"Vigencia". "En la medida que el precio internacional vuelva a bajar, se va a tomar la vigencia del acuerdo", agregó Aranguren.

 

El ministro de Energía, Juan José Aranguren, aseguró ayer que desde el próximo 1 de octubre "el precio de los combustibles líquidos lo va a decidir el mercado", a partir de la decisión del Gobierno nacional de dar de baja el Acuerdo para la Transición a Precios Internacionales de la Industria Hidrocarburífera Argentina que fue firmado en enero pasado por los principales actores del sector.

"Son las empresas las que va a tomar sus decisiones", dijo Aranguren a la prensa durante un contacto mantenido antes de la inauguración de la Exposición Argentina Oil & Gas en el predio ferial de La Rural.

"El precio del barril de crudo va a estar vinculado al valor de los precios internacionales. A partir del 1 de octubre está suspendido el acuerdo (en materia de combustible) y en la medida que el precio internacional vuelva a bajar, se va a tomar la vigencia del acuerdo", agregó Aranguren.

El Gobierno nacional comunicó ayer que a partir del próximo 1 de octubre quedará liberado el mercado interno de combustibles, por lo que a partir de ese momento se mantendrá la paridad con los precios internacionales.

La decisión, comunicada por el Ministerio de Energía a las petroleras, no significa que a partir de ese día se incrementará el precio de los combustibles, ya que fue adoptada en función de los términos del Acuerdo de Transición a precios internacionales de la industria hidrocarburífera firmado en enero de este año, que contemplaba la liberación en función de la evolución del valor del barril de petróleo.

La medida fue tomada el viernes pasado a través de una nota enviada por la cartera que conduce Juan José Aranguren a las partes firmantes del Acuerdo para la Transición a Precios Internacionales de la Industria Hidrocarburífera Argentina. Allí recuerdan que dicho acuerdo estableció "las bases para alcanzar la paridad con los mercados internacionales durante el transcurso del año 2017 mediante un sendero gradual de convergencia que permitiera preservar las fuentes de trabajo y los ingresos de las provincias productoras de petróleo".

El entendimiento partía del supuesto de que un aumento en los precios internacionales del barril del crudo iba a permitir la liberación de los precios internos "y de ese punto en adelante mantener la paridad" con un funcionamiento pleno de las reglas de mercado.

"En el marco de ese seguimiento hemos observado que, con fecha 13 de septiembre de 2017, se ha satisfecho la condición enunciada por el Punto 9 del Acuerdo", lo que determinó que el entendimiento rubricado a principios de año dejara de tener validez. Ese entendimiento contemplaba también un esquema de ajuste trimestral en los precios de las naftas y el gasoil que comenzó a regir el 1 de abril, por lo que el nuevo aumento debía aplicarse el 1 de octubre próximo.

El gobierno nacional, de manera oficiosa, ya le transmitió a las petroleras el interés de que las subas no se apliquen antes de las elecciones legislativas del 22 de octubre próximo.

Desde hace 16 años, lo valores de las gasolinas en Argentina son autorizados por el Gobierno, pero en enero pasado el Ejecutivo de Mauricio Macri firmó un acuerdo con las empresas del sector para una transición hacia la liberación de los precios.

Mediante ese "acuerdo para la transición a precios internacionales de la industria hidrocarburífera argentina", a los largo de este año se han ido estableciendo aumentos en las naftas a partir de revisiones trimestrales en base a la evolución de la cotización del crudo, el precio de los biocombustibles y el tipo de cambio. El pacto establecía además que el mercado se liberaría si los precios del petróleo mundial experimentaban subas. Los precios del petróleo internacional de referencia están por arriba de las variedades de crudo locales. En 2014 se registró una caída estrepitosa del precio internacional del crudo, que pasó de los 120 dólares hasta los 60 dólares. En el sector siempre se ha esperado que en Argentina deje de existir un barril de petróleo más caro que los precios internacionales. Télam