El 30 de abril de 1977, en plena dictadura militar, 14 mujeres se reunieron en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, para reclamar por sus hijos desaparecidos, iniciando así cuarenta años de lucha incansable por la verdad, la memoria, la justicia y la vida. 
Empujadas por Azucena Villaflor de De Vincenti, las mujeres decidieron unirse en el dolor y llegar hasta la sede del gobierno central para preguntarle al presidente de facto, Jorge Rafael Videla, dónde estaban sus hijos secuestrados, después del inútil peregrinar por ministerios, iglesias, comisarías y juzgados.

El 10 de diciembre de 1977, De Vincenti fue secuestrada a pasos de su casa en la localidad de Avellaneda, cuando las Madres habían logrado que el diario La Nación publicara una solicitada con el nombre de sus hijos secuestrados. Nunca apareció, pero sus compañeras de rondas nunca bajaron los brazos.

‘Desgraciadamente, existimos porque nos arrebataron lo más preciado que tiene una mujer. Los recordamos siempre con alegría porque ellos eran así: amaban la vida. Pero no aceptamos que nos llamen heroicas, hicimos lo que cualquier madre hace por un hijo‘, asegura en una entrevista con Efe Taty Almeida, emblemática integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
Este domingo, las Madres -divididas en dos asociaciones desde los años 80 por diferencias de criterio sobre cómo llevar adelante la causa- cumplen cuarenta años desde la primera vez que se congregaron en dicha plaza, con sus pañuelos blancos en la cabeza, para pedir una audiencia con Videla.

El estado de sitio establecido por la dictadura (1976-1983) prohibía las reuniones de tres o más personas, por lo que decidieron dar vueltas de dos en dos alrededor de la pirámide blanca que se ubica allí, poniendo en marcha una ‘ronda‘ que, desde ese momento, se repite cada semana en el mismo lugar en honor a los 30.000 desaparecidos que dejó el régimen. Esa marcha el repitió, el jueves siguiente y todos los jueves desde entonces.

Ya van 2.037 rondas y habrá más mientras sigan de pie este grupo de mujeres que han sabido mantener encendida su lucha con el paso de los años. Hoy algunas están pisando los 90 años otras ya los pasaron. 

Además de la persecución permanente, el movimiento tuvo que soportar duros golpes desde el primer día, como fue la desaparición de tres madres, e incluso, con la llegada de la democracia, la aprobación de leyes que libraron de responsabilidad a un millar de acusados de delitos de lesa humanidad.
Criada en una familia de militares, ‘gorilas (antiperonistas) totales‘, como ella dice, durante un tiempo, Almeida vivió ajena a la represión ejercida por el Ejército.

Cuando su hijo Alejandro, un militante de 20 años, desapareció un año antes del golpe de Estado, no entendió ‘nada‘ porque, confiesa, ‘era una ignorante total‘. De hecho, le costó darse cuenta de que los culpables no eran los peronistas, sino los mismos ‘genocidas‘ que conocía personalmente. Por eso, en 1980, decidió acercarse a la sede de la organización, donde lo único que le dijeron al entrar fue ‘a vos, ¿quién te falta?‘.

‘No les importaba política ni ideología. Ahí hice mi catarsis. Lloré, me emocioné... Fue muy doloroso. No había podido hablar con mi hijo, pero puse la pata en el acelerador y ahí sigo. Lo mejor que pude hacer es compartir con mis compañeras de lucha‘, afirma, ya que todas tenían algo en común: les habían arrancado a aquellos jóvenes ‘alegres, con proyectos‘ que ‘querían vivir‘.

Hoy, 40 años después, la plaza que las vio nacer las volverá a homenajear. Los actos comenzarán hoy a las 13 cuando el Coro CUMPA dará la bienvenida a las Madres a la Plaza de Mayo con algunos temas de su repertorio y continuará con la realización de ‘un gigantesco muro con los rostros de los desaparecidos‘. 

El acto más significativo de la tarde comenzará a las 15.30 cuando las Madres emprendan su emblemática marcha alrededor de la Pirámide de Mayo. Según la Asociación Madres de Plaza de Mayo que preside Hebe Pastor de Bonafini, durante la jornada también habrá distintos shows musicales de Ignacio Copani, Pablo Riquero, la Murga ‘La Que Se Viene‘, el grupo de percusión Cafundó, mientras que el cierre estará a cargo de Bersuit Vergarabat. Y mucho más.