De Diamante. Liotta tiene 94 años, fue profesor y se desempeña como vicerrector emérito de la Universidad de Morón. Es oriundo de Diamante, Entre Ríos.

Hoy se cumplen 50 años del primer trasplante de corazón artificial total, técnica creada por el médico argentino Domingo Liotta junto a su socio estadounidense Denton Cooley y que ese día fue aplicada con éxito en una operación que se realizó en un hospital de Texas, en 1969, lo que marcó un ‘hito‘ en la cirugía cardiovascular.


‘Fuimos los primeros que instalamos un corazón mecánico ortotópico replicando las condiciones de los verdaderos corazones. No hicimos más que imitar eso utilizando los materiales que había en ese entonces‘, dijo Liotta en una entrevista hace unos años sobre su gran aporte a la historia de la medicina y de los latidos.

La Legislatura porteña distinguió a Liotta como personalidad destacada.

Quien recibió ese corazón fue Haskell Karp, de 47 años, un paciente muy afectado por una insuficiencia cardíaca y que ya había sufrido varios infartos por lo que fue operado en el Texas Heart Institute de Houston.


‘Fue una jugada para ver si el paciente sobrevivía. Le implantó el corazón artificial y funcionó‘, contó Fernando Cichero, presidente del Comité de Ética del Colegio de Cirujanos Cardiovasculares, y agregó que ‘esto demostró que la perspectiva tecnológica y médica no tenía límites. Habían logrado reemplazar un corazón humano por uno mecánico‘.
‘Antes, todos los libros de cirugía decían que no se podía tocar el corazón, pero al lograr hacer cirugías con el corazón parado con la ayuda de una máquina, la perspectiva sobre como tratarlos cambió muchísimo‘, aseguró Cichero.


En la misma época que Liotta y Cooley lograron utilizar con éxito un corazón artificial, se realizó el primer trasplante de corazón en Estados Unidos y el médico argentino René Favaloro hizo la primera operación del bypass, lo que significó una ‘revolución‘ para la cirugía cardiovascular.


‘El mérito de Liotta fue conceptualizar el mecanismo para implantar un corazón de plástico en un humano‘, aseguró Cichero y comentó que, en la actualidad, ‘una persona puede llevar una vida normal con un corazón artificial, con ciertos riesgos‘.


No obstante, por el avance de los trasplantes de corazón, hoy en día se suele utilizar los corazones artificiales para esperar hasta la cirugía. ‘Hoy el corazón artificial se utiliza para esperar un donante. Es para situaciones extremas, los ayuda a mantenerse latiendo. Sirve como un puente hasta la operación‘, explicó Jorge Tartaglione, médico cardiólogo.
‘Por suerte el trasplante cardíaco es una tecnología que se utiliza de forma cotidiana. Acá hay profesionales que trabajan muy bien‘, aseguró Tartaglione, que valoró que ‘gracias a la ley Justina hay mucha más donación de órganos‘. La ley dispone que toda persona es donante salvó que haya expresado lo contrario.


Liotta operó hasta el 2006, actualmente tiene 94 años, fue profesor y se desempeña como vicerrector emérito de la Universidad de Morón. Además de médico sanitarista, en 1973 asumió como secretario de Salud y fue el autor de la ley que creó el Sistema Nacional de Salud Pública, al tiempo que trabajó como médico personal del expresidente Juan Perón.
El prototipo clínico original del corazón artificial total Liotta-Cooley fue elegido, en el año 2006, para su exhibición en forma prominente en el nuevo Sector de Exposición de ‘Tesoros de la Historia Americana‘ de la Smithsonian Institution. En estos días se llevarán a cabo distintas actividades y actos en la ciudad entrerriana de Diamante, su lugar natal, en homenaje a su aporte a toda la humanidad. Télam

Ejercicio y humildad

Liotta quería crear un corazón artificial que permitiera mantener a los pacientes con vida mientras llegaba el donante. ‘Es un lindo recuerdo‘, dijo ayer Domingo Liotta, quien a pesar de ser el protagonista de uno de los avances más importantes de la medicina, se expresó con humildad.


A mediados de la década de 1960, Liotta logró la asistencia cardíaca artificial durante una operación. Finalmente, el 4 de abril de 1969, debieron operar a Haskell Karp, quien a los 47 años tenía una patología que había aumentado el tamaño de su corazón y le había ocasionado varios infartos.


Como no había donante, los médicos le propusieron a la familia Karp implantar un corazón artificial al paciente. Dos horas después de la intervención, Karp recobró la conciencia, le quitaron el respirador y pudo hablar con su esposa.


‘Deme la mano‘, ordenó Liotta a su paciente, y Karp lo hizo; ‘ahora, apriete‘, y el paciente obedeció: su sistema nervioso funcionaba bien. Tres días después, llegó a Texas el corazón de una mujer que se había accidentado ‘en la otra punta del país‘ y se hizo el trasplante, contó el cirujano.


Aquel día de 1969, Liotta no tenía certezas sobre las consecuencias de su decisión, pero ‘más riesgo que la muerte no existe‘, afirmó el médico. A sus 94 años, Liotta hace al menos una hora de ‘ejercicio respiratorio‘ en su bicicleta fija todas las tardes.