Todo sucedió el pasado 14 de noviembre. Lisandro se encontraba sobre la unidad 341 de la RedTulum, en Caucete. Al intentar descender el colectivo, el chofer aceleró, provocando la caída desde el coche, lo que derivó en graves lesiones. Desde ese entonces el adolescente de 15 años se encuentra pasando sus días internado en el Hospital Rawson. Una cirugía podría acelerar su salida del nosocomio, pero la misma no se puede concretar por el momento y eso preocupa al entorno familiar.
Laura Brizuela, madre de Lisandro, comentó a DIARIO DE CUYO que los médicos resolvieron colocarle unos tornillos en la cadera, debido a la dislocación que sufrió tras la caída. Por la situación económica de la familia, los mismos fueron solicitados al Ministerio de Familia y Desarrollo Humano, pero pese a la insistencia diaria de Laura, no hay novedades sobre cuándo podrían contar con los insumos para realizar la esperada cirugía.
“Me dicen que el expediente se está moviendo, pero necesitamos que salga lo más pronto posible. Nuestro expediente está como urgente, pero no tenemos respuesta y los médicos me apuran a mí, cuando yo no puedo hacer nada. El apuro es porque lleva mucho tiempo internado, y se demora su recuperación sin la cirugía”, explicó Laura.
Producto del accidente, Lisandro tuvo fractura de fémur y dislocación de cadera. Días después de la caída fue intervenido de urgencia y le colocaron unos clavos provisorios en la cadera, pero ahora necesita las piezas finales para poder continuar con el largo proceso de recuperación que le significará al joven volver a caminar.
Un detalle no menor es que Lisandro padece pioderma gangrenoso, una enfermedad poco común que causa ulceras tan grandes como dolorosas, sobre todo en las piernas.

“Después de la cirugía la recuperación y demás nos llevará a quedarnos para rato en el hospital. Será un proceso largo de rehabilitación y todas esas cosas. Él está bien, le pone buena onda y voluntad para mejorarse”, comenta Laura, quien en lo profundo de su corazón espera que el paso por el quirófano de su hijo sea antes de las fiestas.
Mientras el joven junto a su madre pasa sus días en el hospital, los responsables del siniestro desaparecieron luego del hecho. Al respecto, Laura comenta: “He tenido que poner un abogado porque el chofer me dijo que había presentado todo para que el seguro se hiciera cargo, y eso no apareció; el chofer también desapareció. De todas maneras, estamos esperando la cirugía, para luego avanzar con la denuncia y todas las cosas”.
La esperanza del entorno del Lisandro es que los clavos que necesitan lleguen lo antes posible para concretar la cirugía y darle paso a la rehabilitación, anhelando que la misma no sea tan compleja y le permita al adolescente poder retomar su vida habitual.

