Una alimentación saludable acompañada por actividad física es lo que nos suelen recomendar los especialistas.Los nutricionistas son quienes pueden armar una lista con los alimentos más apropiados según cada organismo y el tipo de deporte o ejercicio físico que hacemos. Los requisitos nutricionales varían, por ejemplo, para quienes hacen ejercicio con el objetivo de mejorar la técnica y aumentar la masa muscular, de los que buscan perder peso.

Entonces, si bien es importante saber qué tipo de deporte hacés para determinar cuáles son los alimentos que conviene incorporar a tu dieta, hay algunos que es bueno sumar cuando terminás de entrenar.

¿Cuáles son los cinco alimentos que todos podemos incorporar después de entrenar?

1. Banana. Es una de las más recomendadas, ya que tiene un aporte mayor de hidratos de carbono que el resto de las frutas, y se puede consumir antes o después de entrenar.

2. Huevo. Sirve para reponer proteínas (nutrientes esenciales para mantener la masa muscular, que se van perdiendo con la edad). En el caso del huevo, aporta proteínas de alto valor biológico.

3. Yogur. También es rico en proteínas, pero además contiene calcio y probióticos. Lo mejor para el momento post-ejercicio: consumir yogur natural sin azúcar. Una buena opción para reforzar la alimentación después de hacer deporte es acompañar el yogur con unos copos de avena u otros carbohidratos.

4. Legumbres. Contienen proteínas e hidratos de carbono, combinación que las convierte en uno de los alimentos más completos para tener como opción tras hacer actividad física. Por supuesto, podés combinarlas con otros alimentos, como por ejemplo, arroz.

5. Atún. Una lata de atún es rica en proteínas. Solo o en una ensalada o con arroz, el atún es otra opción importante a tener en cuenta.

Todos estos alimentos pueden ayudarte después de entrenar, pero siempre debemos recordar la importancia de tomar agua antes, durante y después de hacer ejercicio para poder reponer las reservas que perdemos al transpirar y evitar así la deshidratación. El agua es fundamental para regular la temperatura corporal, ya que es el principal componente de la transpiración y forma el resto de fluidos corporales.