El actual número uno del mundo del tenis, Rafael Nadal parecía que iba a sumar su segunda derrota en el ATP Finals de Londres, pero con su garra única lo dio vuelta y derrotó al ruso Daniil Medvedev por 6-7 (3), 6-3 y 7-6 (4) en su segunda presentación en el ATP Finals de Londres, correspondiente al Grupo Andre Agassi. En consecuencia, el español respira aliviado y sueña con pasar a las semifinales.


En el magnífico estadio 02 Arena de la capital británica se vivió una de esas jornadas imposibles de olvidar. El mallorquín caía en el tercer set por 1-5 y 15-40 con su saque, es decir a un punto de quedar eliminado del último torneo importante del 2019 donde Rafa busca asegurarse el número 1 en la temporada.


Nadie lo podía creer en Londres. O sí, porque para vencer a Nadal hay que matarlo -al menos- tres veces, deportivamente hablando, claro. Realmente es necesario visualizar el saludo protocolar en la red, en señal de reconocimiento a su rival de turno. Recién ahí es posible detectar una caída del mejor jugador en la historia del tenis español. De hecho, confesó: "Hoy (por ayer) fue un día en los que deberías perder. Son esos partidos que ganas una de mil veces. Tengo el mérito de que nunca me dí por vencido, pero siendo sincero supe que era una proeza ganarlo y, por suerte, esta vez ocurrió", sostuvo.


A pesar de semejante declaración, su espíritu de lucha incansable nuevamente lo hizo posible. Los posibles dolores físicos quedaron de lado. La precisión y su versión tenística más óptima, también. A partir de la garra, el esfuerzo y su fortaleza mental, el actual 1 del mundo empezó a revertir un encuentro que parecía imposible para cualquier jugador. Sólo quedaba lugar para que un fuera de serie pueda volver de un 0-4. Y ni hablar del match point en contra que levantó cuando sacó 1-5 y 30-40. No obstante, tuvo la mente fría, se puso el overol y empezó a jugar con la desesperación de un Medvedev que deseaba cerrarlo lo antes posible y que con esta caída ya siente el regreso a casa.


La tensión del escenario le jugaron una mala pasada al jugador de 23 años: se le puso rígido el brazo, cometió más errores no forzados y desde el saque, su gran aliado, no logró maquillar las otras deficiencias.


En el tiebreak del tercero fue adrenalina pura: Rafa llegando hasta a las pelotas inalcanzables y un ruso forzando a las líneas para poder sobrepasar la resistencia española. Tanto es así que para definir el cierre fue necesario "El ojo de halcón' (el VAR dentro del tenis) que corrigió el fallo -muy fino- del umpire quien dio como buena un revés paralelo de Medvedev que pasó a centímetros del límite de la cancha.
Después de tanto estrés, Nadal puede levantar las manos tranquilo y seguir con su sueño de ser Maestro por primera vez en su carrera. En consecuencia, deberá superar en su último partido de la zona al griego Stefanos Tsitsipas mañana. Pero esa será otra historia, aunque viendo lo que fue capaz de hacer Nadal ayer, nadie podría imaginarlo fuera del torneo antes que se cumpla el punto final. Por algo un tal Roger Federer alguna vez afirmó que "nunca, nunca pero nunca des por ganado un partido ante Rafa".


Tsitsipas hizo historia

El tenista griego Stefanos Tsitsipas se convirtió ayer en el primer jugador griego en clasificarse para las semifinales en Londres, al sumar su segunda victoria en el grupo Adre Agassi, tras derrotar al alemán Alexander Zverev, defensor del título, por 6-3 y 6-2 en 73 minutos. Con esta victoria, mañana jugará sin la responsabilidad de tener que ganarle a Rafael Nadal para continuar en el certamen.


En tanto, hoy por el grupo Bjorn Borg, se medirán buscando la semifinal nada menos que Novak Djokovic y Roger Federer, en el partido más esperado de esta primera ronda. El que gane avanzará para estar entre los cuatro mejores en un choque entre auténticas leyendas, teniendo en cuenta por ejemplo que entre los dos suman 36 Grand Slam: 20 el suizo y 16 el serbio.


En el otro partido, el ya clasificado Dominic Thiem se medirá ante el ya eliminado Matteo Berrettini.