Los trastornos de alimentación de los niños son la principal causa de consulta médica. Es normal el problema de no comer o elegir que alimentos consumir a edad temprana. Recién a partir de los 4 a 5 años el miedo a engordar se transforma en un verdadero dilema. Por tal motivo es normal escuchar a las mamás "¡comete todo!" Y llegan al consultorio del pediatra con la misma preocupación: "doctor, el nene no come". Es un tema que preocupa hoy a padres, directivos de escuelas y familiares, entre otros.

Por razones de confidencialidad no podemos dar nombres de chicos y escuelas que padecen esta problemática en la provincia. El miedo a engordar y ser rechazado por los demás es lo que se vive hoy. Los patrones de belleza de extrema delgadez pasan de la pantalla de televisión a las salas de los jardines de infantes. Por su parte, las escuelas comienzan desde los primeros años a inculcar en el sistema educativo cuáles son las comidas nutritivas óptimas para un desarrollo adecuado. Lo cierto es que a partir de los 6 años se vive un clima de competitividad y discriminación en las aulas acerca de quienes poseen un cuerpo adecuado para realizar tal o cual actividad física. Ante esta problemática discriminatoria, los padres comienzan a preocuparse e interesarse sobre el tema.

Hay una especie de persecución detrás de los hábitos de alimentación, de las compañías de sus hijos, de los mismos compañeros y de la organización de actividades físicas que se realizan como actividades extraescolares.

-"Yo tengo pollerita corta y vos no porque tenés panza"_ le dijo una compañerita de jardín a Camila. Ella tenía sobrepeso, y un nene en el jardín le dijo que tenía que meterse los dedos a la boca para vomitar. Cuando alguna ropa no le entraba, empezaba a gritar y aún hoy elige mucho la comida", cuenta Andrea, mamá de Camila. Esa situación hizo que decidiera consultar a un especialista, quien recomendó que la niña hiciera un tratamiento.

Trastornos alimentarios

Los trastornos alimentarios son enfermedades crónicas y progresivas que, a pesar de que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, en realidad consisten en una gama muy compleja de síntomas entre los que prevalece una alteración o distorsión de la auto-imagen corporal, un gran temor a subir de peso y la adquisición de una serie de valores a través de una imagen corporal. También en algunos casos la publicidad marca una gran parte en esto ya que los jóvenes que miran un anuncio de comida y/o bebidas se antojan de comerlo y/o beberlo, esto hace que al ingerirlo, lo devuelvan por su mala alimentación.

Causas

Hay estudios que indican que niveles anormales de determinados componentes químicos en el cerebro predisponen a algunas personas a sufrir de ansiedad, perfeccionismo, comportamientos y pensamientos compulsivos. Estas personas son más vulnerables a sufrir un trastorno alimenticio.

Factores psicológicos

Las personas con trastornos alimentarios tienden a tener expectativas no realistas de ellos mismos y de las demás personas. A pesar de ser exitosos se sienten incapaces, ineptos, defectivos, etc. No tienen sentido de identidad. Por eso tratan de tomar control de sus vidas y muchas veces se enfocan en la apariencia física para obtener ese control.

La familia

Personas con familias sobre protectoras, inflexibles e ineficaces para resolver problemas tienden a desarrollar estos trastornos. Muchas veces no demuestran sus sentimientos y tienen grandes expectativas de éxito. Los niños aprenden a no demostrar sus sentimientos, ansiedades, dudas, etc., y toman el control por medio del peso y la comida.

Sociedad

Los medios de comunicación asocian lo bueno con la belleza física y lo malo con la imperfección física. Las personas populares, exitosas, inteligentes, admiradas, son aquellas con el cuerpo perfecto. Las personas que no son delgadas y preciosas son asociadas con el fracaso.

Síndrome del atracón

Se habla de síndrome del atracón cuando se produce una sobreingesta compulsiva de alimentos. Después de este ataque de glotonería aparece una fase de restricción alimentaria en la que baja la energía vital y se siente la necesidad imperiosa de comer.

Una vez que se inicia otra sobreingesta, disminuye la ansiedad, el estado de ánimo mejora, el individuo reconoce que el patrón alimenticio no es correcto y se siente culpable por la falta de control.

Bulimia

La persona con bulimia experimenta ataques de voracidad que vendrán seguidos por vómitos para contrarrestar la ingesta excesiva, uso y abuso de laxantes para facilitar la evacuación, preocupación excesiva por la imagen corporal y sentimientos de depresión, ansiedad y culpabilidad por no tener autocontrol.

Los factores principales que van a mantener este problema son la ansiedad, la falta de autoestima y la alteración de la imagen corporal.

De esta manera en algunas mujeres tienden a tener amenorrea, malformaciones en los dedos, debido a los constantes atracones, seguido de métodos compensatorios inapropiados (inducción al vomito), para evitar la ganancia de peso corporal, etc.

Anorexia

La anorexia se caracteriza por una pérdida de peso elevada (más del 25 por ciento) debido al seguimiento de dietas extremadamente restrictivas y al empleo de conductas purgativas (vómitos, ejercicio físico en exceso). Estas personas presentan una alteración de su imagen corporal sobrestimando el tamaño de cualquier parte de su cuerpo.

Las características psicológicas y sociales incluyen miedo intenso a comer en presencia de otros, dietas bajas en hidratos de carbono y grasas, preocupación por el alimento, abuso de laxantes, robos y mentiras.

Las principales víctimas de este mal son las mujeres, sobre todo las jóvenes, quienes en ocasiones pueden ser influenciadas por el fanatismo a personas con una imagen pública masiva como actrices y modelos.

Obesidad

La obesidad es una enfermedad psicosomática con conductas adictivas a la comida, caracterizada por avidez, descontrol y en algunos casos, un sentimiento de culpa persecutoria.

Esta patología marca un grado de conflicto y dependencia frente a determinados alimentos, especialmente los hidrocarbonatos.

Se trata de un "comer compulsivo", que en una primera etapa aparece como un impulso irrefrenable, sin lucha interna ni culpa, por lo menos durante la ingesta. Por lo tanto en esta etapa no hay conciencia de enfermedad.

Opinión de especialista

En la clínica el tratamiento es integral, encontramos un equipo de profesionales compuesto por un psiquiatra, cuatro psicólogas, una nutricionista, un médico clínico y una profesora de gimnasia. Además se realizan talleres nutricionales, específicos de trastornos alimentarios, actividad física saludable, entre otros. La contención es casi total para lograr un buen resultado. Nos cuenta la licenciada Carolina Conti.

El niño que padece alguna de estos trastornos es un enfermo que sufre, porque existe un hueco en algún aspecto de la vida. Hoy, por las ocupaciones de trabajo de los padres es que los niños muchas veces quedan solos, sin un control adecuado y afectivo. Estos chicos buscan ser aceptados, entonces se confunde el verse bien con el sentirse bien, explica Carolina, entonces no logran el cometido.

Generalmente los trastornos alimentarios se producen por las siguientes causas: * Problemas familiares, generalmente de parejas.

* Violencia implícita.

* Pasan mucho tiempo solo.

* Los integrantes de la familia comen en horarios distintos.

En todo el mundo hay un exceso de oferta de alimentos con un doble mensaje, es decir muchos alimentos y por otro lado no los comas por tal o cual razón. El ser flaco significa ser exitoso en la actualidad, es el modelo de las campañas publicitarias de todos los medios de difusión. En el mundo hay un riesgo de obesidad, una pandemia, sobre todo en los países europeos, debido al sedentarismo de los chicos.

La solución para todas las problemáticas actuales, es pasar más tiempo con sus hijos, y que ese tiempo sea bueno en calidad. Proponer encuentros con ellos, compartir actividades, acompañar en inquietudes, conversar, evitar discusiones, apagar la tele mientras comemos etc. En una palabra trabajar los valores y principios de vida – nos dice la licenciada. Los tratamientos que llevamos a cabo son con la participación de los padres, y una vez compensado las carencias afectivas tienden a solucionarse, debiendo realizar un seguimiento para que cuando lleguen a la adolescencia no vuelvan a caer.

Los establecimientos educativos, a parte de hacer hincapié en los alimentos, deben informar a los padres ante la mínima sospecha, por prevención.