(Cierre de las 1ras Jornadas en conmemoración al Día de la Música "Domingo Faustino Sarmiento, Música y Arte". Obras: La fiesta de Belsasar y Concierto para violín y orquesta de Sibelius; y Danzas Noruegas de Grieg. Solista: Nidhal Jebali. Con la Sinfónica de la UNSJ. Dirección: Emmanuel Siffert)
Comentando una función de agosto de 2014 con obras francesas o uno de 2015 que incluía a Tchaikowsky y al Concierto para violín de Sibelius (interpretado, entonces, por Alex Zuzuk) nos referimos al "nacionalismo" y al "universalismo" en la música. Con Sibelius y Grieg es importante volver al concepto. Grieg (1843-1907) nació en Bergen, de abuelo escocés pero de madre "muy" noruega y gran profesora de piano; ¡como muestra Grieg! Pero a los 15 años, un pariente también "muy" noruego y genial violinista -tanto que lo llamaban "el Paganini Noruego"-; Ole Bull, se fijó en el adolescente Grieg y logró que lo mandaran a Leipzig, paradójicamente fuera de Noruega.
Vuelto a su país, Grieg estrechó amistad con artistas compatriotas como Rikard Nordrak, quien más forjó su "nacionalismo". De hecho, el mismo Nordrak escribió "Ja vi elsker dette Landet" ("Sí, amamos este país") que es el Himno Nacional. Falleció jovencísimo, a los 23 años. Grieg compuso una Marcha fúnebre para su amigo, que más tarde se tocó en su propio sepelio. Es que Noruega sólo se independizó de Suecia en 1905.
De manera semejante, la Finlandia de Jean Sibelius (1865-1957) fue parte integrante de Suecia desde el siglo XV hasta inicios del XIX en que cambió de "dominador": la Rusia Zarista. De hecho, Sibelius hablaba sueco y finés en la escuela. Aprendió piano y aunque era bueno, a los 15 se decidió por el violín.
Al igual que Grieg se fue a Alemania y luego a Austria para seguir su formación. Desde 1809, Finlandia era parte de Rusia. En 1899, el Zar Nicolás II derogó un decreto que permitió el uso de la lengua finesa y quiso imponer el ruso. Esto naturalmente profundizó el deseo de "norueguizar" la música y el arte en general. Sibelius compuso un Poema Sinfónico titulado: Finlandia Op 26. De manera parecida al Va pensiero, de Verdi, que era cantado como música revolucionaria, este poema fue causa de dificultades. Es considerado como un segundo Himno Nacional; después de Maamme, compuesto por el alemán Fredrik Pacius. En 1903, escribió su único Concierto para violín. Allegro Moderato: Sobre un "trémolo" de las cuerdas expuso el solista, el primer tema respondido en eco por el clarinete.
A diferencia de los otros conciertos, no hace falta esperar mucho para la "cadencia" sino que el mismo "desarrollo" del violín es "cadenciado". El final es como un golpe. Adagio di molto: Una introducción de maderas invita al solista en registro grave; casi suena como una viola. Los bronces irrumpen parcialmente y el solista inicia una melodía como "detenida"; como una pregunta repetida que es respondida por la orquesta de manera creciente hasta que al final es acompañado por la flauta. Allegro ma non tanto: Timbal y cuerdas graves y el violín inicia una danza acompañada por un "ostinato" que se va haciendo más pesado. Sibelius era violinista y aquí exige al solista todo su virtuosismo, desplegado este viernes en el maravilloso Nidhal, así como antes lo hizo Alex. La música es "efímera" pues queda en el aire por milésimas de segundo pero, en la memoria del corazón no desaparece nunca. Si el concierto comenzó suave terminó con otro "golpe".
Muchas veces la adaptación de un tema bíblico a una obra literaria se hace poco reconocible y más cuando luego es llevada a la música, como en el caso de Nabucco este Festín de Belshazzar. Hjalmar Procopé (1868-1927), periodista y poeta finés pero hijo de un general ruso destacado en Finlandia escribió en 1905, El festín de Belshazzar, versión muy libre sobre el capítulo 5 del libro de Daniel. Al año siguiente, Sibelius la musicalizó en 10 partes que luego redujo con solo orquesta a 4. Marcha Oriental: El pueblo en procesión debe adorar a un ídolo. El Profeta Ben Oní se rehusa y se lo acusa de planear un asesinato, mientras que la verdadera planeadora -Lesckana- se encuentra con el rey. Musicalmente hay un fondo suave sobre el que los vientos entonan una melodía "oriental". El Maestro Siffert eligió un ritmo quizá más lento que lo habitual lo que permitió que esté mucho más marcado. Solitude: Lesckana está sola en el palacio del rey. Sin ritmo ni panderetas casi "desaparece" lo "oriental". Posiblemente recalcado en palabras iniciales del director, "lo oscuro de la Europa del Norte". Nocturno: Incluye un solo de flauta que conduce casi todo el movimiento. Danza de Khadra: Lesckana pide la muerte de Khadra quien al saberse condenada realiza una Danza de la Muerte Los vientos intentan recrear otra vez lo "oriental", fagote y píccolo dialogan dando a la danza un sentido trágico. En 1881, Grieg compuso sus Danzas Noruegas Op 35 para piano a cuatro manos. Allegro Molto: Con un toque inicial, el ritmo fuerte da una idea de lo difícil que debió ser tocarlo a cuatro manos y de lo buen pianista que debió haber sido para impresionar a Lizt. Pero el oboe introduce la infaltable dulzura de Grieg. Orquestado, adelanta al Rey de la montaña de su futura suite Peer Gynt Op 46. Allegro Tranquillo e gracioso: Es quizá el tema más conocido, al ser tan delicado es frecuentemente adoptado para ballet. ¡Y qué bien que fue ejecutado! Es emocionante ver a los músicos sonriendo felices. Allegro Moderato alla Marcia: Es una marcha "saltarina" como de niños jugando y de nuevo la dulzura. Es el alma de este noruego al que todos querían tanto. Paradójicamente el Allegro Molto final se inicia muy lentamente con los chelos pero el ritmo suave va creciendo en velocidad e intensidad. Y de nuevo el oboe, ahora respondido por un toque de piccolo, nos lleva a lo suave. Incluso los bronces lo son ¡Otra característica de Grieg! Es lindo escuchar al triángulo, ese instrumento que despierta el espíritu infantil. Como bis, se volvió a escuchar el Adagio del Concierto para violín para reconfirmar lo admirablemente preciso y delicado del fraseo de Nidhal y el sonido cada vez más hermoso de toda la orquesta. Gracias una vez más a Emmanuel por programas novedosamente bellos.
