El expiloto alemán Michael Schumacher, múltiple campeón de la Fórmula 1 Internacional, sufría hace 10 años un gravísimo accidente mientras esquiaba en Méribel, en los Alpes Franceses, que le provocó graves daños cerebrales que, según lo poco que trasciende de su intimidad, lo mantienen postrado hasta hoy.

El 29 de diciembre de 2013, Schumacher esquiaba con su familia, como era tradición para ellos durante las vacaciones de invierno, en la estación de Méribel, en los Alpes franceses, donde tenía una residencia privada.

En un tramo de la excursión, el heptacampeón decidió atravesar una peligrosa zona llena de piedras entre dos pistas. Según el relato oficial, Schumacher se precipitó en esa área contra una roca, impactando primero con su cabeza. Su casco, que se partió al instante, impidió su muerte inmediata, aunque la montura metálica de su cámara GoPro se clavó en el cráneo, lo que le habría provocado severos daños.

Michael Schumacher abandonó el hospital de Grenoble en septiembre de 2014, y desde ese momento su familia montó un férreo operativo para que no circulara información ni fotografías sobre su estado.

Desde ese momento apenas existen indicios de una mejora significativa en el estado de Schumacher, e inclusive uno de sus doctores, Nicola Acciari, comentó: "El objetivo es regenerar el sistema nervioso de Michael. Aunque hay pequeños progresos, es imposible decir cuánto se puede recuperar".

Schumacher vive recluido en una casa frente a un lago en Ginebra, Suiza, en donde suele recibir muy pocas visitas como las de Jean Todt, jefe de equipo en Ferrari, quien dijo: "Michael está, pero ya no es el Michael que solía ser".

Mientras que Ralf, hermano de Schumacher, expresó: "Extraño a mi Michael de entonces. La vida es a veces injusta".