En las instalaciones del Centro Cultural Conte Grand, decenas de padres, familiares y público en general recorrieron los stands de muestra de chicas y chicos (desde los 3 a 13 años de edad) que presentaron sus proyectos de robótica, ciencias y tecnología.
A raíz de los talleres que desarrolla Comparte Lab, los “pequeños inventores” elaboraron esquemas, maquetas y modelos automatizados con los principios básicos de programación, mecánica, química, física y artes plásticas, combinando técnicas, prácticas manuales y saberes donde sus propias ideas fueron materializadas en el banco de trabajo.
Así, la exposición tuvo como eje, las capacidades de los estudiantes aplicadas a objetos reales con una gran diversidad de resultados: desde la creación de un avión a motor, una escalera mecánica, una grúa, robots araña, autos a control y otros modelos con distintas funciones.
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El profesor Tomás González, explicó a DIARIO DE CUYO que en los talleres hay diferentes niveles de aprendizaje: “Tenemos varios proyectos de robótica, otros experimentos que los chicos muestran cómo son las reacciones químicas, está el Club LEGO y el programa STEAM donde todos los conocimientos en ciencias, técnica y artes se combinan en un nivel más avanzado”, comentó.
“En esta exposición, los chicos muestran a los adultos todo lo que aprendieron en el laboratorio, hay talleres que duraron un mes y medio. Los chicos trabajan la programación a través de una computadora y con las piezas de LEGO, van construyendo objetos a escala y mediante una aplicación, van conectando los dispositivos Bluetooth con en la computadora y eso hace que funcione el robot”, detalló el docente.
Entre las construcciones de los chicos, hay un caracol, ventiladores, Milo, el robot pequeño que avanza con dos ruedas. Estos modelos poseen circuitos simples, cables, interruptores, pulsadores, baterías y luces LED. La mayoría se hace con ladrillos LEGO o bien con otros materiales reutilizables como el cartón o madera fibrofácil.
Pero lo más importante, indicó el profesor, son las competencias que desarrollan en todo el proceso: “En los chicos, el concepto de la paciencia, contener el enojo o controlar la frustración por si alguna acción no sale bien como se esperaba o surge algún error. A veces, un día antes de la exposición se rompe algo en el proyecto, entonces, enseñamos a poder mejorar la paciencia para superar las dificultades y encontrar soluciones”, dijo Tomás.
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La exposición contó con la participación de 250 niños con un total de 200 proyectos presentados.
“Cuando lleguen a niveles avanzados en la escuela o en la secundaria, los chicos van con conocimientos básicos en el campo de la robótica y la programación. Y les ayuda a entender mucho otras cosas más complejas”, resumió el docente.
¿Qué es Comparte Lab?
El laboratorio recreativo y educativo ofrece experiencias para niñas y niños de entre 3 y 13 años, combinando ciencia, arte, tecnología y juego. Fue creado por Nicolás Loncaric como parte de la compañía de entretenimiento “Comparte”, con el objetivo de despertar vocaciones científicas y fomentar la curiosidad desde edades tempranas.
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Ahí se desarrollan más de 40 actividades durante vacaciones de invierno y eventos especiales a lo largo del año. Por ejemplo, además de robótica o tecnología, hay talleres como “DinoAstronautas”, que mezclan paleontología y astronomía, o “Slime Flúo”, con experimentos sensoriales y coloridos.
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En el enfoque pedagógico, el laboratorio ayuda a estimular el pensamiento científico a través del juego; promueve el trabajo en equipo, la creatividad y el vínculo con el entorno.
