El predio gaucho Cacique Angaco se llenó de gente de todas las edades gracias al tradicional festejo para el Día del Trabajador que se hizo en ese departamento. Se trató de una fiesta en la que hubo entretenimiento apto para todo público. Es por esto, que las casi 3000 personas que participaron de la celebración disfrutaron de una jornada llena de risas, aplausos y mucha diversión. El encuentro fue organizado una vez más por la agrupación gaucha Cacique Angaco.

Poco antes de las 9, los integrantes de las diferentes agrupaciones gauchas comenzaron a ocupar los rincones del predio angaquero. Familias completas armaron campamento en los alrededores del campo de jineteada. Y poco tiempo después, los juegos de destreza criolla fueron el puntapié inicial para una gran cantidad de actividades recreativas. Chicos desde los 12 años demostraron sus habilidades arriba de los caballos, junto a sus papás, tíos y hasta sus abuelos; y dejaron en evidencia todo lo que saben hacer sobre estos animales.

Después de las primeras destrezas criollas, el festejo continuó y fue de menor a mayor. Mientras en las afueras del campo de jineteada el olor asado se empezó a sentir, dentro de ese sector del predio, los chicos se preparaban para ser parte de una serie de juegos. Hicieron carreras para buscar y ponerse sus zapatillas o alpargatas, y hasta corrieron para atrapar un lechón que fue donado por una de las agrupaciones. Estos momentos estuvieron lleno de postales cómicas y algunas muy tiernas. Es que, participaron chicos de hasta 3 años. Además de los juegos para niños, hubo actividades recreativas para mujeres y otras para hombres. Es que la idea fue que el día se celebrara con mucha diversión y que cada uno de los presentes pudiera jugar aunque sea por unos minutos.

Pasado el mediodía comenzaron los espectáculos artísticos que también fueron el plato fuerte, en distintos momentos de la celebración. Así, los festejos siguieron hasta cerca de de las 21 y el público recién a esa hora comenzó a despejar el predio.

> Una feria

El Predio Gaucho se convirtió en un centro de venta de productos regionales, artesanías, conservas, juguetes para niños y hasta bijouterie. Hubo algunos que hasta vendieron embutidos caseros. En medio de esta feria, también hubo inflables, autos eléctricos y otro tipo de juegos para los chicos.