Medio año tuvo que pasar para que San Martín volviera tener actividad. Es que desde el 0-2 con Morón el 15 de marzo pasado a la mañana del martes transcurrió ese tiempo donde el mundo se sacudió y cambió para siempre por la pandemia del coronavirus. El plantel del Verdinegro al mando de Paulo Ferrari tuvo ayer su primer entrenamiento formal (venía monitoreando trabajos individuales de los jugadores en sus hogares) y con ello dejó atrás el extenso parate. Con todos los cuidados necesarios y exigidos, San Martín comenzó una nueva etapa en su historia cerca a cumplir los 113 años.

La mañana se caracterizó por el protocolo estricto existente. Desde el ingreso al club ya se notaba la "nueva normalidad", con un empleado del club tomándole la temperatura a todos los asistentes, que en este primer tiempo serán los jugadores, cuerpo técnico, auxiliares y parte de la dirigencia. Una vez transcurrido ese paso ineludible y dejar registrado los datos en una planilla, en el caso de los futbolistas debían pasar directamente al campo de juego. Una condición inflexible es que para evitar los vestuarios, los profesionales ya vengan cambiados con la ropa deportiva desde sus hogares. En el traslado hasta el Hilario Sánchez también hay otro punto importante: deben hacerlo en autos particulares o taxis, y como máximo con dos ocupantes.

Por ahora, el Verdinegro sumó a ocho refuerzos, al menos uno en cada puesto.

De acuerdo a lo previsto por Ferrari, se utilizaron dos campos de juego. El principal, que es un auténtico billar en este momento, y la cancha Auxiliar Nº1. El plantel tuvo su primer turno de trabajo a las 8 horas, con dos grupos de seis players en cada lugar. A las 9.30 llegó el momento para la segunda tanda. Los calentamientos como los trabajos tienen como denominador común el hecho de realizarlos de forma solitaria, pues no está permitido los trabajos tácticos ni partidos informales. El cuidado de los elementos que utilizan los jugadores es otro aspecto vital en la búsqueda de evitar los contagios: auxiliares utilizan elemento de desinfección como alcohol o lavandina diluida para "limpiar" tras cada ejercicio tanto las pelotas como las colchonetas que se emplean. En el caso de la hidratación, cada uno con su botella y tampoco se permite el intercambio de toallas para secarse la transpiración.

En este arranque de la pretemporada, aún sin fecha confirmada ni formato para el regreso a la actividad oficial, estuvieron la mayoría de los refuerzos del plantel que ya pasaron por la cuarentena obligatoria. Hoy será el segundo entrenamiento y por el momento está descartada ya que no se permite formar una "burbuja" con el plantel.
 

>> POSTALES DE LA MAÑANA

Listos. Los jugadores llegaron cambiados desde sus casas, salvo los botines.
Distanciados. Como marca el protocolo, cada player trabajó distanciado.
Nuevo hábito. La desinfección de los balones en todo momento.