Bajo un cielo nublado y con la amenaza constante de la lluvia, se desarrolló anoche la 83º edición de la Fiesta Nacional de la Vendimia en el teatro griego Frank Romero Day. Y tras el espectáculo “Tejido en tiempo de Vendimia”, María Laura Micames (de 20 años) de San Carlos fue coronada Reina Nacional 2019. Desde el inicio del escrutinio la tendencia fue marcada a favor de la sancarlina, que se convierte en la sucesora de la recordada Nuri Duonantuonni en la corona de su departamento.  

“Tejido en tiempo de Vendimia” relató un día de cosecha en una finca mendocina para los 25 mil asistentes y otros miles y miles de televidentes que en todo el país siguieron la fiesta en vivo, además de las familias que volvieron a elegir los cerros aledaños para disfrutar de la fiesta.  

El amor y el destino se entramaron en esta puesta dirigida por primera vez por la reconocida actriz Alicia Casares, que contó con casi mil artistas en escena -entre bailarines, actores, músicos y figurantes- y tuvo un invitado especial: el acróbata, bailarín y actor local de trayectoria internacional Iván Keim, hijo de la directora. Su presencia se debió a la calidad de su teatro aéreo, género destacado en esta edición y que copó varios de los 17 cuadros. 

El invitado de honor

Keim interpretó al Tejedor de Destinos, personaje corporizado en un cóndor andino que urdió -como en una fábula y de un amanecer al otro- la vida de un romance entre viñedos, desafiando a sus protagonistas, los cosechadores Mariela (en la piel de Laura Masuti) y José (Rubén Antinori), para que triunfen las decisiones del amor. El narrador (a cargo de Godo Nicolás) fue también protagonista, un testigo privilegiado de este telar de la vida en tiempos de Vendimia, que lejos de ser omnisciente estuvo casi todo el tiempo interactuando y danzando en el escenario.  

Sonidos sincronizados

La música en vivo, con su banda ubicada al centro y en altura, ofreció la mitad de composiciones creadas para el espectáculo y la otra mitad con versiones o arreglos de temas variados y reconocidos por todos, desde “El alcatraz” hasta el “Brindis” de “La Traviata”. Bajo la dirección del maestro Mario Galván, pensado también desde la concepción de un tejido sinfónico, el ensamble de 52 músicos y cantantes sonó con la misma intensidad, combinando elementos tradicionales como el malambo o la cueca, con otros actuales como el tecno y ritmos urbanos, modernos y populares. 

Se lucieron las animaciones en 3D

Una característica de innovación que aportó “Tejido en tiempo de Vendimia” fue la tecnología con todas pantallas de animaciones -algunas en 3D y otras en 2D-, que fueron interactuando con las artesanales cajas lumínicas. Aquí se introdujo el teatro de sombras, para las transiciones narrativas de la obra, que ubicado a uno de los costados confluyó con pantallas Led.

La historia de Mariela y José (ella una joven tejedora que ayuda a su familia en tiempo de cosecha, él un peón golondrina que debuta en una vendimia), con la intromisión del Tejedor de Destinos y con el narrador como testigo directo, se desarrolló en dos planos: el de la cotidianidad del trabajo de los cosechadores para mostrar la vida de los mendocinos en esta época y su historia ancestral; y el plano representado por un gran tapiz andino en el que simbólicamente se tejen los hilos del universo en un afán de comunión y hermandad de todos los pueblos. 

La Virgen se mostró en un manto

A través del deslizamiento desde el fondo del escenario de tres enormes mantos blanco, pintados a mano por el plástico Eduardo González (creador también de las cajas de luces), es como aparecióla escena de la Virgen de la Carrodilla en una peregrinación de mujeres; clara referencia al momento histórico que viven ellas en su lucha por la igualdad de derechos y el cese de la violencia ante la sociedad. Tras una amenaza de granizo, los ruegos en forma de lenguas originarias se entrelazaron con las plegarias a la Madre Protectora de los Viñedos.

Aros, esferas, telas, cuerdas, redes y espirales fueron los recursos de los 15 acróbatas aéreos que, dirigidos por Facundo Penessi, tomaron forma en diferentes cuadros, desplegando su arte en el centro y en los costados de la escena, conjugándose con la proyección de sus figuras a sus espaldas en pantallas led.

El telar final del destino en hilos de amor y libertad enhebrados en un trabajo colectivo, como lo es la Vendimia. Ese fue el mensaje este espectáculo que cerró a puro malambo patrio, para recibir la esperada y emotiva ovación popular. 

Una previa con música popular

Mientras una leve llovizna cubría el teatro griego Frank Romero Day, apenas terminado el ensayo técnico de la obra, cerca de las 20. Ahí se dio ingreso al público, que se acomodaba en sus asientos al ritmo de la música popular en vivo.

Porque en el escenario cantó para la previa Patricia Giner, quien aprovechó la ocasión para interpretar clásicos como “El cosechero” de Ramón Ayala y otros que incluyó en su más reciente disco, “Cancionera”.
 

Fuente: Diario de Cuyo