Quizá sea la falta de cultura de prevención, sobre todo de enfermedades y adicciones, lo que lleve a pensar que son más necesarios los centros de recuperación para adictos que los programas preventivos que ayuden a bajar los porcentajes de afectados. Otro tema vinculante es la relación directa que existe entre la palabra "adicción", y las drogas ilegales, cuando la realidad también indica en este caso que las drogas de mayor consumo en la Argentina son el tabaco y el alcohol, según los datos del observatorio nacional de drogas. Otro dato, no menos relevante pero sí preocupante, es que el país lidera el consumo de cocaína en América latina.

Esto sin contar que la marihuana es la primera droga de consumo ilegal, seguida por la antes mencionada, y casi pegaditas están los tranquilizantes y estimulantes legales.

Datos que sirven para reflejar una sociedad con muchas adicciones más allá del marco legal que las respalde o no. Este paneo general de lo que pasa en el país es lo que llevó a los integrantes del Programa Lihue (ver recuadro), a realizar un curso sobre "Formación en prevención de las adicciones", que comenzó a dictarse el viernes último en la sede de UPCN -Sarmiento 460 (S)-, que tendrá una duración de tres meses con evaluación y práctica preventiva.

A esto se sumará un hecho de gran impacto en el mes de agosto ya que en esa fecha se llevará a cabo el "Congreso latinoamericano de prevención para las adicciones", con la presencia del presidente de la Federación Latinoamericana de Comunidades Terapéuticas, el padre

Gabriel Mejía Montoya de Medellín, Colombia.

A la par, y en forma permanente, se desarrollan tres programas preventivos de adicciones destinados a adolescentes, familias, y la gran novedad, a empresas que lo han solicitado por contar con conciencia social o porque registraron algún caso de adicción que dañaba al operario y afectaba a la compañía.

"Debería ser mayor la prevención que el trabajo de la asistencia, es decir todo aquello que la prevención no alcanzó a abordar. Tendría que ser la punta de la pirámide, pero en la Argentina no es así", dice Raúl Ontiveros, licenciado en Psicología, especialista en el tema y director de Lihue.

Los programas de prevención

La demanda de información sobre drogadicción por parte de los colegios fue lo que dio el puntapié inicial para generar programas de prevención, ya que una charla aislada no tendría nunca el efecto deseado, según indican los mismos especialistas.

Lihue cuenta con un equipo de expertos en preventología que armó hace un poco más de tres años el primer programa preventivo destinados a familias y alumnos (ver recuadro con programas); al que luego se sumaron dos más debido a la creciente demanda.

"Observamos que muchas veces se cae en la aprevención, es decir en todas aquellas acciones que terminan teniendo un resultado inverso, como por ejemplo los testimonios de personas, excesiva información de drogas y todo aquello que termina estimulando el consumo. Un ejemplo son algunos informes de la tele sobre el "paco", por ejemplo, que terminan siendo videos de cómo drogarse", explica Ontiveros.

De esa manera el área de prevención del programa Lihue, que también cuenta con asistencia a los adictos, fue creciendo y cuenta con una coordinadora a cargo que es la licenciada en psicología Valeria Montes.

"Un programa implica una metodología de trabajo que va mucho más allá de una simple charla que puede quedar en la nada. Implica un previo conocimiento de la población a la que va dirigida con un diseño específico, etapas y objetivos. Además debe ser evaluable en el tiempo", dice Montes.

Un programa debe tener una respuesta concreta por parte del publico al que está dirigido, y a la vez debe retroalimentarse para que sea de utilidad.

Al programa educativo se puede llegar por pedido de los mismos directivos de colegios de cualquier nivel como también por el acercamiento de los profesionales de Lihue.

"La evolución de la consulta docente ha ido cambiando. Hace 15 años un docente preguntaba de qué color era la cocaína; después advertían conductas raras en algunos alumnos y en la actualidad la consulta es tengo 30 alumnos y 20 se drogan, qué hago. El docente no puede cumplir con todo y debe pedir ayuda", explica Ontiveros.

Otro de los puntos de advertencia es el relacionado a no exceder el plano de conocimiento de la población con la que se trabaja para no incitar ni caer en una promoción de las drogas.

"Los docentes suelen pedir ayuda cuando detectan casos de drogas pero ahí ya hay que hacer asistencia. Los directivos tienen muchas energías y predisposición, pero no siempre cuentan con todos las herramientas para saber como encaminar las soluciones. nosotros nos encargamos de ayudarlos", señala Montes.

En el trabajo

Acá el puntapié inicial lo dieron las empresas. Al menos un puñado de ellas que cuentan con departamento de recursos humanos y no solo advierten las pérdidas y problemas que puede tener la compañía con personas adictas sino que también están dispuestas a recuperar un empleado sano.

"La idea surgió de las empresas debido a que detectaban muchas faltas, demoras, rotura de maquinaria y otras cosas que causaban perjuicios a la compañía y al mismo operario. Así comenzaron a llamar para consultar sobre casos particulares, pero que en realidad esos casos eran la punta del iceberg de mucha gente que consume, en general, drogas legales u otras", explican los especialistas.

Hay que tener en cuenta que si alguien consumió alguna sustancia en exceso aunque pase el efecto inmediato queda por varios días en en esa persona. Por ejemplo, la intoxicación por alcohol dura en el cuerpo 30 días, la marihuana 28 y la cocaína 20.

Esto indica que esa persona sigue impactada, pierde el movimiento fino, la psicomotricidad, el nivel de concentración, la memoria y por ende no está totalmente lúcida.

Todo esto llevó a generar un programa de prevención en empresas, pero a esto se suma, más allá del problema empresario, que muchos de esos operarios son padres y como tal había que trabajar para que sepan guiar a sus hijos en este tipo de conductas adictivas.

"Todo trabajo de prevención tiene que seguir ciertos pasos, primero se hace un diagnóstico de la empresa, del tipo de gente trabaja, rango de edades, nivel socio cultural, entre otras. A partir de ahí se comienzan a planificar los talleres con los gerentes, coordinadores, o con todo el personal, eso se define de acuerdo a las características de cada empresa", dice Valeria.

Taranto, una empresa que cuenta con certificaciones y premios a su calidad empresaria, es pionera en realizar cursos de prevención

Actualmente ya hay otras dos corporaciones mineras con las que se piensa aplicar el programa preventivo.

"Son empresas que han logrado ver a sus operarios como a alguien a quien le pasan cosas y no como un engranaje más de una máquina", explica Ontiveros.

Un caso sorprendente es el de una empresa que detectó un empleado que consumía drogas y le dio todas las facilidades para que haga un tratamiento en Lihue.

Allí hizo su recuperación y luego reinserción en la misma firma que le mantuvo su puesto de trabajo y le pagaba el sueldo.

"Son varias las firmas que muestran una evolución vinculada a potenciar el área de recursos humanos. Esto positivo porque la gente trabaja mejor cuando es tomada como un persona. Esto trae beneficios siempre", asegura la coordinadora de los programas.

Prevención en grupos

Esta otra opción para hacer prevención surgió porque cuando llamaban de los colegios también se trabajaba con los padres y docentes, ya que "las cosas empiezan por casa".

En este caso los talleres son tanto para padres como para chicos, pero en ámbitos diferentes.

A la par, muchos grupos juveniles demandaban la necesidad de formarse como preventores, sobre todos los de parroquias, boy scout, entre otros.

La familia, los grupos en los que los chicos se desenvuelven, las comunidades religiosas, la escuela, los clubes deportivos, todos pueden oficiar de preventores para lo cual se pueden formar y entender que ya lo hacen en forma natural ofreciendo y dando actividades sanas a los más pequeños.

Una tarea que es, sin duda, responsabilidad de todos.