Imponente. El Monumental de Lima, donde juega Universitario de Perú como local, tiene capacidad para 80 mil espectadores y es el estadio apuntado para ser la sede de la final el 23 de este mes. El Nacional corre de atrás en esta carrera.

Finalmente y como se preveía en los últimos días, la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) tomó una decisión drástica: cambió la sede de la final de la Copa Libertadores que disputarán River y Flamengo. A raíz de los conflictos sociales actuales en Chile, país que iba a albergar el evento, se determinó trasladar el encuentro a Lima (Perú), el sábado 23 de noviembre. En este sentido hay dos alternativas: el Monumental y el Nacional, siendo el primero el que cuenta con mayores ventajas aunque resta una confirmación oficial. A partir de esta jornada una comisión de Conmebol hará un informe de cada estadio y luego se definirá la sede.

La determinación del cambio de país se hizo pública luego de la reunión llevada a cabo en Luque, de la que formaron parte autoridades de la Conmebol, Rodolfo D"Onofrio, presidente del Millonario, y su par del club de Río de Janeiro; el sanjuanino Claudio Tapia, titular de la AFA, y representantes de la Confederación Brasileña de Fútbol y de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile.

El partido que definirá la sexagésima edición del torneo más importante del continente debía desarrollarse en Santiago de Chile, pero el estallido social que se inició el 18 de octubre pasado obligó a discutir la decisión. La Conmebol había ratificado en primera instancia ese sitio, pero en las últimas horas citó a los clubes involucrados a una reunión de emergencia y optó por trasladar el encuentro.

Si bien se barajaron otras tres opciones como posibles variantes, finalmente triunfó la propuesta de Lima.

El Monumental sería el elegido ya que tiene espacio para casi 80 mil espectadores; en consecuencia, dispone de más localidades que el Nacional de Santiago.

El cónclave en la Conmebol fue más que extenso al durar 5 horas.

Este reducto fue inaugurado en el 2000, con lugar inicial para 60.000 individuos, y en 2017 se amplió con los palcos a 80.093. Queda en el sureste de Lima, cerca del complejo arqueológico de Puruchuco, y tiene un problema: una sola vía de acceso, por la prolongación de la avenida Javier Prado, con lo cual cuando se juega un clásico entre Universitario de Perú y Sporting Cristal se considera de alto riesgo.

Cabe destacar que este será el primer año en el que habrá una final única en la Libertadores.

Conmebol ya había anunciado en junio del 2018 que la fecha sería el sábado 23 de noviembre de este año y dos meses más tarde confirmó a Santiago como sede, por encima de otras opciones como Lima o Montevideo. La definición de la edición 2020, en tanto, se jugará en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro, Brasil.

Ante la situación en el país trasandino se pensó la posibilidad de realizar una final ida y vuelta en Argentina y Brasil, pero la proximidad de las fechas del Mundial de Clubes (se inicia el 11 de diciembre) y la sanción al Millonario que lo obliga a disputar un partido a puertas cerradas echaron por tierra esta idea.

También pesan dos antecedentes recientes: la violenta estadía que vivieron los hinchas Independiente en Brasil para disputar la final de la Sudamericana contra Flamengo en 2016 y la agresión al micro de Boca en la definición de la Libertadores del año pasado.

Desde Conmebol explicaron que buscaron "priorizar la seguridad" de los espectadores e intentarán cumplir lo pactado con los clubes en relación al tema de la división de entradas. "Estamos dispuestos a dar las garantías para la final", subrayó Enrique de la Rosa, encargado de la seguridad deportiva de Perú, en diálogo con TyC Sports. Lima viene de albergar con éxito los Juegos Panamericanos.

 

D"Onofrio: consenso ante todo

 
Juntos. Tapia y D"Onofrío, en la sede de Conmebol para cambiar la sede de la final.

Rodolfo D"Onofrio, presidente de River, admitió que tanto los representantes del "millonario" como del Flamengo de Brasil "consensuamos y nos pusimos de acuerdo" para jugar la final de la Copa Libertadores en Lima. "Todos consensuamos y nos pusimos de acuerdo. Nos da la tranquilidad y seguridad para tener un evento como el que deseamos", indicó la máxima autoridad de la entidad de Núñez, en conferencia de prensa desarrollada en la sede de la Conmebol.

D"Onofrio aportó que la elección de la capital peruana se debió "a contingencias no previstas", aunque cuando se le consultó respecto del contratiempo vivido como ocurrió en la final del año pasado ante Boca (la revancha terminó disputándose en el estadio Santiago Bernabeu de Madrid) esgrimió un consuelo: "Por lo menos es un poco más cerca que el año pasado. Seguramente no es lo ideal ni lo que proyectamos todos, pero hay que adaptarse a este presente que vive Chile", dijo.

El presidente "millonario" aseguró que la Conmebol devolverá "el dinero de las entradas (ya vendidas) de los que no viajen a Lima".

"Entiendo a todos los argentinos y brasileños que ya tienen su entrada y pasaje. Las entradas, para los que no puedan viajar, se las van a devolver y a los pasajes se les buscará una solución", completó D"Onofrio.

La distancia

Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, destacó ayer que uno de los motivos de la elección de Lima es que "es una ciudad que se encuentra equidistante del origen de cada equipo que disputará el partido". A su vez, se conoció que la intención es disputar el encuentro a las 15 horas de Lima, a las 17 de nuestro país.