La pandemia por el coronavirus ha llevado a que millones de personas a lo largo del mundo readaptaran sus formas de trabajar, de ver la vida, de relacionarse con otros y con ellos mismos. Cientos de artistas aprovecharon los primeros meses de pandemia para avanzar en sus trabajos, pero a poco más de un año de esta “nueva normalidad” que transitamos, algunos han tenido que volver a sus rutinas.

Cómo es escribir en pandemia y las perspectivas del futuro, en el testimonio de cinco escritores locales.

Reina Sosa – Escritora y docente

“Escribir en pandemia y ser docente es conflictivo, porque las y los docentes estamos sobre explotados. El año pasado con la virtualidad y este año con la modalidad compartida (virtualidad y presencialidad) nos estamos volviendo locos y locas. Son muchísimos los requisitos, cuestiones nuevas para aprender sobre la espacialidad y maneras de entender el vínculo interpersonal.

El año pasado, al inicio de la pandemia, sentía que el encierro te colocaba espejos en todos lados y por ahí la escritura para ordenar venía bien. Pero en este momento, donde se han abierto las rutinas nuevamente, no hay una nueva normalidad, es la misma rutina con más miedo y por más que busco escribir se dificulta porque no tengo la paz mental para disponer la creatividad.

Para escribir no necesitas inspiración, sino buenas ideas, dedicarle tiempo y trabajo, e invertir en las relecturas y reescrituras.

El sector de los escritores, en específico de los escritores de literatura, está super desmembrado porque hay una cantidad de proyectos que no se conocen. Hay proyectos editoriales que se postulan como literarios, estéticos, artísticos y no lo son, y eso me preocupa.

Hay editoriales o librerías independientes que se mueven mucho, pero creo que falta formación editorial, y acá hablo como docente de la carrera de Letras. Necesitamos saber más en gestión editorial. De literatura hay gente que sabe, pero cómo hacer libros y darle circulación en la calle no lo estamos sabiendo hacer, entonces hay una parte del proceso que se corta. La literatura es un bien social, son voces en democracia dando vuelta. No escribimos para curarnos, sino para generar e intentar ensayar productos estéticos”.

Soledad Arranz -poeta, cantante y compositora

“Hay una realidad que sucede conmigo y es que leo muchos libros, de poesía o también novelas que tengan contenidos poéticos. Siempre estoy sumergida en el mundo de la lectura y eso da pie a las ganas de escribir. Es como un cierto empujón que me insita a volcar tinta en un papel.

La pandemia en lo personal me inspiró muchísimo para escribir, creo que me lo tomé como un momento de reflexión con mi yo interno sacando de adentro sensaciones que venía sintiendo de hace mucho, y ese revuelto de sentimientos que nos hizo sentir el confinamiento lo pude utilizar para inspirarme en un segundo libro de mi autoría.

Me sucedió algo muy lindo cuando mis libros salieron a luz, y es que muchas personas adultas me dijeron que era hermoso que una persona joven se sumergiera en el mundo de la poesía. Me puso contenta porque justamente lo que quiero lograr es que la gente sienta lo que la poesía puede transmitir, decirles que por eso escribo, para indagar dentro mío y escribir todo aquello que no puedo decir con la boca. Decirles que la poesía salva, que te escarba por dentro.

Hablando en un futuro, me gustaría que la provincia nos dé posibilidades de visualizar nuestro arte, que nos brinde espacios, que se sepa que no todo está perdido, que hay jóvenes que sentimos que tenemos para darle a este mundo intenso muchas cosas.”

Federico Araya -escritor y poeta

“Durante la pandemia estuve y aún estoy leyendo bastante. Eso ha generado posibilidades de escritura. Digamos que leo y escribo. Ahora bien, cuando hablo de lecturas, no me refiero sólo a leer libros de literatura, todo lo que vivís y todo lo que te rodea puede ser leído. Luego te sientas a producir.

El año pasado pude escribir un libro de poesía. Nunca antes había escrito un libro de un tirón. Siempre los he terminado luego de años, luego de haber corregido durante mucho tiempo, pero esta vez no, esta vez escribí poemas que fueron acomodándose en la unidad de un libro. Se titula “Brasero” y en él hay series de poemas que relatan historias. De hecho, el título tiene que ver con esa costumbre que teníamos de niños, cuando nos sentábamos alrededor de un brasero y nos contaban historias. En aquellas ocasiones era la palabra lo que estaba allí sobre todas las demás expresiones. Quedaba un mundo vertebrado por cuestiones más simples, en este caso, las historias.  Algo parecido a lo que ocurre con esta pandemia, que creo, nos está obligando a interpelar el sistema de nuestras vidas, para que de alguna manera entendamos qué es lo más sustancial.

Creo que la literatura tiene una posibilidad en cuanto a la reformulación de los formatos para su divulgación. Me refiero a que hace años no se leen sólo libros en papel. Con el aislamiento se potenciaron formas virtuales de participación, aunque creo que el poder de una obra reside en lo que propone como contenido poético y estético, los nuevos soportes y las nuevas maneras de participar en torno a la literatura nos están interpelando”.

Iván Cabello – Escritor, cantante y compositor

“Escribir en plena pandemia fue algo sumamente inspirador para mí. Pude encontrar el tiempo necesario para enfocarme en mis poemas y en otros proyectos artísticos que había dejado en pausa. En el año 2020 publiqué mi primer libro de poesía, titulado “Réquiem de Otoño”.

Comencé a escribirlo en el mes de abril y mayo del año pasado, aún recuerdo que me levantaba en las mañanas temprano y me ponía a escuchar música. De esta forma los versos comenzaban a manifestarse de forma inmediata.

La pandemia me ayudó a pensar en varias cuestiones personales (todo a través de una mirada nostálgica), a recordar mi niñez y mi adolescencia. Eso me favoreció a la hora de exteriorizar muchas cosas que tenía guardadas en mi interior. Más allá del momento malo, que aún seguimos viviendo por la situación del Covid-19, encontré fortaleza e inspiración en mis seres queridos y en las pequeñas cosas de la vida.

He quedado sorprendido con la mayoría de chicos y chicas que han surgido a través de la escritura. No soy alguien que lleve mucho tiempo escribiendo, sobre todo con la intención de querer publicar constantemente un libro nuevo, pero si me siento contento de ser parte de esa nueva camada de escritores que está dando la provincia. Sin duda, ya se ha trazado un buen camino para la literatura sanjuanina, un motivo grande para seguir escribiendo.

La pandemia nos ha ayudado a que podamos encontrar un momento artístico en la vida de cada uno... ¡y eso es algo valioso que hay que manifestarlo!”

Ivy Nogueras – Escritora, editora y antologista

“Escribir en pandemia es muy inspirador. Esta emergencia sanitaria sin precedentes, que nos ha puesto la vida de cabezas, ha provocado muchos sentimientos. Por un lado el miedo ante la letalidad, el dolor de la pérdida de seres queridos, la angustia del encierro, y por otro, la posibilidad de pasar más tiempo en casa, con los afectos y con nosotros mismos, la valoración del abrazo, del beso, del mate y de todas esas manifestaciones amorosas que tuvimos que reinventar.

Para quienes tienen el don de la palabra, expresarse fue y sigue siendo una válvula de escape. Pilar Sordo (psicóloga e investigadora chilena) dice que el aburrimiento es la madre de la creatividad y creo que justamente la cuarentena, el encierro y el aislamiento fue lo que posibilitó que muchas personas construyeran su mundo literario.

Como escritora pude terminar miles de historias que estaban arrumbadas en un lejano rincón digital, organizar, corregir una y mil veces, mejorar la calidad literaria de mis obras, aprender. El tiempo que siempre fue poco, de repente no era una limitación. Además, la mirada acerca de la vida, la muerte, el amor, la amistad, la finitud, el ser humano cambió.

Por momentos sentí dolor, desesperación, impotencia y a veces una gran paz y agradecimiento por seguir viva (es muy fuerte) y todas esas emociones cambiaron el rumbo de historias que estaban en pausa.

Como editora animé a gente muy talentosa que no se había animado nunca a escribir, a que lo hicieran, que aprovecharan esta oportunidad de “tiempo” para desarrollar un don que yo veía en potencia. Trabajé con personas que sólo necesitaban un empujón de fe para fortalecer su autoconfianza y sumergirse en el mundo de las letras.

Creo que el mundo literario y editorial no volverá a ser el mismo, nada debería ser igual después de semejante cataclismo. Es momento de aprender, de aceptar, de creer. La literatura es la encargada de dejar explícita esta nueva arquitectura social, cultural y política. Quienes elegimos este camino tenemos una gran responsabilidad. No importa el soporte en el que escribamos o leamos, ni el género con el que nos expresemos más a gusto, lo sustancial es dejar testimonios de esta experiencia única que nos está tocando vivir”.