Para saber todo acerca de la hepatitis el doctor Luis Narváez, médico referente de esta enfermedad en San Juan habla al respecto.
-¿Qué es la hepatitis?
-Es la inflamación del hígado. Es un proceso en el tejido hepático, inflamatorio por múltiples causas.
-¿Cuáles son las causas?
-Todo tipo de infecciones como parásitos, hongos y virus. Podemos hablar de un daño por drogas o medicamentos como el paracetamol o el diclofenac que entre otras pueden causar la muerte (debido a la automedicación). En nuestro medio es muy importante el daño por alcohol.
También puede suceder que células inmunitarias ataquen al hígado causando lo que se conoce como hepatitis autoinmune.
Algunas hepatitis pasan a la cronicidad, causando enfermedades serias y graves como cirrosis, cáncer de hígado, o requerir de un trasplante hepático.
-¿Cuáles son las diferencias entre hepatitis A, B y C?
-Si bien las tres son causadas por virus son diferentes entre sí en todos los aspectos.
La hepatitis A es de corta duración, no conduce a la cronicidad y le llamamos de evolución benigna. Pero en las personas adultas no vacunadas y algunos inmunodeprimidos puede tomar un curso más prolongado, persistir por meses o generar características colostáticas (ictericia: piel amarilla y orina oscura), pero es una hepatitis que no deja secuelas. En porcentajes ínfimos puede el organismo defenderse de forma exagerada destruyendo su propio hígado; a esto le llamamos hepatitis fulminante. Esto se da sobre todo en la infancia y requiere urgente un trasplante hepático para salvar la vida, pero la vacunación en los recién nacidos hace prácticamente nulo este proceso.
Los síntomas son comunes a todo proceso infeccioso y se manifiesta con fiebre, dolor abdominal, vómitos y sobre todo mucho cansancio y falta de apetito. Algunas veces son tan pocos los síntomas que se confunde con un estado gripal.
La hepatitis B inicialmente provoca un cuadro agudo similar a otras hepatitis, pero suele caracterizarse también con ictericia. Algunas personas no presentan síntomas. Por esto no consultan y enferman sin saberlo. Esto se resuelve generalmente en 6 meses quedando el paciente inmunizado. Un porcentaje de aproximadamente el 15 por ciento no cura su enfermedad y pasa a la cronicidad.
Algunas personas tardíamente son detectadas como portadoras del virus B o C cuando presentan síntomas de una cirrosis o cáncer de hígado.
La Hepatitis C es quizás la que menos síntomas presenta.
-¿Cuáles son los grupos de riesgo?
-Quienes no están vacunados, las personas inmunodeprimidas. Para el virus B y C se considera personas de riesgo quienes mantienen relaciones sexuales ocasionales sin preservativo, las trabajadoras sexuales, los pacientes con hemodiálisis, quienes se realizan tatuajes o piercings, los drogadictos que emplean agujas, todas las personas que recibieron transfusiones antes de 1992 (esta sangre pudo no ser controlada debidamente), quienes se sometieron a tratamientos odontológicos o quirúrgicos sin material descartable o debidamente esterilizado, personal de la salud como médicos, bioquímicos, odontólogos, enfermeras, mucamas, enfermos hepáticos crónicos, diabéticos, pacientes oncológicos y individuos mayores de 60 años.
-¿Qué medidas preventivas tomar en el hogar y en el estilo de vida?
-Es fundamental la higiene del baño y utensilios con lavandina diluida. Por supuesto, la colocación dela vacuna es indispensable.
Si un miembro de la familia está inmunodeprimido se puede colocar gammaglobulina específica. Evitar las drogas, básicamente la de uso endovenoso. Lavarse las manos varias veces al día con jabón, beber siempre agua potable, usar preservativo en relacione sexuales ocasionales; lavar perfectamente los elementos de cocina y los alimentos, ingerir carnes bien cocidas y pescados y frutos de mar frescos, entre otras medidas.
-¿Cómo se realiza el plan de vacunación?
-Los adultos no vacunados o de riesgo deben ser vacunados con dos dosis, la segunda entre los 6 y 12 meses de la primera, para el virus A.
Para el virus B son 3 dosis: la primera; la segunda 4 semanas después y la última 6 meses luego de la segunda.
En niños: hepatitis A única dosis a los 12 meses de vida. Para la hepatitis B en el recién nacido se colocan 3 dosis a los 2,4 y 6 meses. Si no se hubieran colocado estas vacunas se inicia este esquema; primera dosis; un mes después la segunda y 6 meses después la tercera.
Se puede vacunar para la hepatitis A y B en forma simultánea.
Lamentablemente no existe vacuna para la hepatitis C por eso lo mejor es evitar situaciones de riesgo.
-¿Las mujeres embarazadas o que están dando de mamar pueden vacunarse?
-Contra el virus de la hepatitis A no, contra la hepatitis B si, ya que las madres pueden contagiar al bebé sobre todo en el momento del parto
Es fundamental saber si la madre es portadora de virus B para tratar al recién nacido en las primeras 48 horas de vida.
Es importante mencionar que tampoco pueden vacunarse los niños menores de 1 año ni las personas que están con un proceso que genera fiebre (en este caso hay que posponerlo hasta que la enfermedad ocasional haya pasado).
-¿Qué riesgos existe si no se diagnostica a tiempo?
-El paciente con hepatitis A no diagnosticada no ofrece problemas, porque no deja ninguna secuela. Salvo aquel bajo porcentaje que presente un cuadro fulminante.
Quienes están contagiados con virus B y C (se estima 1 de cada 12 habitantes) lo padecen crónicamente sin saberlo y en forma sintomática padeciendo mas adelante cirrosis hepática y/o cáncer de hígado. Sólo conocemos al 5 por ciento de las personas que lo padecen.
-¿En qué consiste el tratamiento para cada tipo de hepatitis?
-La hepatitis A no tiene ningún tratamiento. Se mantiene una dieta equilibrada y algo de reposo de acuerdo al estado clínico. De hecho muchas veces pasa inadvertida.
La hepatitis B que pasó a la cronicidad en realidad no se cura nunca. Existen drogas antivirales que permiten mantener una carga viral baja, y de ese modo atrasar el proceso de fibrosis que lleva a la cirrosis. Cuando esto ocurre el paciente muy deteriorado tiene la opción del trasplante hepático.
La hepatitis C puede ser tratada. Varía la duración del tratamiento y la efectividad según el genotipo de virus C y la cantidad de virus circulantes (tratamientos de 24 o 48 semanas). Debido a los efectos de las drogas que se emplean para su curación es fundamental hacerlo con un profesional especialista en el tema. En ambos virus se tiene un control minucioso del paciente para detectar los cánceres hepáticos en formas muy pequeñas y para todos estos pacientes existe la opción del trasplante cuando los otros tratamientos fracasaron.
-¿Cuáles son los mitos sobre la hepatitis?
-Muchos creen que la hepatitis A deja secuelas como "ser delicado del hígado para siempre". Y esto no es así.
También se relaciona a la cirrosis solamente con el alcohol y mucha gente ignora que el virus B y C no tratado evoluciona a una cirrosis. Por supuesto si se asocia la hepatitis con el alcoholismo el proceso es más rápido.
Algunas personas creen que una biopsia puede desencadenar en un cáncer de hígado. Esto lo ocasiona el virus B y C, con o sin biopsia previa.
-¿Puede afectar a una misma persona más de una vez en la vida o se genera inmunidad?
-Quien padeció hepatitis A queda inmune para siempre, los vacunados deben consultar para hacer refuerzos.
Las hepatitis B y C si se curaron quedan protegidos, salvo que cursen luego una enfermedad inmunodeficiente. Se pueden volver a contraer en un hígado trasplantado si hay virus circulante en sangre.
Los vacunados para B deben controlarse para refuerzos de vacunación entre los 5 a 10 años

