La fábrica de automóviles Ferrari suspendió la producción en Maranello y Módena debido a la propagación del coronavirus. La intención de la marca transalpina es regresar a la normalidad el 27 de marzo. Esta decisión llegó tras haber reducido el personal con el objetivo de evitar contagios. Los ingenieros de la "Scuderia" deberán trabajar en casa una vez que se ha suspendido el Gran Premio de Australia y el inicio del Mundial de F1 se ha pospuesto hasta, como mínimo, el mes de mayo. Louis Camilleri, director ejecutivo de Ferrari, envió un mensaje optimista de cara a sus trabajadores, que deberán permanecer recluidos en sus domicilios hasta finales de este mes. "Nos vamos a preparar para volver más fuertes", enfatizó. El caso es que ahora Ferrari podrá desarrollar un mejor SF1000. El monoplaza que viajó a Australia no será el que empiece el campeonato tras el paro obligado y quedará apartado sin haber siquiera dado sus primeros pasos.