¿Quién no ha pergeñado en su infancia una escapatoria de película a la hora de la siesta? Probablemente no haya sanjuanino (a partir de los 35 años para arriba) que no haya tenido que lidiar con el silencio, la quietud y la amenaza de adormecimiento tanto humano como ambiental ante la categórica orden de los padres de irse a dormir después de almorzar. Y como consecuencia, probablemente no haya sanjuanino, que no haya ideado un plan y una estrategia para zafar de ese momento.


Una aventura fantástica, contada desde la mirada de los niños y con un marco escenográfico virtual de ribetes cinematográficos según la definen sus responsables Pablo Pastor (en la Dirección General) y Gastón Mori (en la Dirección Actoral)- es lo que recobrará vida en el escenario mayor del flamante Costanera Predio Ferial San Juan, la noche del próximo sábado 23 de febrero, en el espectáculo de cierre de la Fiesta Nacional del Sol 2019 con "El calor de lo nuestro". Durante una hora exacta y con más de 267 artistas (entre los que hay actores, bailarines, acróbatas, especialistas en teatro aéreo) más 300 niños (todos los que participaron del casting, que se incorporarán en la última escena), transcurrirá esta historia que dejará traslucir cómo somos los sanjuaninos, qué personajes nos retroalimentan diariamente, quiénes se transformaron en nuestros íconos y referentes y quiénes en definitiva, nos convierten -la familia, los amigos, las tradiciones- en personas cálidas. Pero a su vez, la teatralización servirá de homenaje a la propia Fiesta del Sol, con 47 años de historia, como lugar de encuentro.

Que comience la fiesta

Será Guillermo Kuchen, alguien conocido en los escenarios de la Fiesta Nacional del Sol, después de su interpretación del general San Martín joven (en la fiesta del 2017) y que para esta edición le puso el cuerpo y su voz a la campaña publicitaria en el Dique de Ullum, quien llegue al trote al escenario. Él participará en lo que desde la organización llaman "la hora previa", que incluye en esta ocasión un show coreográfico diseñado por Betty Puga, Gerardo Lecich, Lucio Flores y Leo Quiroga, en base a las imágenes promocionales del evento más la elección de la reina. Entre otras acciones y personajes, Guillermo correrá, correrá, correrá, incluso en el aire, cual atleta olímpico, contando que si hay algo netamente sanjuanino eso es la Fiesta del Sol, que nació en 1972. En un mágico viaje al pasado en el se verán imágenes de la historia de la mayor celebración local, desde la última a la primera- ese Guille adulto recordará lo que vivió durante la siesta más calurosa de aquel año, dejándole también mágicamente, el lugar a un Guille de no más de 10 años, el protagonista de la aventura.

Con música incidental y la apoyatura de filmaciones cinematográficas empezará a contarse esta historia. De hecho, una tele gigante mostrará a un periodista inspirado en el recordado Juan Carlos Iglesias- que anunciará en el noticiero del mediodía, antes que termine la transmisión, que esa noche tendrá lugar la elección de la reina en la primera Fiesta del Sol. Como corolario, recomendará a los padres no dejar salir a los niños a la siesta porque hará mucho calor.


En dos casas de un barrio típico de San Juan lo estarán mirando. Justamente la abuelita y la mamá de Guille están de sobremesa, preparándose para irse a dormir, aunque la mayor de las mujeres siempre se ha resistido a respetar la tradición del descanso. Nadie podrá salir de la casa a esa hora. Salvo Alejandra, la hija mayor que tiene que ir a buscar a Guille a la casa de su amigo Roberto para cumplir con esa horita de sueño reparador.


En otra parte del barrio, en la casa de Roberto pasará algo parecido. El mecanismo de la siesta ha empezado a correr y aunque también los mandarán a dormir, los chicos preferirán salir a comprar a un heladero.


En este momento de la historia, la tía de Roberto, un ser un poco especial con una cuota de malicia y de amargura, introducirá en el espectáculo la leyenda de la temida Pericana, esa mujer con características de matuasto que sale a tomar sol a la hora de la siesta y si encuentra niños por ahí, se los lleva. Ante el relato, Guille quedará sugestionado y, pese a sus miedos, la curiosidad por ver a La Pericana será tan grande que no sólo convencerá a su amigo, sino que ideará un plan para, redoblando la apuesta, sacarle una foto. Con la imagen, explican Pastor y Mori, todos van a creerle, serán famosos y ya nadie más los molestará en la escuela, dejando entrever, sin siquiera ponerlo en palabras, la problemática del bulling tan vieja como actual. Claro que para llevar adelante semejante cometido no podrán ellos dos solos, entonces en un periplo con imágenes irán sumando a sus amigos, con la complicidad de la abuela que todo lo sabe y todo lo permite: primero a Ale (porque si no los acusaría con los padres), a las Mellis que son enérgicas y dinámicas, a la mente brillante del Cabezón González, a Alfonsina, la amiga de Ale que es una romántica empedernida y a dos verdaderos valientes, que se animan a todo, Pocho e Indio.


Un plan a la hora de la siesta

En su intención por encontrarse a La Pericana, este grupo de niños pasará por diferentes momentos: deberá sortear escollos, descubrir rincones de San Juan, conocer personalidades importantes y superar sus propias barreras. Por ejemplo, tendrán que enfrentarse a todos esos personajes que salen a deambular a la hora de la siesta, personajes de submundos que por momentos causan ternura pero que por otros dan un poco de miedo porque resultan misteriosos. Entonces en escena aparecerá Juan Carretilla, un vendedor ambulante de pasas que con su lenguaje particular (solo dice la palabra pasa) los habilitará a aventurarse, correr y ser libres, casi como declarando los principios de los Derechos de los Niños.

En otro momento, hablarán con la estatua de Sarmiento que los alentará, les dirá que "las ideas no se matan", que hay que cumplir objetivos y con ayuda de las palomas que posan sobre su hombro, les dará pistas para ubicar a La Pericana. Así sabrán que si siguen a los ciclistas estarán más cerca de concretar su objetivo, aunque para ello, tengan que trasladarse hasta el desierto, un lugar en el que se sentirán perdidos. Hasta que se presentará en escena otro personaje que generará tensión: el Viejo de la Bolsa que a veces los asustará, pero otras veces, los desconcertará porque aparecerá como el actor que encarna al "Rastreador de Vertientes" una de las figuras clásicas de las publicidades de los '70- cuando todos queden involucrados en la filmación de los spots del vino que hizo famoso a San Juan.


Entre las indicaciones del director de rodaje y las corridas por el escenario, justamente a ese Viejo de la Bolsa se le caerá la llave que abre la cueva de La Pericana, en la Quebrada de Zonda, un nuevo indicio para seguir el camino. De hecho, hacia allí irá el grupo de niños, cuando una pileta gigante los sorprenderá a su paso. Pero claro, no hay tiempo para distraerse, hay que seguir persiguiendo la meta. Entonces habrá que buscar la cueva en cuestión. Cueste lo que cueste.


El sol es de todos, (no de La Pericana)

Un verdadero itinerario de riesgo los llevará a los chicos a la cueva en cuestión, donde está reunido un grupo de seguidoras y aduladoras de La Pericana, quien planteará su preocupación porque los niños ya no le tienen miedo y por ende, ya no asusta como antes. "Encima pretenden quitarme el sol porque hay una Fiesta del Sol y tendrá su propia reina", se quejará La Pericana en su monólogo, antes de salir volando en lampazo para luego develar sus serias intenciones de boicotear esa fiesta, secuestrando a una de las candidatas con ayuda del Viejo de la Bolsa. Y ella ocupará ese lugar.


Semejante revelación pondrá en alerta a los niños. La situación es más grave de lo que imaginaban. De concretarse esa confabulación, San Juan podría quedarse sin reina y sin Fiesta del Sol. Entonces tendrán que buscar nuevas estrategias para detener a la cruel Pericana.


Con ayuda de la Cabeza del Indio (a quien le pone voz el propio aparcero mayor Jorge Darío Bence), la abuela y Juan Carretilla, los chicos podrán llevar adelante el secreto descubierto por la mente brillante de El Cabezón: la mejor arma con la que cuentan para eliminar a la amenaza de La Pericana es chayándola. A ella le gusta el sol, pero no el agua. Un enérgico soplo de la Cabeza del Indio, en realidad el cacique Pelaytay, los hará volar, inclusive sobre el público, por paisajes locales en búsqueda de la malvada. Así pronto llegarán a la fiesta que ya comenzó a desarrollarse con todo el brillo y el esplendor de un espectáculo encabezado por las Dos Yiyas y diferentes coreografías.


Al momento de la elección de la reina y cuando La Pericana está por imponerse como reina, interrumpirán los niños con todo el arsenal para la chaya que no funciona, porque a su contrincante el agua no le hace nada porque como ella misma se confiesa no es de carne y hueso, es una representación de los miedos de la gente. Todo parece perdido. Entonces, Graciela Primera, la verdadera reina elegida, le hará frente con un "no te tenemos miedo" que contagia a todos los presentes (incluidos los 300 niños) y es, reflexión final del cuento, el antídoto para hacer desaparecer a La Pericana y demostrar que somos una sociedad caracterizada por la calidez, con el calor de las buenas compañías, las tradiciones y los afectos. Claro que antes de todo eso, Guille conseguirá sacarle la ansiada foto a La Pericana.


El broche del espectáculo llegará con el racconto de la abuela de cómo prosiguió la vida de cada uno de esos niños (que aparecerán en imágenes de sus padres o de actores en distintas etapas de crecimiento) y su mensaje de que "al calor del sol, la vida es una fiesta".

Los hacedores

El guionista Ignacio Sánchez Mestre y Pablo Pastor (Director General) esta vez no estuvieron solos a la hora de delinear el guión. Hicieron sus aportes 5 duplas de dramaturgos locales que por primera vez participaron de una Residencia Creativa para tal fin. Y a medida que se fueron sumando al grupo los responsables de actores, Gastón Mori, y de la parte coreográfica, Gerardo Lecich incorporaron más palabras, imágenes, sensaciones y sentimientos al relato. También la actriz Patricia Savastano propuso diálogos y monólogos y la directora teatral Tania Leyes sugirió temas y elementos a rescatar para "El calor de lo nuestro".


El equipo que trabajo en este espectáculo también lo integran Florencia Poblete (productora), Jennifer Piñeiro (asistente), Martín Ferres (sonido y música), Gabriel Caputo (arte y escenografía), Florencia Tornello (vestuario), Germán Cabanas (teatro aéreo y acrobacias), Pablo Alfieri (iluminación), Federico Hueso (utilería), Estefania Kaluza (maquillaje), entre muchos otros profesionales más.

Para prestar atención

. La música creada e interpretada por la Camerata San Juan y las canciones del cantautor Gabriel Dávila Kurbán transportarán al público a su niñez. Es que la parte musical remite inevitablemente a las melodías típicas de dibujito animado o de película fantástica, aunque también a temas de León Gieco o Bob Dylan, referentes de esas épocas. La versión de aquel jingle de Resero Blanco (creada por Miguel Loubet, el mismo autor de la música de la película de la Difunta Correa y los institucionales de Radio Colón, además de haber sido integrante del grupo Los Wawancó) emocionará sin lugar a dudas.


Inclusive al finalizar el espectáculo durante el momento de los fuegos artificiales habrá música de los años '70 para que, arriba y abajo del escenario, todos bailen.


. En más de una docena de pantallas gigantes se entrelazará la historia contada como una película y con un relato visual muy impactante y bello por momentos. Para eso se reconstruyó un barrio tomando fotografías a casas antiguas de San Juan, se recopilaron escenas de la propia FNS de todas las épocas e incluso le pusieron imágenes a la imaginación de lo que ven los chicos cuando andan en bicicleta. Ese trabajo tiene la autoría de estudiantes de la escuela de Realización Cinematográfica Enerc San Juan.


. Habrá muchos efectos especiales como olores que remiten a la infancia (a dulce de membrillo, a limón, a chicle rosado, a semita caliente), muñecos inflables (la estatua de Sarmiento y la Cabeza del Indio), lenguas de fuego y bombas de humo, también un escenario que gira, pelotas gigantes iluminadas simulando agua, barras de led que por momentos son ríos, parrales y rieles del tren.


. Habrá destrezas y bailes interesantes por ejemplo en la escena en la que las bicicletas no solo se usarán para recorrer el escenario sin que serán un elemento acrobático.



. La historia pretende hacer homenajes todo el tiempo: a esos elementos típicamente sanjuaninos como los anaranjados carros de jugos del centro y la publicidad del vino. Pero también a personalidades, muchas de ellas fundamentales para aquella primera Fiesta del Sol como Juan Carlos Abraham que hizo las coreografías y las Dos Yiyas que actuaron esa noche. De hecho, Marian Abraham se pondrá en la piel de su mamá Antonieta Chiappini (cuya voz está reemplazada por la de su amiga María Julia Sánchez) y Flavia Domínguez será María Evangelina Pazcuelli (que grabó su voz en el clip que se verá). También se aplaudirán las promesas del deporte: el Payo Matesevach y los hermanos Chancay. Juan Carlos Iglesias, Alfonsina Storni (que vivió en San Juan hasta los 9 años, a principios del 1900) y su poesía con el personaje que lleva el mismo nombre y habla en verso, inclusive recita Agua y Silencio, entre otras de sus obras; y hasta los personajes urbanos como "El mamamama" o "El payito" fueron fuente de inspiración. 


. La complicidad del público será un elemento fundamental en el espectáculo. Quien vaya tendrá que estar dispuesto a aplaudir, cantar, bailar e incluso mojarse, porque habrá chaya.

Fotos:

Mariano Arias (Diario de Cuyo), Jorge Amaya.

Personajes: Noelia Avila, Gabriel Salcedo, Leo de la Vega del equipo de Prensa Fiesta Nacional del Sol