año siguiente, El pueblo espontáneamente volvió a cantar la canción de don Lucio. La que había sido ‘ganadora’’ cayó pronto en El olvido, y fue El propio pueblo quien eligió El himno que lo representaba. Muchos la conocen hoy como El ‘Himno de Cristo Rey’’, nacido de puño y letra de Walter Lucio Fernández en 1978. En sus versos sencillos se expresa más que una melodía: una oración hecha canto, una profesión de fe compartida. Después de más de cuatro décadas, El 9 de noviembre de 2020, fue grabada en los Estudios Base Cuatro, con la voz de su propio compositor.

Las visitas que se volvieron tradición

Como es tradición, antes de cada noviembre comienza a trazarse un largo itinerario de visitas que nuestro Patrono realiza previo a la Novena para pedir al Señor su Santa bendición.

Fue en 1995, bajo El impulso del padre Osvaldo Daroni, cuando surgió El deseo de evangelizar las zonas más alejadas del departamento. Con ese propósito, la imagen de Cristo Rey salió por primera vez del templo para recorrer las comunidades rurales, llevando no solo la Palabra y la Eucaristía, sino también su presencia cercana.

Hoy, las visitas de Cristo Rey son parte esencial de la preparación para la fiesta patronal: una expresión viva de fe y encuentro que renueva, año tras año, El vínculo del pueblo con su Rey y Señor.

Una celebración de fe y cultura, con alcance nacional

Este evento no solo es una manifestación profunda de fe religiosa, sino que también constituye un patrimonio cultural invaluable para la comunidad local.

Las Fiestas de Cristo Rey tienen sus raíces en la devoción cristiana hacia la figura de Jesús como ‘Rey’’ que lo representa como Soberano y Pastor de la humanidad. Esta devoción fue introducida en Caucete hace varias décadas y desde entonces, ha crecido en importancia y popularidad, convirtiéndose en una tradición arraigada en la identidad cultural del lugar. Por lo mismo fue declarada de interés nacional en 2014 por El Ministerio de Cultura de la Nación.

La declaración de relevancia nacional impulsa la promoción y preservación de esta tradición. Además de promover El turismo.
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Las Fiestas de Cristo Rey tienen sus raíces en la devoción cristiana hacia la figura de Jesús como ‘Rey’’ que lo representa como Soberano y Pastor de la humanidad.