Pablo Martín, presidente de la Mesa Vitícola, defendió los cambios impulsados por el Gobierno Nacional, que redujo las funciones del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). El referente dijo que está a favor de todas las modificaciones. “Nos quedamos enredados en burocracias y cosas que en definitiva no ayudan y tuvimos que pegarnos un palo muy fuerte en la actividad para darnos cuenta de que el exceso de regulaciones y controles no nos lleva a ningún lado”, opinó. 

Los cambios fueron impulsados por Agricultura y el Ministerio de Desregulación, que eliminaron cerca de 1.000 regulaciones que tenía el sector. Según Martín, se trataba de normas que “fueron acumulándose a través de tantos años que hoy se han llevado a un solo cuerpo”. A grandes rasgos, lo que modificó el gobierno de Javier Milei es que el instituto se encargará de controlar los productos controlados y tendrá menos injerencia en los procesos de bodegas y viñateros, para fiscalizar el proceso de elaboración. 

Para Martín, esto responde a una necesidad que existía, y dijo que “el sector venía pidiendo cambios para reducir la burocracia” y pidió “escuchar al que vende el vino”. “Los bodegueros nos decían que tenían al INV adentro todos los días y que tenían que destinar uno o dos empleados de forma exclusiva a completar formularios”. 

El primero de los impactos tras la decisión de Nación se conocerá a principios de la cosecha. Es que el INV hacía una estimación en el inicio de la temporada de cuántos kilos de uva se iban a producir en cada una de las provincias que hoy suman a la vitivinicultura, pero en especial San Juan y Mendoza, que suman más del 95% de la producción nacional. 

Mientras cámaras como la Asociación de Viñateros Independientes o la COVIAR aseguraron que esto iba a hacer que empezar la cosecha “a ciegas”, porque este valor incidía en precios, para Martín era un número de baja importancia. Es que las estimaciones, dijo, arrastraban años de errores lo que las hacía perder valor. 

En cuanto al impacto que puede tener en la calidad de los vinos, ya que el instituto no controlará los procesos de elaboración, dijo que hoy “el mercado es muy exigente, va a regular esto”. Para el presidente de la Mesa Vitícola, el riesgo de que hubiera vinos de mala calidad, con agregados de agua o con materias primas no permitidas, eran un problema cuando “la demanda superaba la oferta”. 

Hoy, el escenario de la industria es distinto, con una fuerte crisis por caída en la demanda tanto interna como externa y dijo que “la única forma en la vendes es con calidad”. Los controles del INV se concentrarán en la cadena de venta, con multas más caras, agregó, lo que ayudará a garantizar seguridad al comprador. 

También se refirió a la decisión de dejar de exigir el informe semanal de elaboración, excepto en el caso de los varietales, conocido como CIU. El viñatero dijo que ve esto como lógico porque “en los vinos comunes nadie te pide una trazabilidad, por lo que quita exceso de información o burocracia”. Aunque reconoció que esto le quitará información estadística al sector. 

A su vez, desde el INTA informaron que uno de lo problemas que tiene el sector vitivinícola es que al no haber una relación entre la calidad de la materia prima y el precio, esto no incentiva a la inversión y también genera más problemas en cuanto a la sustentabilidad de la producción de los viñateros. 

La falta de datos que provocará esto, dijo Martín, no será tan grave debido a que había problemas en la información debido a que había pocos finqueros que informaban cuando habían dejado de producir. Para salvar esto, aseguró que hay planes de estadísticas por parte del gobierno provincial para relevar con imágenes satelitales la superficie actual. 

Finalmente, opinó que estos cambios podrían ser beneficiosos al simplificar el trabajo de viñateros y bodegueros. Dijo que hubo muchas críticas por parte de otros productores porque “estamos atados a mitos que ya no nos llevaron por buen camino”. Y agregó que la solución para los viñateros está en continuar con la baja en la producción. “Si no se soluciona el exceso de oferta, los precios son invariables”, afirmó.