Más que un hobbie. Sólo sabe de satisfacciones Carina Iribarren con su taller de tejido, ya que al arte con agujas también le agrega su pasión como docente. Y si con eso fuera poco, las campañas solidarias le conmueven el alma.


La consigna es sencilla. Para demostrar que estuvo haciendo los deberes en su casa, cada alumna debe mostrar lo que llaman ‘el pasaporte’ que consiste en un cuadrado tejido de unos 15 centímetros de lado. Carina Iribarren, la docente del taller, los acopia y luego se confeccionan las mantas multicolores que se reparten gratis y principalmente en alumnos de escuelas rurales.

El nuevo ciclo comenzó precisamente esta semana, pensando ya en combatir los fríos del próximo año. “Toda la vida tejí, desde que tengo uso de razón. Hacía trabajos por encargo y repartía algunos de mis diseños en boutiques. Y por el boom de Facebook, alguien me preguntó si daba clases y así fue que surgió el primer grupo, hace cinco años, con cinco alumnas. Después, el boca en boca hizo el resto”, repasó Carina, quien hoy enseña a unas 30 alumnas.

En 2014, debido a la sobra de unos materiales, Carina propuso una actividad solidaria. Tejer con esos restos gorritos, mantas y medias y entregarlos a niños que vivan en zonas carenciadas y la idea tuvo automática aceptación. Fue una escuela de Pedernal la que recibió los beneficios de esta iniciativa, que se fue consolidando con el correr del tiempo, al punto que al finalizar una campaña, inmediatamente comienza la siguiente. Y ya tiene nombre la agrupación. ‘Travesía Punto por Punto’.

La forma en que te reciben todos, desde docentes a los propios alumnos es increíble.

CARINA IRRIBARREN - Travesía Punto x Punto

Carina explicó los detalles: “En el comienzo de cada ciclo lectivo recién comenzamos a buscar las escuelas. Buscamos que sean de poca matrícula para poder entregarle a todos los chicos los mismos elementos. Nos ponemos en contacto con el directivo y les pedimos cantidad exacta de chicos, sus nombres, edades y talles. La metodología consiste en llevarle a cada niño una manta, gorrito, poncho, medias y chaleco”.

Una amiga de Carina también dona otras prendas y a último momento realizan una campaña de colecta de alimentos. “Preguntamos cuántas familias componen la comunidad educativa y distribuimos todo en partes iguales”, añadió.

VIAJE CON TRES DESTINOS

A principio de este año, la escuela designada fue Juan Huarpes, de Angaco y la visita a mediados de mayo fue todo un acontecimiento. Luego del destino planeado desde marzo, el impulso conseguido alcanzó para visitar dos escuelas más. En el último día de junio, con menos prendas pero con el mismo entusiasmo, llegaron a la Escuela Procesa Sarmiento Lenoir, que se ubica en la ruta 20 pasando el aeropuerto. Finalmente, el viernes último la Travesía llegó a Ullum, a la Escuela de Educación Especial.

“Al ver la carita de los niños es conmovedor. Tanto en la primera visita como en estas últimas.  Las expectativas siguen siendo ampliamente superadas. Porque no importa si es mucho o poco, te lo agradecen hasta con la mirada.

Es impagable. Te deja sin palabras. Siempre regreso muy movilizada y pensando en la cantidad de cosas que uno se hace problemas, que no tienen sentido”, resumió Carina que encontró otra enorme satisfacción a su pasión con dos agujas o una crochet.