
Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), una de cada nueve madres sufre la depresión posparto. Una de ellas es Kathy DiVincenzo, de Cleveland, quien protagonizó una imagen viral sobre este síndrome.
Según detalla La Vanguardia, Kathy aparece en la foto con sus dos hijos en el suelo de una habitación llena de juguetes desordenados. Su hija mayor intenta llamar su atención para jugar, mientras el bebé está tumbado sobre el suelo. Kathy, despeinada y vestida con un sujetador mal puesto y un pantalón de deporte, mira directo a la cámara. Podemos ver sus ojeras y lo exhausta que está. Ella está físicamente en la foto, pero se nota que no quiere estarlo.
Esta madre norteamericana posteó la imagen en Facebook. Con ella, subió una segunda foro en la que todo ha cambiado. El cuarto está ordenado, su niña juega, el bebé está acostado sobre una mullida colcha y Kathy sonríe -con la boca y con la mirada-. Está radiante y feliz.
"La verdad es que estas dos imágenes representan mi vida dependiendo del día. Sin embargo, yo solo compartiría una de estas realidades cómodamente y ese es el problema. Lo único más agotador que tener estas condiciones es fingir diariamente que no lo hago" explica Kathy. "Temo que pensarás que soy débil, loca, una madre terrible, o el otro millón de cosas que mi mente me convence y sé que no estoy sola en esos pensamientos".
Con estas dos imágenes Kathy quiere "acabar con el estigma y romper el silencio" que hay en torno a la depresión posparto. Para ello pide a las demás mujeres que también lo sufren que cuenten sus historias para que "las demás sepan que no están solas".
De acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud Mental de Estados Unidos (NIH), la depresión posparto es "un trastorno del estado de ánimo que puede afectar a las mujeres después del parto". Aunque no hay una única causa para que esto ocurra, los expertos consideran que se trata de una mezcla de factores físicos y emocionales.
Los síntomas:
Sentirse triste, sin esperanza, vacía, o abrumada
Llorar con más frecuencia de lo habitual o sin razón aparente
Preocuparse o sentirse demasiado ansiosa
Sensación de mal humor, irritabilidad o inquietud
Dormir demasiado, o ser incapaz de dormir incluso cuando el bebé está dormido
Tener dificultad para concentrarse, recordar detalles y tomar decisiones
Experimentando ira o rabia
Perder interés en actividades que son generalmente agradables
Dolores físicos, como de cabeza, problemas estomacales y muscular
Comer demasiado poco o demasiado
Evitar a los amigos y familiares
Problemas de apego emocional con el bebé
Dudar de la capacidad para cuidar del bebé
Pensar en hacerse daño o al bebé.
Fuente: Infobae