El concepto de infancia se ha ido modificando a lo largo de la historia y de las culturas. Tal como se la concibe, es algo creado desde hace trescientos años. En algunas épocas no había casi diferencias entre los niños y los adultos.

Como padres deberíamos estar conscientes de estos cambios, que llevan a los infantes a adquirir particularidades diferentes, para acompañarlos según las realidades que les tocan vivir.

Por lo anterior, creo importante darles voz a nuestros niños y para que nos digan cómo los podemos acompañar, y que así atraviesen esta etapa evolutiva de la mejor manera permitiéndoles salud mental en la adultez. Recordemos que la infancia es un momento especial (algunos autores, dicen "sagrado") porque en ella se imprimen huellas que pueden estar presente durante toda la existencia.

En mi tarea escucho a los chicos todo el día, por eso me gustaría realizar en este momento un diálogo imaginario con ellos, para ponerles Voz, como dije anteriormente.

 Niños/as:   – Para nosotros la tecnología es muy importante, nacimos nativos digitales, viene incorporada con nosotros. ¿Me puedes entender?

Padre/madre: – Si, tienes toda la razón, por eso necesito que me enseñes, me incluyas en ese mundo que para mí muchas veces es extraño. Es importante que charlemos, que me cuentes y que desarrolles un pensamiento crítico, donde puedas evaluar, al principio con mi ayuda, qué te hace bien y que no. Por eso, quiero que juegues, que veas las redes cerca de mí, no para vigilarte, sino para ayudarte, por sino tienes claridad estoy yo para guiarte. ¿Me puedes mostrar tus juegos, redes y lo que consumes por internet? ¿Me enseñas tu vocabulario internauta y lo que significa?

Hijo, te pido que también limitemos el tiempo, ¿sabías que hay una adicción a los videojuegos? 

Niños/as: – Papis, me aburro fácilmente, me gustan los cambios rápidos, necesito que me acompañen en esto.

Padre/madre: -Por eso quiero que no pierdas el disfrute con amigos reales de tu edad,que hagas deportes, nada va a reemplazar todas esas experiencias que tengas con el encuentro con los otros. También te propongo que busques en tu imaginación qué te gustaría hacer: inventos, manualidades, cocinar, etcétera, me ofrezco a brindarte experiencias para que te entretengas, aunque tenga que resignar parte de mi tiempo y ayudarte a buscar propuestas creativas. 

Niños/as: Muchas veces vivo con muchos estímulos que me dificultan saber lo que siento o lo que me pasa y me encuentro inquieto.

Padre/madre: Por eso, es importante que te acompañe a un mundo que se llama "interior", allí encontrarás tus emociones, tus sensaciones y cuando te conectas con ellas te sientes ¡vivo y tranquilo! Me gustaría que descubras cómo se llama cada sentimiento y que los expreses de la mejor manera. Puedes vivir con la adrenalina de los videojuegos pero conectado con ese mundo de adentro. Y lo más lindo sería que aprendas a escucharte, qué necesitas y me lo puedas decir, así intento comprenderte, de otra manera, corremos el peligro que lo hagas en conductas de malos comportamientos.
Te invito a tener momentos de quietud así encuentras tu calma.

Niños/as: -Necesito mucho amor, cariño, que me demuestres el afecto. Sé que tienes que trabajar, que también vos estás pendiente de tu celu, compu, que quieres relajarte viendo una serie, pero necesito que me mires.

Padre/madre: – Sí hijo, el ritmo de vida que llevamos, hace que a lo mejor compartamos poco tiempo, que no esté atento, que esté ocupado. Voy a tratar de hacer un esfuerzo, de verte, escucharte, porque sé que me necesitas, que estás creciendo, que por ahora dependes de mí y que tengo que tratar de darte lo mejor de mi persona. Algún día crecerás y ya no seré tan necesario en tu vida.

Niños/as: – Aparte de tu amor, necesito que me muestres un camino, necesito tus límites, soy un niño, no sé cómo se hacen muchas cosas, me confundo. Aunque no me guste y quiera hacer lo que yo quiera, todavía no sé qué es lo bueno en mi vida. Necesito que me guíes, que seas coherente y firme con lo que me hace mal, aunque yo te desafíe. Cuando me enseñes normas, por favor, no me agredas, no me sirve.

Padre /madre: – Sé que necesitas mi amor y mis límites. Quiero trabajar en aprender a hacerlo de la mejor manera, teniendo en cuenta tu forma de ser y lo adecuado en cada etapa de tu desarrollo. Mis límites van a significar contención, protección.

Niños/niñas: – Papá y mamá, aunque esté en mi mundo de la tecnología, te estoy mirando.

Padre/madre: – Sé que me observas, que soy tu referente como adulto, que te estoy enseñando más por cómo soy que por las palabras. Como grande, también me equivoco, te pido perdón. Trata en tu vida de superarte, si te sirve quédate con lo bueno que veas en mí y mejora mis errores.

Niños/niñas: -Muchas veces no tengo ganas de estudiar, de luchar por metas, veo este mundo tan complicado, es más fácil distraerme con los videojuegos. Me cuesta hacer esfuerzos.

Padre/madre: -Te entiendo, pero, aunque te cueste, es importante que desarrolles la responsabilidad, que te hagas cargo de tu persona, de tus tareas, tienes un hermoso potencial que solo con esfuerzo lo vas a desarrollar. Cumpliendo con las obligaciones de tu edad te sentirás bien con vos mismo. Me gustaría que encuentres el equilibrio entre deberes y disfrutes. Con el tiempo vas a tener una linda cosecha. Por eso, como mamá o papá tengo que exigirte un poco, de acuerdo a lo que puedas. Te propongo que busquemos motivaciones, para que estudiar o las tareas del colegio sean agradables.

Niño/niña: – Muchas veces escucho cosas desagradables, (guerra de Ucrania, dólar, pobreza, asesinatos) y me preocupo mucho.

Padre/madre: – Tienes razón, no me doy cuenta que estás presente y pongo el noticiero o hablo de cosas que a lo mejor pueden angustiarte. Voy a tratar de cuidar la información que recibe tu cabecita. Te pido que me preguntes cuando necesites saber algo, yo te responderé con la verdad, teniendo en cuenta tu capacidad de entendimiento. No quiero que vivas con angustia. Todavía sos pequeños, trata de disfrutar tu infancia, no te apures a crecer.

Niño/niña: – ¿Por qué me pides ciertas rutinas? Yo quiero muchas veces quedarme a ver los dibus o no quiero acostarme a la hora que me dices.

Padre/madre: – Hijo: necesito que crezcas con una personalidad ordenada, las rutinas ayudan a eso, voy a tratar de no ser tan rígido, pero es importante que las logres, así estás descansado cuando vas al Colegio, tengas una buena alimentación y hábitos de higiene.

Niño/niña: – No me gusta cuando me comparas con tu infancia y me dices que antes todo era mejor. 

Padre/madre: – Tienes razón, no tengo que comparar. A vos te tocaron vivir otros desafíos sociales, culturales y yo quiero acompañarte a que los atravieses y te desarrolles plenamente, aunque me cueste entenderlos. Ayudame a hacerlo, siempre en mi rol de padre o madre, es muy importante un vínculo muy lindo entre ambos, pero no es una relación de amigos.

Niño/niña: – Me costó mucho la pandemia, tuve miedo, angustia, se murieron personas que conocía, no pude estar con mis amigos, la virtualidad con la escuela. Creo que por ahí los adultos se olvidan lo que atravesamos todos, especialmente los niños.

Padre/madre: Tienes razón hijito, fue tan difícil, pero creo que los infantes que vivieron esta experiencia, están preparados para lograr grandes cambios en la humanidad. Todo lo vivido te ha fortalecido. Y si te sigue costando algo, voy intentar esperarte, que te recuperes de tus emociones, siempre hay tiempo para seguir aprendiendo los temas del colegio.

Gracias queridos niños/as por estar en nuestras vidas, son nuestra alegría, esperanza, por momentos son maestros de vida. Ojalá los adultos podamos estar como necesitan ser acompañados. Todo mi cariño.

Sobre Silvana Belloti

Silvana es psicóloga del Equipo de Orientación del Colegio Parroquial Santa Lucía, Nivel Primario. Desde hace 25 años está dedicada al trabajo con niños en el ámbito clínico y escolar. Es profesora invitada en el Intercambio académico de la Universidad Santa Fe y Omeyocan

en México y en el año 2020 fue convocada a participar del Webinar Gestalt Internacional: Pedagogía del acompañamiento emocional, organizado por la Universidad de Santa Fe y el Instituto Omeyocan de Aguas Calientes, México. Es autora de los libros : "Hacer clic con los niños" y "Y no traen un libro debajo del brazo, traen un pan".