FIGURA. Lucas Alario fue una de las piezas fundamentales para remontar el encuentro ante el “Canalla”. El “Flaco” se llevó la pelota gracias a su hat-trick. 
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River y Central disputaron una final con todos los condimentos: desde el pésimo estado del campo de juego hasta un polémico arbitraje de Patricio Loustau. Antes del comienzo ya se hablaba del estado del campo de juego del Kempes, que curiosamente había sido elegido como sede de la final por sobre el Bicentenario de San Juan. El estadio cordobés ya había sido criticado en marzo pasado cuando la Selección Argentina recibió a Bolivia por las Eliminatorias. Ahora fue distinto el panorama porque los festejos por el fin de año de un programa de una reconocida radio local, realizados el último lunes, dejó importantes secuelas en el terreno de juego, que no pudo ser recuperado y lució en pésimo estado con visibles manchones de tierra y muy desparejo. 

Para no ser menos, el arbitraje de Patricio Loustau también entró en polémica. Los penales sancionados a River -sobre todo el segundo- fueron discutidos por todo Rosario Central que incluso en el entretiempo protagonizaron un fuerte cruce en los vestuarios con algunos auxiliares y colaboradores de River. 

La actuación del arquero millonario Augusto Batalla fue otro de los temas de discusión. Claro, al final con el resultado justo a favor, todo eso quedó en la historia.