Recientemente se develó el resultado de esta iniciativa regional propuesta en el 2020. En esta nota, sus autores dan detalles de cada una de las obras de arte elegidas y por primera vez, muestran de qué se tratan.
De ella se ha dicho de todo. A Martina Chapanay, se la describe como esa mujer mestiza, rebelde como ninguna, bandolera y asaltante de viajeros para ayudar a los más pobres, seguidora de Facundo Quiroga con quien se sumó al Ejército de San Martín. Nadie escatima adjetivos para reseñarla como hábil con las armas y los cuchillos, buena para manejar los animales, decidida, aventurera, montonera gaucha, creyente, compañera fiel del Chacho Peñaloza, entre tantas otras palabras que podrían pintarla en cuerpo, alma y osadía. Ahora le tocó el turno a los artistas de hablar sobre ella, interpretarla, decodificar su accionar y hasta hacerla canción, performance o ilustración digital.
De hecho, Martina Chapanay, libre y valiente fue la temática elegida en el 2020 para la contienda anual lanzada en el ámbito regional de Cuyo por el Consejo Federal de Cultura, un ente conformado por las Secretarías de Cultura de las provincias y de la Nación que hacen un aporte dinerario para sostener diferentes acciones. Pandemia de por medio, los tiempos se retrasaron y recién hace unos días se conoció el resultado del concurso que tuvo cinco felices ganadores locales (David Gardiol y su equipo, Lucas Aguirre, Vanguardia Ballet, Colectivo Lado VE y Ana Clara Bustelo), todos en igualdad de condiciones ya que no hay orden de mérito, todos acreedores de un monto de dinero a modo de recompensa. El Covid-19 también fue determinante en el formato: las obras esta vez no pudieron presentarse de manera física sino que por las restricciones impuestas se aceptaron como material audiovisual, lo que le imprimió otra característica al concurso que a su vez fue definido de manera virtual. En esta edición se optó que el foco de la realización va cambiando el rubro año a año- estuviese puesto en la danza, la música el teatro y las artes visuales.
"El concurso de la región Cuyo tiene como objetivo hermanarnos como provincias, buscando esos vínculos comunes. Elegimos una temática que nos uniera identitariamente, ya que la historia o el mito popular, como cada uno quiera verlo, de Martina Chapanay, una persona muy fuerte, en esa época -NDR: se dice que nació en el 1800 en las Lagunas de Guanacache (aunque hay otros que lo ubican 11 años más tarde) y falleció en Mogna, en 1887- su paso audaz por los desiertos, su lucha, involucra a San Juan, San Luis y Mendoza. Nos pareció que tomar la idea de una mujer vanguardista, independiente, valiente como ella, era reivindicar el rol de la mujer defensora de derechos y darle el lugar que creemos que merece en nuestra historia'', se valió Virginia Agote para argumentar esta iniciativa.
Feliz por el nivel de participación los sanjuaninos presentaron 33 trabajos, -mientras que en total hubo 104 producciones en competencia- pero más orgullosa por la calidad artística, Agote reconoció que fue un trabajo muy interesante que incentivó a la revisión del material histórico y documental.
La funcionaria, no sólo desde su rol de Secretaria de Cultura de San Juan sino como vicepresidenta del Consejo Federal de Cultura, mientras dio detalles de los ganadores, reveló dos primicias: la primera es que se están ultimando detalles para hacer la presentación oficial, probablemente incluyendo a los ganadores de las otras dos provincias cuyanas. La segunda es que ya se empezó a dar los primeros pasos de la edición 2021 de la contienda regional que tendrá nuevas propuestas y nuevos desafíos, sin lugar a dudas.
Ojo de Agua
Legendaria
Oración a Martina
Martina Chapanay
Genoma XX
Premiados y jurados
Además de los sanjuaninos, hay cinco ganadores puntanos y cinco mendocinos. Quienes fueron elegidos por la provincia de San Luis son Noelia Raquel Barreto, Pablo Federico Castellano, Tania Soledad Cometto Franco, Laila Belén Sanz, Juan Manuel Visetti. Por Mendoza Carlos Martín Rez Masud, Fabiana Haydee Pereira, Diana Graciela Fiore, María Sol Montenegro Galfo y Mónica Marina Borré.
Integraron el jurado la actriz puntana Adriana Durigutti; la directora y dramaturga Marcela Aravena (de San Luis); la directora de Acción Territorial de San Juan Celia Soler; el violinista Pablo Grosman; la diseñadora y productora periodística mendocina Gabriela Góngora; el artista e ilustrador mendocino Federico Calandria; además de Gerardo Esteban Masman Ruiz -jefe del Sub Programa Gestión Cultural de San Luis-, Carolina Valeria Peralta del equipo Estrategias Culturales del Ministerio de Cultura y Turismo de Mendoza- y Daniel Izasa -director de Acción Cultural del Ministerio de Turismo y Cultura de San Juan-.
Con el lápiz digital de su I-pad y haciendo observaciones directas de una foto ampliada al tamaño completo del monitor de su computadora de escritorio (como si esa foto fuese un modelo), el ilustrador caucetero Lucas Aguirre, dibujó a mano, encarnó y por qué no decirlo también, parió en un lapso de semanas, a 23 mujeres emblemáticas todas, al menos en su vida. Algunas por claves en la cultura local y latinoamericana. Otras porque marcaron su existencia -las emblemáticas también, por supuesto- pero de manera personal, como su mamá Iris, su pareja Maureen y Zoe, su hija recién nacida al momento de presentar el trabajo con el que resultó ganador.
Cada una de esas mujeres son las que justifican su trabajo "Genoma XX''. Es que este artista se tomó la licencia, cual creador, de reproducir la secuencia de ADN de un genoma humano, el que tiene 23 pares de cromosomas en el núcleo de cada célula. Claro que él hizo su propia interpretación: Transformó cada par de cromosomas, en una mujer y cada rostro femenino, de 22 de esas imágenes, pasaron a formar parte de un "todo'', de un entramado, se fusionaron para darle forma y contenido a la figura número 23, ni más ni menos que Martina Chapanay. Las hizo con todos los detalles y en el color que regala esta tierra.
"Creo que así como Martina Chapanay es indiscutiblemente una referente, no podían faltar tantas mujeres que marcaron mi camino y el de muchos otros con su valentía y su empeño. Seguramente faltan muchas otras mujeres. Pero estas son las que yo prioricé. Entonces si se mira en detalle aparecen los rostros de la directoras de cines Lucrecia Martel y María Luisa Bemberg; las cantautoras o cantantes Chabela Vargas (Costa Rica), Lila Downs (de México), Susana Castro, Violeta Parra, Beths Carvalho, María Elena Walsh, Mercedes Sosa, la chilena Mon Laferte, la partera sanjuanina Selva Gil que trajo a más de 100 niños en El Encón, una de las primeras pilotos argentinas que terminó sus días en San Juan, Miriam Stanford, entre otras'', detalla y justifica que las eligió porque considera que cada una de ellas tuvo que transgredir normas patriarcales para convertirse en voz, en protagonista, en hacedora de la historia.
Lucas Aguirre se reconoce autodidacta. Aunque también acepta que buena parte de su talento lo ha forjado con la práctica y con algunos conceptos heredados en talleres y charlas. Es amante de la ilustración (sus trabajos pueden verse en su Instagram @lucas.ilus), de la comunicación, la fotografía y el audiovisual, rubros en los que ha cosechado premios y distinciones.
La coincidencia o el destino quiso que los integrantes de Vanguardia Ballet -una formación de danza independiente que tiene 8 años de actividad- hubiesen elegido a Martina Chapanay, como uno de los personajes de la obra que habían empezado a ensayar. Ellos que tienen aceitada la participación en concursos nacionales (tienen logros en instancias como pre Laborde, Cosquín, Ameridanza, Danzamérica, entre otros certámenes) entonces rápidos de reflejos, dieron un viraje a la historia en borrador ni bien supieron del concurso. Y en lugar de Ella así -se iba a llamar la producción- dieron vida a Legendaria, una obra de danza fusión entre lo folclórico y lo contemporáneo.
Claro que el concepto no fue lo mismo. Del escenario teatral pasaron a un paisaje natural sin límites como es la Pampa del Leoncito, en Barreal. Allí Pilar Cortez encaró a una desafiante guerrillera, con su distintivo uniforme (con una pollera roja) y también con su facón.
En pleno desierto, al atardecer, con el viento asechándola, ella interpreta los acordes de una música instrumental más dos fragmentos de temas de Mercedes Sosa. Se suma todo el ballet -compuesto por Martín Sánchez, Juan Ignacio López, Luis Carrión, Facundo Illanes, Gabriel Núñez, Mariano Paredes, Ignacio Herrera, Cristian Riveros, Cintia Ramírez, Sofía Meli, Valentina Bordón, Valentina Arancibia, María Paz González, Gisela Barón, Nicole Núñez, Lucía Matus y Guadalupe Garrido- que se contornea y acompaña con movimientos a este mujer "fuerte, valiente, transgresora, que pudo romper parámetros y barreras de época'', tal como la describe el director y coreógrafo Lucas Díaz. De las cámaras se ocuparon Rodrigo Villegas y Federico Giaccaglia, de la edición David Chacón.
Según la propuesta, las bailarinas hacen las veces "de la tierra que le drenan a Martina sabiduría, fortaleza, valor, todo lo que necesitaba para poder enfrentar cada batalla y avanzar, mientras que el cuerpo de danza masculino representa la muerte, que la asecha en cada una de sus decisiones'', tal como explica Lucas Díaz, a quien la pandemia lo impulsó al desafío de animarse al trabajo audiovisual, lo que despertó la creatividad y la innovación.
Leyó las bases del concurso y de inmediato pensó en Romina Moreno, la emprendedora pocitana que hace muñecos de trapo con recortes de tela reciclada y que tiene a Martina Chapanay, ni más ni menos por nombre de la iniciativa comercial y lúdica que rescata personajes de la historia convirtiéndolos en juguetes. Ella, generosa y predispuesta, puso a disposición su mejor tesoro: esas muñecas que tanto le gusta coser. Claro que había que hacerlas recobrar vida. Entonces fue otra hacedora de arte, Yanina Valdéz (que tenía experiencia con el manejo y vinculación de este tipo de objetos) quien puso las manos, mejor dicho el cuerpo -porque si bien es quien maneja los personajes casi como si fuesen títeres y se permite jugar con ellos, también interpreta, baila y hace un despliegue escénico con todo su cuerpo, acompañada por un poncho típicamente sanjuanino-. Entusiasmadas, otras dos personas claves se sumaron al proyecto que encaró como director David Gardiol; el músico y cantautor mendocino Gustavo Maturano que cedió esa canción que no sólo con música y palabras, sino con texturas e imágenes verbales, tal como la describe Gardiol, homenajea a "la guerrillera del Zonda'', tal como dice en algunos fragmentos. Y su propio hijo, Gabriel, que puso en juego sus conocimientos de diseño pero también como experto en rodajes artísticos, fue el encargado de plasmar el trabajo en lenguaje audiovisual. El trabajo Martina Chapanay se grabó en Títeres En Serio Espacio Teatral, con un entorno de luces intimistas y humo que hacen de contexto. "Estas bellezas de muñecos una Martina Chapanay, un presentador y otras mujeres de su comunidad más un caballo de jean reciclado y botones- con un soporte tan especial como la canción Martina Chapanay y la versatilidad de Yanina inspiraron este corto de 4 minutos, una especie de videoclip, cargado de climas emocionales para mostrar la fuerza de la heroína cuyana. Fue una experiencia muy movilizante que nos llena de orgullo'', resume David Gardiol su propuesta ganadora, llena de talentos.
Una Martina pequeña -la actriz en miniatura Gala Ojeda Piñeiro- que toca la tierra que hay alrededor de una tumba con su cruz de madera y da paso a que Martina crezca y sea encarnada por la bailarina Cande Farías que, no solo mira con asecho a su alrededor sino que da pasos firmes por esa tierra cuarteada y se zambulle en las aguas (del río, según el guión). Ya adulta, perfectamente caracterizada por la actriz Lila Guzmán, se adueña de las montañas, asesta su fuerza en la piedra y se permite llorar, mientras de fondo se escucha una música potente y un sinfín de una misma consigna: "todos saben quién descansa ahí'', las mismas rítmicas palabras que repiten otra vez, según cuentan los oriundos de Mogna, sobre quien se acerca a la tumba donde dicen yacen los restos de esta montonera.
"Ojo de agua'' -una invitación a acompañar a esta Martina en las diferentes etapas de su vida, por paisajes que los ojos sanjuaninos están habituados a ver- es una producción audiovisual del Colectivo Lado Ve que, a diferencia del resto, tiene música original. No es de extrañar si se tiene en cuenta que el trío que convocó a las actrices está integrado por la compositora de música electrónica y productora musical Laura González. El resto de los integrantes Matías Tello y Lean Bustos, ambos bailarines, se ocuparon de la edición de video y de la dirección general, respectivamente.
"Todos tenemos admiración por este personaje, especialmente por cómo ha transcurrido su vida. Investigamos mucho y nos encontramos con varias versiones sobre un mismo hecho porque claramente es una leyenda, que se va contando de boca en boca por relatos que fueron construyendo escritos. Nos sedujo su valentía, su rebeldía. Ella iba al máximo por sus ideales, incluso al punto de vengarse de la muerte de los suyos ante sus contrincantes y opresores. Quisimos traerla a estos días, pensándola a través de mujeres actuales, atravesadas por el espíritu de Martina Chapanay, en su realidad. Ellas jugaron a ser ellas mismas en el paisaje y con las emociones que les generó conocer el accionar de esta mujer que buscaba su libertad'', detalla Laura sobre el sentido de las secuencias de danza y actuación que logró mixturar este colectivo de arte que nació a fines del 2020 gracias a una obra para el Fondo Nacional de las Artes, lo que les abrió muchísimas puertas.
"Dicen que cada uno le reza a quien o a lo que cree. Yo le rezo a Martina Chapanay. Porque creo firmemente en quien arriesga su vida por salvar a su comunidad. Le rezo porque defendiendo nuestro territorio sembró la semilla de la lucha en épocas donde pocas mujeres se animaban a hacerlo. Le rezo porque es un ejemplo de coraje, generosidad y compañerismo'', dice con absoluto convencimiento Ana Clara Bustelo, autora de "Oración a Martina'', un trabajo de ilustración digital a partir del concepto de fotomontaje propuesto por Joan Fontcuberta (que plantea la post fotografía que es cuestionar que tan real son las fotos que se toman) y técnicas mixtas -lo que hizo fue recortar distintas fotos y las montó en un lienzo virtual, luego las pintó, filtró, procesó el color digitalmente, entre otros pasos de post producción de la imagen- con el que esta cineasta e ilustradora participó en la contienda.
Reconoce que la propuesta del concurso fue la excusa ideal para que al buscar esa obra de arte, ella se permitirá replantearse sus propias creencias y cuestionar las de la sociedad toda. "Me gusta pensar en otro mundo posible. Un mundo donde le recemos a una mujer: humana, guerrera, libre y valiente. Además me pareció sumamente interesante un concurso que proponga esa temática, teniendo en cuenta que Martina Chapanay representa nuestros orígenes, los procesos históricos que se han ido dando y una mujer como protagonista.
Su trabajo que consiste ni mas ni menos que en una estampita que dice Santa Martina ruega por nosotros. Por eso tiene a la bandolera en el centro para que guíe a una comunidad entera, hombres, niños y animales la miran con admiración. Alrededor de la misma se encuentran algunos elementos típicos de mi provincia. El tejido a telar, flora autóctona y sus frutos y una guarda pampa.
Ana Clara tiene 25 años y un enorme recorrido después de estudiar en la Universidad Nacional de Córdoba, la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, la UBA. Actualmente tiene su propia productora, Pez Dorado y aparte, trabaja como ilustradora en la UNSJ y para clientes particulares.
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