Este jueves en la tarde, el gobernador Marcelo Orrego dejó inaugurada la renovada Calle 5, desde Frías hasta Hipólito Yrigoyen, entre Rawson y Pocito. Un día después, los vecinos del límite entre Rawson y Pocito tuvieron una mañana inusual, que de ahora en más será moneda corriente para ellos.
“Esta mañana ya me levanté con mucho ruido del tráfico de la zona”, expresó una vecina del barrio conocido comúnmente como Vidart y 5.

Ese sonido del paso de los vehículos como así también el movimiento de las personas por el lugar, que durante muchos años estuvo cortado y con obreros trabajando, volvió a escucharse y los vecinos vivieron una mañana diferente. Si bien la mayoría asegura que fueron muchos meses con la calle cortada, ven con buenos ojos lo que se viene. “Hasta hace un mes, había muchos locales que habían cerrado porque no vendían o no ingresaban clientes, como en el caso de los talleres mecánicos. Pero hace algunas semanas, volvieron a abrir con la esperanza de la circulación que irá en aumento”, enfatizaron.
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Desde que arranca el nuevo sector de Calle 5 hasta su fin los rubros comerciales son infinitos y están acompañado por una gran población habitacional. Parrilladas, ferreterías, talleres, verdulerías, almacenes, panaderías, carnicerías, locales de ropa y hasta quinielas, todo comprendido en los 2,6 kilómetros de la renovada arteria que conecta a Rawson con Pocito que tienen la intención de generar un polo productivo mercantil.
Una vez que estuvo habilitada al paso, los comerciantes explotaron su creatividad publicitaria colocando los carteles de sus negocios en el boulevard de Calle 5. También, manifestaron dudas sobre lo que ocurrirá con el recorrido de los colectivos, que habían sido modificados para evitar los cortes.


La obra cuenta con una bicisenda que los ciclistas la han usado tímidamente, ya que aseguran que están acostumbrados a ir por el borde de la calle pero manifestaron que es un buen sector para ir “tranquilos”. “Esperemos que tanto la cartelería como las luminarias las cuidemos entre todos porque nunca falta un dañino”, dijo un hombre que frenó su bicicleta para salir de la ruta y aprovechar la senda exclusiva.

Lo que aún resta para los vecinos
La expectativa es importante pero los reclamos nunca cesan. “Yo me quejo siempre”, sostuvo entre risas una vecina, quien adelantó que faltan más rampas, semaforización en tramos donde los autos circulan a alta velocidad y guardarrail para contener a las personas que caminan por la vereda.

“Hay muchos barrios alrededor y niños que cruzan la 5 para ir a la escuela. Espero que pongan semáforos o reductores porque pasan muy rápido por aquí”, destacó una abuela, que agregó que durante muchos años y con la calle cortada, los más chicos de la zona jugaban a la pelota. En ese marco, indicó que deberán tener más cuidado porque fue mucho tiempo de estar acostumbrados a que por allí sólo había máquinas ciertos días y en algunos horarios.

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Fotos y videos: Daniel Arias – Diario de Cuyo.-

