Una nueva investigación del Mossad, el servicio de inteligencia de Israel, reveló detalles hasta ahora desconocidos de los ataques terroristas a la Embajada de Israel (1992) y a la AMIA (1994) en Argentina. Según las conclusiones del reporte, publicado en The New York Times, los ataques fueron realizados por una célula de Hezbollah sin ayuda de funcionarios argentinos o agentes iraníes en Buenos Aires.

Además, el informe relata que los explosivos se introdujeron de contrabando en la Argentina en botellas de champú y cajas de chocolate. Todo se realizó a través de vuelos comerciales.

Sin embargo, en una de las cuestiones que hace hincapié la investigación es que los resultados contrarrestan las antiguas afirmaciones de Israel, Argentina y Estados Unidos de que Teherán tuvo un papel operativo sobre el terreno. También rechazan las sospechas de Argentina de que funcionarios y ciudadanos locales fueron cómplices. Sin embargo, el Mossad ratifica que, a su entender, Irán, que respalda a Hezbollah, aprobó y financió los atentados y suministró el entrenamiento y el equipo.

El fiscal de la Unidad AMIA, Sebastián Basso, dijo que ‘sería deseable que Israel aporte esta documentación’.

Según el servicio de inteligencia israelí, tanto el ataque a la AMIA como el de la embajada de Israel en Buenos Aires fueron perpetrados por Hezbollah en venganza por las operaciones israelíes contra la milicia chiita en Líbano. Las conclusiones marcan que el grupo terrorista de Irán utilizó una infraestructura secreta que construyó por años en Buenos Aires y otros lugares de Sudamérica realizar los ataques.

Un dato clave al que llegó el Mossad es que los responsables de los dos atentados están vivos y residen en el Líbano. Es decir, además de que nunca fueron llevados ante la Justicia, tampoco murieron en los diversos ataques que Israel realizó contra Hezbollah.

Toda la información volcada en la investigación fue recopilada a partir de interrogatorios con sospechosos, vigilancia, escuchas telefónicas y agentes. Asimismo, las conclusiones de los informes internos fueron confirmadas en entrevistas realizadas este mes a cinco altos funcionarios del Mossad.

También hay autocrítica en el informe ya que el Mossad reconoce que no pudo anticipar ninguno de los ataques. Sobre todo el segundo, el de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Argentina, Israel y EEUU llevan mucho tiempo acusando a funcionarios de la Embajada de Irán en Buenos Aires de haber colaborado en los atentados con ayuda material y organizativa. Teherán ha negado repetidamente las acusaciones. La investigación del Mossad determinó que Irán no participó en la perpetración de los ataques ni en dar asistencia a los agentes.