Isela Constantini renunció ayer a la presidencia de Aerolíneas Argentinas y en su reemplazo fue designado Mario Dell’Acqua, proveniente del Grupo Techint y actual presidente de la empresa Intercargo.
De acuerdo a la versión oficial, Constantini presentó su dimisión ‘por razones personales y el fin de una etapa‘. Desde Transporte, ratificaron también la renuncia del vicepresidente, Manuel Alvarez Tronge y la continuidad de la línea gerencial subsiguiente.
Constantini asumió el cargo con la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia de la Nación proveniente de General Motors, empresa en la que se desempeñaba como CEO. Entre los objetivos trazados, Costantini se impuso la reducción del déficit operativo de la empresa a como diera lugar, inclusive con recortes indiscriminados a proveedores. Ese déficit, que tuvo picos anuales de hasta 1.000 millones de dólares, en este año habría sido reducido, según la empresa, ‘a la mitad de la pérdida que tenía el kirchnerismo‘.
Más allá de las internas que la han enfrentado con los dos vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, por los ‘cielos abiertos‘ y la irrupción de las aéreas ‘low cost‘, la ejecutiva tuvo que lidiar en varias oportunidades con la atomización de los gremios aeronáuticos, que la expusieron a constante presión, con algunos paros que significaron una baja en la calidad del servicio por cancelaciones y de alta tensión con los pasajeros.
También la ejecutiva tuvo dificultades a la hora de tratar de imponer, en la ruta Buenos Aires-Roma, los Airbus A-330 de fuselaje ancho que las tripulaciones de los A-340 no pasaban a esa versión. Además, se le abrió a Aerolíneas una grieta comercial, ya que Costantini eliminó la comisión de 1 por ciento que la línea de bandera le pagaba a las agencias de viajes por cada pasaje vendido. Para Aerolíneas significó un ahorro de U$S 8 millones, pero las agencias adujeron que era un recorte complicado de sobrellevar.
