Carlos Berlocq lo hizo de nuevo: se puso un rato en la piel del Increíble Hulk y destrozó su remera, en su festejo ya característico de Copa Davis. Cuando pasa eso, hay paz... Hoy superó por 4-6, 6-4, 6-1, 3-6 y 6-3 a Paolo Lorenzi para que Argentina iguale en dos la eliminatoria contra Italia, por la primera ronda del Grupo Mundial de la Copa Davis. La casa está en orden, el campeón goza de buena salud y todo se definirá en el quinto.

Charly, que entró al equipo en última instancia por la baja de Horacio Zeballos, disimuló el desgaste del viernes y sábado -acumuló ocho horas en cancha en los primeros dos días- y pudo sacar adelante un partido que había arrancado complicado por la mejor adaptación del italiano a la persistente llovizna, que obligó a la primera suspensión con el juego igualado en cuatro.

Tras las más de dos horas de parate el italiano impuso condiciones: dominó con un juego agresivo para llevarse el parcial inicial por 6-4 y tomar ventaja de 2-1, con quiebre, en el segundo. Pero... con Berlocq siempre hay un pero, al menos en Copa, donde suele rendir mejor que en el circuito ATP. Empezó a manejar con mayor soltura su drive, apostó con atino al drop shot, y con la mejora de su confianza logró remontar una batalla en la que era seguir con vida o marchar al repechaje.

El parcial siguiente fue un concierto del argentino, ayudado por su revés paralelo y por el viaje de Lorenzi, quien por momentos parecía más preocupado por otra posible interrupción por lluvia, que por los palazos que llegaban del otro lado de la red.

El cuarto, cuando la mesa parecía servida para el desahogo de los campeones, Lorenzi aprovechó un flojo juego de servicio del bonaerense para pasar a dominar hasta el 4-1, antes de la segunda y última pausa por lluvia.

En el quinto hubo drama por todo lo que estaba en juego, pero Berlocq jugó con una soltura enorme para que Argentina tenga un mañana. Aplauso, medalla y beso.

Fuente: TyC