Una mujer que durante poco más de un año trabajó como niñera para una familia, fue condenada ayer a 11 años de cárcel por la juez Silvia Peña Sansó de Ruiz (Sala I, Cámara Penal), quien consideró probado que fue autora de abusos sexuales gravemente ultrajantes contra un niño que tenía 4 años. Y al igual que el fiscal Gustavo Manini (pidió 12 años de cárcel), la magistrada entendió que ese delito estuvo agravado por la calidad de guardadora de la condenada, es decir por ser la persona que debía cuidar al niño y no lo contrario, dijeron fuentes judiciales.

El castigo recayó en Sandra Falabella, de 47 años, quien había sido denunciada por la madre del menor el 27 de abril del año pasado.

En su defensa, la mujer negó el delito sexual que le atribuían con el argumento de que todo se debía a un problema laboral, pues ella había pedido a su patrona que la pusiera en libros y no quiso. A su turno en los alegatos, la defensora oficial Mónica Sefair puntualizó esta circunstancia a favor de su defendida, cuestionó las otras pruebas y consideró que no se había acreditado el grave ultraje sexual y menos la autoría de Falabella. Por eso pidió su absolución, precisaron voceros del caso.

Entre la prueba cuestionada por la defensora oficial se contaban los informes psicológicos de la víctima y también los de la sospechosa.

Sobre el niño los profesionales aseguraron haber detectado las conductas usuales y las huellas psíquicas de las víctimas de abuso.

Sobre Falabella esos informes fueron igual de contundentes al mostrarla como alguien manipuladora, inmadura sexualmente y por eso mismo incapaz de establecer relaciones con adultos del sexo opuesto. 

Es más, uno de los expertos fue más allá y en la sala de juicio aseguró que en el futuro era posible que la imputada pudiera repetir las mismas conductas de abuso contra niños, si acaso tuviera la oportunidad, indicaron.