La incógnita de la sexta etapa del Giro de Italia, corrida íntegramente ayer en Nápoles, era ver como respondía al esfuerzo de 162 kilómetros el belga Remco Evenepoel (Soudal-Quick Step), el campeón mundial de ruta, máximo favorito de la competencia, escolta al noruego Andrés Leknessund (Team DSM), que hoy seguirá vistiendo la malla rosa de líder.

El tramo, considerado de aquellos de transición con un par de puertos de altura (uno de 2da y otro de categoría); fue ganado por el velocista danés Mads Pedersen (Trek Segafredo), que consiguió quebrar al colombiano Fernando Gaviria (Movistar Team), quien ayer fue el primer día en el que no tuvo inconvenientes, y fue quien lanzó el embalaje decisivo.

De esta manera, Pedersen se sumó al grupo de ciclistas que ha logrado ganar etapas en las tres grandes del ciclismo mundial. A su bautismo en la "corsa rosa" suma una en el Tour de Francia y tres en la Vuelta a España, todas logradas en 2022.

Remco, máximo favorito, rodó cuidado por sus gregarios. El final en alto de hoy pondrá a prueba su físico

El final de la etapa de ayer, podría argumentarse, fue tan inesperado como agónico, ya que hasta entrado el último kilómetro parecía que la victoria se la jugarían Alessandro De Marchi (Jayco AlUla) y Simon Clarke (Israel Premier Tech), dos veteranos -ambos de 36 años- curtidos en mil batallas y que saben lo que es ganar en Grandes Vueltas, y que hoy han puesto en jaque al pelotón desde la fuga, que en su origen fue de cinco corredores.

Hoy el Giro de italia afronta su primer final en alto, tras una etapa maratón (218 km) culminada con la larguísima subida al Gran Sasso d´Italia, de 26,5 km, muy tendida en su parte inicial, incluso con algún tramo de descenso, pero con 4 km finales al 8,2% de media. En la última ocasión que se subió, en 2018, ganó Simon Yates. Los favoritos tendrán hoy una importante prueba de fuego.